Salta: “La política cosplayer frente a lo real”

Salta: “La política cosplayer frente a lo real”

Por Gustavo Cóppola (Salta)/ Especial para Noticias Urbanas


En las elecciones del domingo próximo pasado en la provincia de Salta ganó la apatía ciudadana. El discurso de los políticos no logró empatizar con las necesidades y expectativas de la gente. Desde que se percibió que los políticos se aferraron a sus puestos y convirtieron el servicio público en una corporación orientada a sus fines, la ciudadanía, primero con la bronca, luego con indignación y ahora con apatía se fue alejando del ejercicio democrático, aunque aún no registre un riesgo para el sistema.

Los números de la participación según el tribunal electoral de Salta son similares a las últimas tres elecciones pasadas (2019-2021-2023), pero con una clara disminución consecutiva. Con una población de 1.434.672 habitantes donde 1.092.561 están habilitados para votarla participación pasó del 70% al 58%, en números concreto solo lo hicieron 641.922, un 60%de los votantes que si se le suma un 8% de votos en blanco, son 590.568 habitantes que votaron a algún candidato; casi la mitad de los electores. Con estos datos es posible afirmar que los representantes políticos tienen una baja representación de la ciudadanía salteña.

Un dato no menor es que esta baja de representatividad se fue acentuando con la gestión del actual gobernador, que fue mutando de color político de acuerdo a los vientos de cambio social/político. Ganó la intendencia con apoyo del Frente Renovador y Juan Carlos Romero que ya coqueteaba con el Pro, fue por la gobernación con el apoyo de Cambiemos y en su segundo mandato como gobernador rezó una plegaria a las Fuerzas del Cielo mientras compartía mesa con Sergio Massa. Pero no fue solo esa su estrategia, sino también crear alianzas con diferentes pequeños partidos proponiéndose como candidato a gobernador en cada lista de partido político que pudiera. Ahí hizo la diferencia, porque no es él y su partido Identidad Salteña, sino una variedad de lugares. Algunas de las alianzas incluían al Partido Identidad Salteña, Propuesta Republicana (PRO), el Partido Conservador Popular, el Frente Renovador y el Partido Fe, Partido Propuesta Salteña, Partido Autonomista, Primero Salta, Salta nos Une, Todos por Salta. Podríamos decir, un gran candidato Cosplayer.

Así, en las votaciones legislativas del domingo 11 de mayo pasado, en términos absolutos ganó el oficialismo que pudo colocar 20diputados en las bancas y 11 senadores. Pero en términos relativos ganó la Libertad Avanza, el partido del actual Presidente, ya que fue el segundo en colocar más legisladores (9 diputados y 1 senador) quitándole votos al PJ Kirchnerista, a Cambiemos, a la UCR, al Pro y a la Izquierda en todas sus variantes que no pudieron renovar bancas.

¿Pero ganó el oficialismo? Con trampa. La Libertad Avanza fue sola sin alianzas. Y un 48% de la población dijo “No” a todos. La pregunta que surge es ¿Quién fue a votar? ¿Los núcleos duros de cada partido y los movilizados por el oficialismo?

Dos datos que podrían ayudar a entender la situación. La pirámide poblacional, según el último censo tiene su mayor cantidad de personas en la franja de los 10 a los 36 años de edad. Millenials y Centenials, achicándose en los extremos. Poca natalidad y poco adulto mayor.

El otro dato es el que recorre a toda la argentina, la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la falta de futuro. En el primer semestre de 2024, la pobreza en la provincia de Salta alcanzó el 52,2%, lo que representa un incremento significativo respecto al 37,5% del mismo periodo del año anterior. Esto indica que más de 347.082 personas en el aglomerado Salta se encuentran en situación de pobreza. Además, la indigencia también ha aumentado, alcanzando el 16,5% en el primer semestre de 2024, con aproximadamente 109.425 indigentes salteños.

La inseguridad, la situación de personas en situación de calle y la baja de la oferta de trabajo son una realidad que impacta duramente en la sensación de futuro en una provincia que discursivamente promociona la instalación de mineras con inversiones multimillonarias, desinvierte en turismo y su parque industrial y agrícola está estancado.

Cada provincia tiene su cultura política y desde ahí hay que mirar los acontecimientos. Salta es una provincia hibrida, con mucha inmigración interna que supone cambios en la percepción de la opinión pública y demandas nuevas. La campaña de los legisladores, sus discursos, sus promesas no movilizaron las voluntades de los electores, por el contrario, las refutaron. Se observa en las redes sociales la emergencia de la frustración.

Es cierto que las votaciones legislativas nunca son un parámetro justo y certero para realizar proyecciones políticas sistémicas, pero sí para observar donde tienen que trabajar los partidos políticos si quieren seguir en la oferta electoral competitiva y desterrar las posiciones feudales.

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