Este año, nuestro país celebra ampliamente el 80º aniversario de la industria nuclear. La celebración de esta fecha culminó con la Semana Atómica Mundial que tuvo lugar en Moscú los días 25-29 de septiembre con asistencia de los representantes de 118 países, incluyendo los líderes de Armenia, Bielorrusia, Myanmar y Etiopía, científicos y expertos prestigiosos, empleados de agencias, empresas y organizaciones públicas pertinentes. El invitado especial fue el director del OIEA, Rafael Grossi, de Argentina, quien subrayó el liderazgo de Rusia en el ámbito nuclear, independientemente del contexto político.
El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante la ceremonia inaugural anunció la puesta en marcha en la región rusa de Tomsk en 2030 del primer en el mundo sistema energético de ciclo de combustible cerrado sobre la base de reactores de neutrones rápidos. Casi todo el volumen del combustible gastado (95%) se reutilizará. Este invento revolucionario resolverá por completo el problema de la acumulación de residuos radiactivos y eliminará la necesidad de extraer recursos naturales para abastecer la industria. Dicho aspecto es especialmente relevante dado que, según un escenario optimista, los recursos mundiales de uranio se agotarán antes de 2090, pero en realidad, esto podría ocurrir ya en la década de 2060. Rusia invita a especialistas de diferentes países, incluida Argentina, a colaborar en el desarrollo de tecnologías que marcarán el comienzo de una nueva era energética.
El programa nacional ruso para el desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos comenzó el 20 de agosto de 1945, cuando en la URSS se estableció un Comité Especial para dirigir el trabajo sobre el uso de la energía del uranio. Los científicos soviéticos lograron resultados extraordinarios en un tiempo récord. En tan solo cuatro años, se creó una bomba nuclear en respuesta al bombardeo por los EE.UU. de las ciudades japoneses Hiroshima y Nagasaki. En 1954, se puso en funcionamiento el primer del mundo reactor nuclear en la ciudad de Obninsk, de la región de Moscú. En 1959, se botó el rompehielos nuclear “Lenin”, el primero de una serie de barcos de este tipo. En la década de 1960, la URSS comenzó a construir centrales nucleares en el extranjero, siendo el primer proyecto la construcción de una central en Alemania Oriental.
Hoy en día, la industria experimenta un crecimiento dinámico, sus descubrimientos e inventos se aplican en la energía, medicina, creación de nuevos materiales y exploración espacial. Rusia es el único país que posee experiencia en toda la cadena tecnológica: desde la extracción y el enriquecimiento de uranio natural hasta la construcción, el mantenimiento y la operación de reactores, así como tratamiento de residuos radiactivos. Las unidades de energía de diseño ruso se encuentran entre las más solicitadas en el mercado mundial debido a su alto nivel de seguridad y resiliencia a las influencias externas, su rendimiento inigualable y su facilidad de operación.
Las pequeñas centrales nucleares se están desarrollando rápidamente. Las centrales nucleares flotantes son una innovación rusa. Son móviles y capaces de proporcionar electricidad ininterrumpida a una ciudad de hasta 100.000 habitantes o a varias instalaciones industriales grandes. Desde mayo de 2020, la primera central de este tipo, “Akademik Lomonosov”, opera en la ciudad de Pevek, región rusa de Chukotka. Los países insulares del Sudeste Asiático son los socios de Rusia – por ejemplo con Malasia ya se está elaborando un acuerdo intergubernamental correspondiente.
El actor principal de la industria es la corporación estatal “Rosatom”, que supera con creces a sus competidores de Estados Unidos y China por la cantidad de pedidos extranjeros para la construcción de unidades de energía. Actualmente, los especialistas de la compañía construyen 39 unidades en Rusia y en el extranjero, en los países como Bangladesh, Turquía, Egipto, India, China, Hungría, entre otros. Se están negociando o ya se han firmado acuerdos preliminares para la construcción de centrales nucleares con Brasil, Vietnam, Kirguistán, Laos, Mongolia, Myanmar, Nigeria, Arabia Saudita y Sri Lanka. La cooperación con Indonesia también está en el horizonte. Rosatom ocupa el primer lugar mundial en ritmo de enriquecimiento de uranio, el segundo – en reservas de uranio disponibles y el tercero – en extracción de materias primas y producción de combustible nuclear.
Como potencia nuclear principal y el miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia coopera activamente con el Organismo Internacional de Energía Atómica (siendo miembro desde su fundación en 1957). Participamos en diversos programas del OIEA destinados a fortalecer la seguridad de los reactores, desarrollar métodos avanzados de gestión de residuos radiactivos y mejorar el control de material fisible y las medidas de prevención de su proliferación. La Federación de Rusia es un importante contribuyente al presupuesto ordinario de esta organización internacional y hace aportes voluntarios a su fondo de asistencia técnica. Concedemos una importancia fundamental a las actividades de verificación del OIEA para evitar que los países que no poseen armas nucleares desvíen el uso de la energía nuclear de fines pacíficos a los militares. Un sistema eficaz de salvaguardias del Organismo es un elemento vital del régimen internacional de no proliferación.
Nuestro país es impulsor de numerosas iniciativas multilaterales a gran escala. El 6 de septiembre de 2000, en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, el Presidente Vladimir Putin presentó una propuesta para garantizar el suministro de energía para el desarrollo humano sostenible, una solución fundamental a los problemas de no proliferación y la recuperación ambiental de nuestra planeta. El 25 de enero de 2006, abogó por la creación en Rusia de un sistema de centros internacionales para la prestación de servicios del ciclo del combustible (incluido el enriquecimiento) bajo la supervisión del OIEA y con acceso no discriminatorio.
Consideramos como una de nuestras prioridades futuras el desarrollo de modelos avanzados para la financiación de la construcción de centrales nucleares y la participación de las instituciones internacionales pertinentes en estos proyectos. A finales de 2024, por iniciativa de Rusia, se implementó un mecanismo para coordinar los esfuerzos de los países BRICS: la Plataforma de Energía Nuclear, y a principios de 2025, el Nuevo Banco de Desarrollo confirmó su disposición a sumarse a proyectos semejantes.
Argentina cuenta con una larga tradición del uso pacífico de la energía nuclear. Fue uno de los primeros países de América Latina en desarrollar esta industria y hoy no solo posee tecnologías avanzadas propias, sino también las promueve activamente para la exportación. En 2018 fueron firmados el Documento estratégico sobre la cooperación ruso-argentina en el campo del uso pacífico de la energía nuclear y una “Hoja de Ruta” de cooperación en la realización de proyectos concretos ruso-argentinos en este ámbito. Estamos dispuestos a colaborar con Buenos Aires, compartiendo experiencias y mejores prácticas. Estamos convencidos de que Rusia, como principal proveedor de uranio y líder en la construcción de reactores, puede desempeñar un papel importante en la implementación del Programa Nuclear Nacional anunciado por el Gobierno argentino.