Rusia elaboró un informe sobre “las causas de la crisis alimentaria”

Rusia elaboró un informe sobre “las causas de la crisis alimentaria”

El embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, dio a conocer los detalles del documento.


El embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, dio a conocer un informe preparado por la Embajada de la Federación de Rusia en Argentina donde se detallan, según sus datos, las causas de la crisis alimentaria global.

A continuación el texto completo:

Los Estados Unidos y sus aliados intentan acusar a Rusia de desencadenar la crisis alimentaria mundial, vinculándola con el inicio de la operación militar especial en Ucrania. Las hostilidades supuestamente han llevado a una escalada de los precios y han afectado negativamente el suministro de fertilizantes y propios alimentos.

Además, se acusa a Rusia de deterioro “malicioso” de la situación: bloqueo de las rutas marítimas para la exportación de cereales ucranianos a mercados extranjeros.

Es decir, están tratando de asignar casi toda la responsabilidad de la “hambruna mundial venidera” a nuestro país.

Somos conscientes de que las autoridades de la República Argentina prestan atención regularmente al tema de la crisis alimentaria mundial. Entendemos la particular urgencia de este asunto para el país que es un productor y exportador agroindustrial importante. Seguimos la información en los medios de comunicación, según la cual Argentina registra un déficit en fertilizantes necesarios para las temporadas de siembra. Notamos los crecientes precios en los supermercados.

Sin embargo, la situación actual en el mercado internacional de alimentos no se ha desarrollado de la noche a la mañana, sino que refleja las tendencias de dos últimos años, por lo menos.

Ya en 2021, el aumento del costo de los productos agrícolas en el mundo alcanzó niveles récord, constituyendo el 20% a una tasa anual. Fue provocado por los fenómenos climáticos adversos, las consecuencias de la pandemia de Covid-19, así como los errores de cálculo sistémicos en las políticas monetaria y energética de los países desarrollados.

Por lo tanto, la emisión adicional como medida anticrisis ascendió a unos 5 billones de dólares en los Estados Unidos, más de 1 billón de dólares en la Unión Europea y unos 2 billones de dólares en Japón. Al estimular la demanda interna, estos países desviaron hacia ellos los principales flujos de productos básicos, acelerando la inflación y creando déficit en el resto del mundo.

La transición anunciada a la “energía verde” llevó al rechazo de las inversiones en el sector de petróleo y gas, lo que provocó un aumento en las cotizaciones de energía. Como consecuencia, aumentó el precio del combustible para maquinaria y transportistas agrícolas, así como de la electricidad para la industria alimentaria. La escalada de los precios del gas arrastró el costo de los fertilizantes minerales: a fines de 2021, el valor de la carbamida y el salitre aumentó entre 3,5 y 4 veces, y de otros tipos de productos, entre 2,5 y 3 veces.

Un factor adicional son las sanciones ilegítimas de EE. UU. y la UE contra Rusia que es el mayor productor de alimentos del mundo. Las incautaciones, a las que se refieren Washington y Bruselas, no cambian realmente nada en relación con las exportaciones agrícolas de nuestro país. Los barcos extranjeros aún evitan ingresar a los puertos rusos, y las operaciones financieras en el marco de las transacciones con Moscú siguen siendo difíciles. Según algunas estimaciones, si nuestro país es “retirado” del mercado de fertilizantes, en apenas un par de años, el mundo perderá alimentos para 780 millones de personas. El daño potencial a la humanidad sería enorme.

En cuanto al grano ucraniano, las acusaciones de que Rusia bloquea intencionalmente sus suministros no corresponden a la realidad. Este grano se está exportando por las mismas rutas por las que se están suministrando armas a Ucrania desde la UE, o sea con vagones de ferrocarril y barcazas por el río Danubio. Sin embargo, el grano no alcanza a los países necesitados del Sur Global, depositándose en los almacenes de Europa. Las principales amenazas para la exportación de cereales ucranianos por vía marítima están vinculadas con un alto peligro de minas y la amenaza de bombardeos, ambas creadas por Kiev. Los especialistas rusos, por el contrario, al desminar los territorios correspondientes, han restablecido el trabajo de los puertos de Berdyansk y Mariupol. Nuestro país está dispuesto a ayudar a garantizar la navegación de embarcaciones comerciales extranjeras para realizar el transporte del grano desde Ucrania. Con este fin, el ejército ruso anuncia regularmente corredores humanitarios especiales desde los mares Negro y Azov.

Además, el pasado 13 de julio, se celebraron las conversaciones en Estambul con la participación de representantes de Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU, donde la delegación rusa presentó un paquete de soluciones del problema de reanudación de las exportaciones de cereales de Ucrania. Por lo tanto la especulación sobre la “mala voluntad” de nuestro país es absolutamente infundada.

Exhortamos a nuestros socios, incluidos los de Argentina, a no perder de vista que la afirmación promovida por Occidente sobre el inicio de una crisis alimentaria como resultado de una operación militar especial llevada a cabo por Rusia es solo un intento más de desacreditar a nuestro país en el marco de una salvaje campaña rusofóbica que no se basa en hechos fiables

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