La Comisión de Comunicación Social, Medios de Comunicación y Tecnologías de la Comunicación de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires trató la semana pasada en reunión de asesores el proyecto que propone declarar de interés cultural el libro Cromañón, las cenizas siguen ardiendo, de los periodistas Luciano Frangi y Facundo Martínez Reyes. La iniciativa fue propuesta por la Asociación Civil Nos Pasó a Todxs y por la Coordinadora Cromañon, (agrupación integrada por sobrevivientes y familiares de víctimas) y presentada por el legislador Claudio Romero.
Durante el encuentro estuvo presente Luciano Frangi, uno de los autores y sobreviviente de la tragedia ocurrida el 30 de diciembre de 2004 en el boliche República Cromañón, que dejó un saldo de 194 muertos y miles de heridos. A veinte años de aquella noche que marcó a una generación, Cromañón sigue siendo símbolo de una herida abierta, de un reclamo de justicia que no cesa y de preguntas que aún no encuentran respuesta.
El libro, editado por Jusbaires, y cuyo prólogo escribió Taty Almeida (presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), no sólo ofrece una mirada periodística sobre la mayor catástrofe no natural de la historia argentina, sino que también constituye un valioso archivo de voces en primera persona.
“Luego de diez años de investigación, producción y redacción, con más de 60 entrevistas a políticos, artistas, sociólogos, psicólogos, periodistas, sobrevivientes y familiares de víctimas, nuestro libro no es sólo de testimonios, si base está apoyada en tres pilares fundamentales: la cultura del aguante, la codicia del capitalismo salvaje representado en el sector privado y la corrupción estatal”, explicó Frangi ante los asesores legislativos. Por su parte, el periodista Facundo Martínez Reyes, coautor de la obra, expresó: “Cromañón es una tragedia en la que hay muchas responsabilidades y, como indica su título, por supuesto que esas cenizas siguen ardiendo fuerte para las víctimas y sobrevivientes”. Y agregó: “Mientras no tengamos una definición absoluta de que una cosa así no va a volver a suceder, esas cenizas nos van a seguir quemando y nos van a seguir ardiendo”.
Ambos autores destacaron el trabajo sostenido de la Coordinadora Cromañón y de quienes, desde hace casi dos décadas, transforman el dolor en memoria activa. La declaración de interés cultural del libro representa un nuevo paso en el reconocimiento institucional a la lucha de sobrevivientes y familiares, así como a la necesidad de seguir hablando de Cromañón como una deuda colectiva.