Desde los bloques opositores se acusa a Menem de dilatar adrede el envío de los expedientes, con el objetivo de que la reforma no sea tratada antes de las próximas elecciones legislativas. El diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, presentó una nota formal reclamando la “inmediata comunicación” al Senado. “El Presidente de la Cámara no puede frenar al Congreso por sus decisiones o especulaciones políticas”, argumentó públicamente.
Frente a esas acusaciones, las autoridades de Diputados alegan que no hay maniobra dilatoria: sostienen que aún están dentro de los plazos razonables y recuerdan que la semana pasada hubo días sin actividad legislativa (por feriados) y se realizaron interpelaciones previstas. Además, resaltan que no existe un plazo legal estricto que obligue a Menem a remitir inmediatamente los proyectos al Senado.
7 DÍAS SIN DESPACHAR LAS LEYES APROBADAS POR DIPUTADOS
Siendo las 12:00 hs, y siete días después de la sesión del 8 de octubre, los proyectos de ley aprobados por Diputados siguen cajoneados en la Presidencia.
Entre ellos, la reforma que limita los DNU y la delegación… pic.twitter.com/pUChVWfB9W
— maxi ferraro (@maxiferraro) October 16, 2025
En el Senado, la estrategia oficial —según versiones del peronismo— era avanzar con el expediente en comisión para poder convocar a sesión la semana entrante. No obstante, de no lograr dictamen de comisión, se requeriría una mayoría de dos tercios del recinto para debatir directamente, algo poco factible en el contexto electoral.
La reforma en debate modifica la ley 26.122 de 2006 y plantea como eje central que ambas cámaras del Congreso deben pronunciarse sobre la validez de los decretos presidenciales para que éstos sean ratificados —en contraste con la situación actual, en la que basta la aprobación de una sola cámara. El artículo rechazado proponía que, de no pronunciarse el Congreso en 90 días, el decreto perdería vigencia, una cláusula que finalmente quedó fuera del texto.
El clima político se agudiza en la recta final previa a las elecciones, con la oposición reclamando celeridad institucional y el oficialismo defensivo ante las acusaciones de jugar al reloj. El desenlace dependerá en buena medida del accionar de Menem y del cálculo político de los bloques en el Senado para intentar aprobar la reforma antes del receso electoral.