Puente Labruna: el GCBA trabaja para descongestionar el tránsito porteño

Puente Labruna: el GCBA trabaja para descongestionar el tránsito porteño

La Ciudad renueva y amplía el puente más transitado para descongestionar uno de los nodos viales más críticos de Buenos Aires.


La administración de la Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció el inicio de los trabajos de ampliación del Puente Labruna, considerado uno de los cruces más importantes y congestionados de la ciudad. La obra, que se desarrolla a través de la empresa Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA), apunta a mejorar la circulación vehicular y la conectividad peatonal en el corredor que une la Ciudad con el conurbano norte.

Según los datos oficiales, más de 350.000 personas transitan diariamente por esta infraestructura, motivo por el cual se considera prioritaria la intervención. En concreto, se planea la construcción de nuevas ramas de ingreso y egreso hacia las avenidas Lugones y Cantilo, así como una pasarela para peatones y ciclistas más amplia, con el objetivo de integrar mejor zonas universitarias, de innovación y la Costanera.

El proyecto contempla una duración estimada de 24 meses y se espera que esté finalizado para mediados de 2026, momento en el que se prevé una mejora sustancial en el flujo de vehículos y una reducción de los tiempos de viaje. Las obras se organizan en tres grandes frentes: el carril noroeste (desde el Parque de Innovación y Udaondo hacia Ciudad Universitaria y Cantilo), el carril sureste (desde Cantilo hacia el Parque de Innovación y el ingreso a Lugones) y la creación de colectoras en la cabecera norte que incluirán una plaza elevada con accesos peatonales y ciclistas.


De acuerdo con las autoridades porteñas, esta intervención no solo mejorará la movilidad, sino que ampliará la interconexión entre la Ciudad, la Costanera y la zona universitaria, lo cual tiene implicaciones urbanísticas y de calidad de vida para los vecinos. Cabe señalar que como parte del proyecto se eliminará la pasarela peatonal existente, la cual será desplazada sobre el lado sudeste de los dos carriles de un único sentido, generando un nuevo cruce peatonal y ciclista y ampliando el tablero existente del puente.

Con esta obra, la Ciudad busca poner punto final a uno de los cuellos de botella históricos del sistema vial porteño y avanzar hacia una movilidad más fluida y accesible para todos los modos de transporte. 

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