El gobierno de Javier Milei no escatima esfuerzos en recortar el cuerpo diplomático, implementando medidas que van desde una inédita línea ideológica, el congelamiento de sueldos para diplomáticos de carrera, hasta demoras en los nombramientos de la Cancillería y la suspensión de nuevos ingresos al Servicio Exterior de la Nación (ISEN).
Sin embargo, en contraposición, la “diplomacia de la libertad” del presidente favorece a sus amigos y gurús intelectuales, como es el caso de la controvertida y costosa contratación de Eva Carrasco Buñuelos. Esta profesora española, vinculada a la universidad del economista Jesús Huerta de Soto, ha sido designada desde febrero como directora del Colegio Mayor Argentino en Madrid, a pesar de no tener experiencia diplomática ni conexión con Argentina, recibiendo un salario aproximado de 6.000 euros (equivalente a unos 25 salarios mínimos argentinos).
El responsable de este nombramiento es Marcelo Alejandro Nimo, un abogado que inició su carrera política en el partido bonaerense de Avellaneda y, tras varias modificaciones en su trayectoria política, logró que Alberto Fernández lo nombrara agregado comercial en España en 2023. Tras un breve periodo de reflexión, comprendió el cambio de época y fue designado cónsul por el gobierno libertario, a pesar de su falta de experiencia diplomática. En términos libertarios, el exkirchnerista y actual mileísta “la vio”.
Hasta hace poco, Nimo era casi un desconocido en el ámbito político argentino, a pesar de haber sido concejal en el peronismo bonaerense bajo el liderazgo del exintendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Álvarez de Olivera, en 2009. Desde que dejó su cargo en 2013, ha sido parte de las filas de De Narváez y del Frente Renovador liderado por Sergio Massa.
En 2023, Alberto Fernández lo nombró en el directorio de Correo Argentino. Nimo, representante del Frente de Todos, expresaba su descontento con el directorio de la empresa por no atender a los sindicatos, algo que consideraba esencial para un gobierno peronista. Sin embargo, tras ser promovido a la embajada de España como agregado comercial, estableció conexiones para acercarse a Javier Milei, el “loco” de la motosierra que logró captar la indignación de los ciudadanos argentinos frente a la crisis económica.
Quién es Alejandro Nimo
Nimo, de 47 años, no es diplomático, pero es agregado comercial con “rango de consejero y cónsul general”, lo que le garantiza un sueldo de US$9.600 mensuales, pasaporte diplomático y todas las inmunidades correlativas propias de un diplomático. Abogado, vive desde 2023 en Madrid, pero hace diez años que frecuenta la ciudad por temas profesionales.
El recorrido político de Nimo semeja las emociones de una montaña rusa. En su perfil de Linkedin se presenta como “anarcocapitalista, discípulo del GRAN [en mayúsculas] Jesús Huerta de Soto, Libertario Menemista y Mileísta”.
Pero Nimo fue mucho más que eso: candidato en las listas del ex comisario Luis Patti, asistente de Carlos Menem, candidato en una lista de Francisco de Narváez y de Sergio Massa a la vez y parte del Pro en el municipio de Avellaneda, donde fue concejal y jefe del bloque durante el gobierno de Maurico Macri. A la embajada en España llegó a instancias de Massa mientras fue ministro de Economía y luego fue refrendado en ese puesto por la administración libertaria.
“Desde el año 1999 hasta el 2009, que ingresé de concejal en Avellaneda, estuve en el equipo de asistentes de Carlos Saúl Menem bajo la guía de Ramón Hernández”, explica Nimo. “Participé con ellos de todas sus candidaturas a gobernador de La Rioja y a senador nacional, hasta que fui electo por Unión PRO en 2009. Antes de eso ya me había presentado como candidato a intendente de Avellaneda por Luis Patti, por el PAUFE”.
Nimo, que está cursando un Máster de Economía en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, es, entonces, político y peronista, dos condiciones que lo ubicarían en la “casta” que Milei y él mismo dicen aborrecer.
“Sigo siendo político, del peronismo de centro y menemista. Político nunca se deja de ser. Lo que no soy ahora es estatista, porque la escuela austriaca me enseñó que no hace falta el Estado para resolver la vida de la gente”, responde.
En “La diplomacia de la libertad”, un documento de 20 páginas, Nimo cita referencias históricas acerca del nacimiento de la diplomacia, a los economistas Ludwig von Mises y Jesús Huerta de Soto, dos referentes de la “escuela austriaca” en la que abreva el presidente, y no ahorra críticas al funcionamiento de la Cancillería, a la que considera “casta” diplomática.