De acuerdo con fuentes políticas, el asesor presidencial Santiago Caputo fue uno de los primeros en aconsejar un enfoque menos confrontativo con los gremios. Caputo, conocido por mantener un diálogo fluido con distintos sectores sindicales, consideró que “hay que tener timing para dar las batallas, no se las puede dar todas de golpe y menos con los gremios en la calle”, advirtieron desde su entorno.
Esa posición fue acompañada por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Según el documento al que accedió este medio, Menem señaló que embestir contra los sindicatos podría “generar ruidos y entorpecer la sanción de las leyes prioritarias para el Gobierno en el corto plazo”, entre ellas el presupuesto 2026 y los proyectos de inocencia fiscal y equilibrio fiscal.
La puja interna se da en contraposición con la postura del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien impulsa un tratamiento más profundo de temas sensibles como la eliminación de la denominada cuota sindical obligatoria. Sturzenegger ha defendido estos cambios como parte de una modernización del régimen laboral y cuestionó los mecanismos financieros de las estructuras gremiales.
Reforma laboral sin derechos laborales.@granovskymartin analiza las tres gestiones de Sturzenegger respecto a la creación de empleo en el país. pic.twitter.com/slmb4y2aFb
— QR Escaneá La Realidad (@programaqr) December 10, 2025
El debate sobre el texto final se intensifica en un contexto de fuerte presión sindical: la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó de urgencia a su consejo directivo y no descarta acciones de protesta que podrían coincidir con el tratamiento de la reforma en el Congreso, según fuentes gremiales.
En respuesta a las preocupaciones expresadas por Caputo y Menem, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, dejó entrever que los cambios en materia sindical no formarán parte del proyecto principal que se enviará ahora, sino que podrían abordarse en una iniciativa separada más adelante. “Entendemos que las modificaciones que haya que hacer en materia sindical van a ser parte de una segunda ley”, aseguró el funcionario.
La decisión final sobre el contenido del proyecto de reforma laboral recaerá en el presidente Milei y en su orientación política sobre la conveniencia de avanzar con medidas duras contra los gremios o de moderar el enfoque para facilitar la sanción de otras leyes clave en medio de un calendario legislativo exigente.
