¿Cómo nació el libro?
Es muy gracioso… ¡Yo estaba buscando un taller de poesía! Porque tenía muchos poemas y textos escritos y quería robustecerlos. Entonces, comencé a buscar por Instagram y llegué al perfil de Camila Parrota. Ella tiene un emprendimiento que se llama Proyecto 90, que ayuda a escritores a escribir sus libros en tan solo 90 días. La propuesta me encantó y no dudé en sumarme a sus clases. Lo más curioso es que no escribí uno, sino dos en ese tiempo. Así que digamos que, ¡el libro llegó de sorpresa!
¿Qué te motivó a escribir?
Las ganas de animarme a mostrar mis textos. Escribo porque en la vida pasan muchas cosas y tengo ganas de contarlas por algún motivo. A veces por simple catarsis, otras para motivar a que las personas reparen en todo lo que hay detrás de las pantallas y otras por que sí. En mi caso, la escritura me acompaña desde que soy muy chica. Siempre fue mi lugar seguro, mi campo de batalla.
Quiero destacar que el apoyo de mis seres queridos fue clave para que pueda ganar esa confianza, motivación y vencer el miedo al “qué dirán”. Cuando comencé a compartir mis poemas y a recibir devoluciones, me di cuenta de que mi poesía ayuda y acompaña en los procesos de las personas. Eso fue muy gratificante. Me llegaban audios de mis amigues diciéndome que les había movilizado lo que leyeron, que se sentían identificadxs y me agradecían por compartirlo. Eso fue un antes y un después para mí. Fue una brújula que me marcó el camino que tenía que seguir.
¿Por qué elegiste la poesía?
Creo que la poesía me eligió a mí. Es un género que me desafía constantemente en cuanto a poder contar una historia en pocos versos y que éstos lleguen a tocar fibras en las personas. Incluso, me ha pasado con poemas de Alejandra Pizarnik, Margarita Roncarolo, Raymond Carver, Héctor Viel Temperley, Charles Bukowski, Idea Vilariño y Mario Benedetti. Era leerlos y quedarme sin palabras, procesando lo que acababa de pasar. Digamos que ellos me trajeron la poesía a la puerta de mi casa y yo les abrí la puerta. Fue amor a primera vista. La poesía me da la libertad que quiero y necesito.
De todas formas, tengo varios cuentos escritos pero que no se publicaron, por ahora. Quién te dice… Más adelante.
¿Cómo definirías tu estilo?
Mi poesía está ligada al orden de la contemplación. Invita a encontrar lo extraordinario en lo cotidiano, explorando las emociones que nos atraviesan como personas en el día a día. También, lo defino como un espacio para sentir, para repensarnos y reencontrarnos con la humanidad en su forma más pura y cruda, sobre todo en estos tiempos donde estamos sobreestimulados por las pantallas.
En uno de mis poemas, cito: “esperaba que el fin del mundo / me encuentre en otra circunstancia / pero lo espero escribiendo”. Y aún así cuando creemos que todo puede terminarse –de la peor manera– o que estamos en un peligro constante, la escritura y la lectura aparecen como un acto de resistencia y valentía.
¿Cómo sigue tu agenda de actividades?
El jueves 12 de junio voy a estar presentando Algo puede arder en mí en el bar Ay Cariño (Lavalle 3502) a las 20 hs. Va a estar muy bueno, porque además de poesía vamos a disfrutar de buena música y comida rica.
Para conmemorar el día de las y los escritores, estaré participando de un conversatorio con otrxs autorxs independientes para charlar sobre la experiencia de autopublicarse. Se realizará el 13 de junio en Libremos, la librería de la editorial El Zócalo –quienes me ayudan a cumplir este gran sueño– ubicada en Santiago del Estero 995 a las 17.30 hs.
En los dos eventos puede adquirirse el poemario. Sino pueden escribirme directamente a mí para conseguirlo, ya sea en formato físico como Ebook si estás en otra parte del mundo.