Marangoni: “El liderazgo de Cristina se siente amenazado por Kicillof”

Marangoni: “El liderazgo de Cristina se siente amenazado por Kicillof”

El dirigente analizó la interna peronista.


El politólogo Gustavo Marangoni analizó la interna del peronismo al afirmar que “el liderazgo de Cristina Kirchner se siente amenazado por Axel Kicillof” y sostuvo que la expresidenta busca preservar su rol de conducción frente al avance del gobernador bonaerense.

Según Marangoni, la tensión no es solo una cuestión de egos o espacios internos, sino de quién conduce realmente el movimiento peronista. En sus palabras: “Ella busca preservar su rol de conducción frente al avance del gobernador bonaerense”. El análisis plantea que Kicillof ya no actúa meramente como un aliado de Kirchner sino que aparece como un contendiente real dentro del frente.

El politólogo enfatizó que la provincia de Buenos Aires, epicentro del peronismo, se ha convertido en la escena donde Kicillof despliega su fuerza. Marangoni consideró que esta dinámica genera un replanteo de poder: “El liderazgo de Cristina se siente amenazado por Kicillof”. Esta revisión del poder interno pone en movimiento discusiones de fondo sobre las candidaturas, las listas y las prioridades de gestión.


Además, Marangoni señaló que la disputa no es únicamente simbólica sino estratégica: el rol de la expresidenta, está ligado a una conducción más amplia del partido, mientras que el gobernador bonaerense fortalece su perfil territorial y su base de poder concreto. Este cruce entre conducción partidaria y poder regional marca el choque entre los dos liderazgos dentro de la misma fuerza.

El escenario abre interrogantes sobre el futuro del peronismo: ¿se trata de una transición interna hacia un nuevo liderazgo o simplemente de una redistribución de roles dentro del mismo bloque? Marangoni advierte que la experiencia de Kirchner como cabeza política no es garantía de indefectible dominio si emergen fuerzas capaces de disputar su espacio. En ese sentido, indicó que “ella busca preservar su rol de conducción” ante un escenario que se mueve.

Por último, la visión del analista sugiere que esta tensión es saludable para el peronismo si se maneja con prudencia: genera renovación, provoca debate y exige definiciones claras. Sin embargo, también conlleva riesgos de fragmentación si los actores no logran acuerdos o si la pelea interna se traslada al plano electoral sin una estrategia común. El peronismo enfrenta así un momento donde las figuras tradicionales y las emergentes deberán decidir si conducen juntas o en apartados.

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