Macri: “El gobierno encontró a su peor enemigo dentro del propio oficialismo”

Macri: “El gobierno encontró a su peor enemigo dentro del propio oficialismo”

El expresidente publicó una carta en las redes sociales.


El expresidente Mauricio Macri se refirió a la crisis política dentro del Frente de Todos en una carta difundida en sus redes sociales. “El gobierno encontró a su peor enemigo dentro del propio oficialismo”, dijo Macri acerca del distanciamiento entre Alberto Fernández, y Cristina Kirchner.

“La pareja presidencial solo está unida por la mutua necesidad de alcanzar y mantener el poder, no por un proyecto, ni ideas, ni visiones”, escribió.

Desde sus redes sociales, Macri reapareció con un mensaje acerca del acuerdo con el FMI en el que valoró la postura de Juntos por el Cambio de acompañar al gobierno para “evitar un default”.

“A pesar de la sucesión de muy malas noticias a las que nos tiene acostumbrados el gobierno, es para destacar como una muy buena la votación favorable que se alcanzó el jueves en el Congreso. Gracias al voto positivo de Juntos por el Cambio, que mostró una gran responsabilidad democrática y una fuerte unidad, evitamos el default”, publicó Mauricio Macri este domingo.

Mauricio Macri criticó la gestión económica de Alberto Fernández: “No sabe dónde está, a dónde va, ni cómo ir”.

“De manera insólita el gobierno encontró a su peor enemigo dentro del propio oficialismo. Esta lucha interna exhibe delante de todos los argentinos lo que siempre supimos, la pareja presidencial solo está unida por la mutua necesidad de alcanzar y mantener el poder, no por un proyecto, ni ideas, ni visiones. No hay ni plan ni lealtad, y mucho menos responsabilidad para gobernar”, fustigó el exmandatario.

“La inflación a la que el gobierno desatendió y hasta promovió durante dos años mientras postergaba con excusas un acuerdo inexorable con el FMI, es el resultado de sus innumerables medidas equivocadas y de su política de emisión monetaria irresponsable, tan tóxica como letal”, señaló, y criticó los anuncios “vacíos” de Alberto Fernández. “El presidente no dijo casi nada pero dejó algunas cosas claras: no sabe dónde está, a dónde va, ni cómo ir”, agregó.

Para cerrar su crítico mensaje, el exmandatario destacó el “colapso cultural del modelo populista” al que calificó de ser “adicto” a “desordenar la macroeconomía a la emisión infinita, a gastar el dinero que no tiene y a echar culpas a enemigos ficticios”.

“Como en la vida ‘chocarse contra la pared’ nos obliga a admitir que las fantasías tienen límites. Que no pueden inventar números, que los plazos tienen cumplirse y que la improvisación, la sarasa y el chapucerismo tarde o temprano tienen consecuencias reales”, dijo, y concluyó: “Este gobierno muy pronto será un recuerdo, pasará, dejará su lugar a otros y será olvidado”.

El text0 completo de la carta titulada “Evitamos el default”

A pesar de la sucesión de muy malas noticias a las que nos tiene acostumbrados el gobierno, es para destacar como una muy buena la votación favorable que se alcanzó el jueves en el Congreso. Gracias al voto positivo de Juntos x el Cambio, que mostró una gran responsabilidad democrática y una fuerte unidad, evitamos el default. Al respecto hay para decir que el default no es un tema técnico que ocupa a los ministros. El default es, para usar comparaciones que se están usando ahora, una “bomba atómica económica”, una situación que dispara una sucesión de sanciones y restricciones que producen un enorme daño sobre la economía y la vida de los países. Evitar el default es evitar dolor, pobreza, sufrimiento.

Hubo dos claves para que se votara a favor. La primera fue la aceptación de retirar los considerandos falsos que había incluido el gobierno. En segundo lugar, la aceptación de desacoplar la aprobación del endeudamiento y el programa económico presentado por el Ejecutivo. Es decir, votamos el acuerdo pero no el plan al que consideramos insustancial y muy malo. En definitiva, la acción de Juntos x el Cambio logró no solo evitar el default sino que salga un mejor proyecto.

La votación también dejó al descubierto todas las fracturas que existen en la presidencia. Y eso también es bueno, porque ver las cosas como son es bueno. De manera insólita el gobierno encontró a su peor enemigo dentro del propio oficialismo. Esta lucha interna exhibe delante de todos los argentinos lo que siempre supimos, la pareja presidencial solo está unida por la mutua necesidad de alcanzar y mantener el poder, no por un proyecto, ni ideas, ni visiones. No hay ni plan ni lealtad, y mucho menos responsabilidad para gobernar.

Hay ahora una situación de emergencia en la economía argentina gravísima y amenazante. La inflación a la que el gobierno desatendió y hasta promovió durante dos años mientras postergaba con excusas un acuerdo inexorable con el FMI, es el resultado de sus innumerables medidas equivocadas y de su política de emisión monetaria irresponsable, tan tóxica como letal.

Y esa inflación crece de forma desbordante. En este contexto tan delicado el mensaje vacío de anuncios que el viernes hizo el presidente resultó irritante. El presidente no dijo casi nada pero dejó algunas cosas claras: no sabe dónde está, a dónde va, ni cómo ir.

Por muchas de estas cosas que quedan exhibidas cada día, asistimos por primera vez a una gigantesca derrota cultural del modelo populista, adicto a desordenar la macroeconomía, a la emisión infinita, a gastar el dinero que no tiene y a echar culpas a enemigos ficticios. El solo hecho de que estén obligados a algún tipo de orden económico es un indicador del tamaño de su colapso cultural. Como en la vida “chocarse contra la pared” nos obliga a admitir que las fantasías tienen límites, para la cultura populista es tener que aceptar que la realidad también existe para ellos, que no pueden inventar números, que los plazos tienen cumplirse y que la improvisación, la sarasa y el chapucerismo tarde o temprano tienen consecuencias reales.

La situación angustiante, la falta generalizada de esperanza en el mañana y el retroceso en todos los niveles, llevó a muchos argentinos a irse del país, a algunos a planear irse lo más pronto posible, y a otros -la mayoría que no quiere irse- a sentirse igual, desesperanzados, frustrados, enojados, hartos. Comparto muchos de sus sentimientos. Pero a pesar de todo yo mantengo mi optimismo. No soy optimista en el ahora, mi optimismo está adelante. Este gobierno muy pronto será un recuerdo, pasará, dejará su lugar a otros y será olvidado. Cuando eso suceda, de a poco las cosas se irán acomodando y empezaremos a estar mejor, un poco mejor, no mucho mejor, pero yendo hacia un destino correcto. Confío en los argentinos. El mundo aún nos está esperando.

 

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