El secretario de Salud y Servicios Sociales de los EE. UU., Robert F. Kennedy Jr., llevó a cabo su primer encuentro oficial en Argentina durante su visita de dos días, que culminará este martes con una audiencia con el presidente Javier Milei. El representante de Donald Trump inició su agenda esta tarde al reunirse con su contraparte argentina, el ministro de Salud, Mario Lugones, quien aprovechó la ocasión para presentar nuevas regulaciones en el sistema de salud.
Al término del encuentro, iniciado a las 16.30 y desarrollado en la sede del Ministerio de Salud, desde la cartera libertaria comunicaron una serie de medidas que buscan plasmar el rumbo adoptado por la gestión nacional.
“Queremos pasar de un modelo sanitario centrado en reparar la enfermedad a uno enfocado en cuidar la salud basado en evidencia científica”, indicaron.
Las cinco medidas
- Achicamiento y eficientización de la estructura operativa de los organismos que dependen del Ministerio de Salud, plan al que denominan Revisión integral del funcionamiento del sistema de salud nacional;
- La ratificación de la postura argentina de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS);
- La revisión en el uso de ciertos aditivos y otros ingredientes en la industria alimenticia;
- La revisión de la continuidad del uso de autorizaciones rápidas en medicamentos de alto costo;
- Un principio de endurecimiento para los procesos de revisión y control de vacunas.
Muchos de estos elementos están alineados con las acciones de Kennedy Jr. desde su llegada al cargo de secretario, teniendo como base su lema de gestión Make America Healthy Again (MAHA), que recuerda el eslogan de Trump, pero con un enfoque en la promoción de estilos de vida sostenibles.
Asimismo, este funcionario estadounidense es reconocido en su país por su activismo contra las vacunas, aunque ha moderado sus opiniones en ciertos casos desde que asumió el puesto.
En relación con la primera medida, el Ministerio de Salud anunció que llevará a cabo una revisión integral de su organigrama y de sus procedimientos, enfocándose especialmente en las entidades bajo su dependencia. Esto incluye a los hospitales nacionales, los institutos de salud, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) y la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), entre otros.
“El objetivo es ordenar, actualizar y transparentar estructuras y procesos que durante años funcionaron con superposiciones, normas obsoletas y escasa supervisión. El sistema debe servir a las personas y no a la burocracia. Durante años, muchas de estas estructuras operaron con normas obsoletas, funciones superpuestas, falta de trazabilidad y escasa supervisión real”, afirmaron.
En tanto, al comienzo de su mandato, Kennedy Jr. impulsó cerca de 10.000 despidos en agencias clave como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), justificándolo como un esfuerzo para reducir la burocracia. Un discurso similar al de la motosierra argentina.
Como segunda medida, el ministro Lugones reafirmó la decisión del Estado Nacional de desvincularse de la OMS. “Hoy en día, las pruebas demuestran que las recomendaciones de la OMS son ineficaces, ya que no se fundamentan en la ciencia, sino en intereses políticos y estructuras burocráticas que se niegan a reconocer sus propios errores. En lugar de corregir su rumbo, la OMS ha decidido expandir competencias que no le competen y poner en jaque la soberanía sanitaria de las naciones”, argumentaron.
VISITA OFICIAL DEL SECRETARIO DE SALUD Y SERVICIOS HUMANOS DE EE.UU. @SecKennedy 🇦🇷🤝🇺🇸
El ministro @Mariolugones_ar mantuvo una reunión con el representante de la cartera sanitaria estadounidense, en la que se acordó trabajar en sistemas de salud centrados en la prevención, y… pic.twitter.com/wtymbLeOju
— Ministerio de Salud de la Nación (@MinSalud_Ar) May 26, 2025
Este es uno de los puntos en común entre las administraciones de Milei y Trump, que han manifestado su intención de abandonar la organización multilateral, la cual se encuentra actualmente en sesión en Ginebra y sin representantes de Argentina. “La OMS no solo ha sucumbido a la presión política de China, sino que también ha fallado en su objetivo de mantener una organización transparente y con una gestión equitativa”, afirmó Kennedy Jr. la semana pasada en un mensaje dirigido a ese foro.
La decisión que puede tomar un país miembro de la OMS debe ser aceptada por consenso, por lo que basta con la negativa de sus miembros para que la Argentina no se pueda retirar. La denostación que hacen los libertarios se amparan, generalmente, se basa en recomendaciones que hacían en la época de la pandemia de Covid-19, aunque, en rigor, era el Estado Nacional quien decidía qué políticas públicas implementar. La duración de la cuarentena albertista fue uno de los aspectos que fue reprobado desde los altos mandos del organismo supranacional.
En línea con la consigna Make America Healthy Again de Kennedy Jr., el Ministerio de Salud anunció una revisión de los “aditivos sintéticos” en alimentos, con el objetivo de “proteger la salud de la población —especialmente de los niños— y reducir la exposición cotidiana a sustancias con potencial riesgo”.
Estas cuestiones son reguladas por la ANMAT a través del Código Alimentario Argentino (CAA), que confeccionan los expertos en función a la evidencia empírica del momento. Los libertarios anunciaron que también pretenden “advertir” sobre el impacto de ciertos ingredientes (aún no se notificaron cuáles) y su relación con enfermedades crónicas.
Como cuarto apartado, la cartera de Lugones informó que se someterá a análisis el uso de autorizaciones rápidas (fast-track) para medicamentos de altísimo costo, con especial énfasis en aquellos destinados a niños y “enfermedades raras”. “La innovación no puede justificar decisiones apresuradas ni sin evidencia sólida. Se abrirá una discusión técnica sobre los criterios de aprobación, priorizando la seguridad del paciente y la sostenibilidad del sistema, para que los nuevos tratamientos no se transformen en improvisación autorizada”, justificaron la decisión.
Por último, anunciaron que el Ministerio pondrá el foco en los procesos de fabricación, aprobación y supervisión de vacunas, con el objetivo de garantizar que las decisiones sanitarias “estén basadas en evidencia pública, verificable y con controles efectivos”.
Se promoverá que las vacunas sean evaluadas en estudios clínicos con un grupo placebo como requisito mínimo. “Un claro ejemplo de esta necesidad es la vacuna contra el Covid-19, que fue administrada sin un grupo de control y en condiciones de aprobación excepcionales. Revisar no implica rechazar: es solicitar más evidencia, no menos. Este enfoque busca aumentar la rigurosidad del proceso y fortalecer la confianza pública a través de datos que sean comparables, accesibles y verificables”, concluyeron, al tiempo que reafirmaron que se continuarán las campañas de vacunación “seguras, como la del sarampión”.