Ante la condena de Cristina Fernández de Kirchner, el kirchnerismo salió a decir que fue un tiro por la culata para la Justicia, porque, lejos de debilitarlo, va a fortalecer al peronismo. ¿Cuál es su lectura?
La estrategia de defensa política de Cristina con respecto a su situación judicial siempre apuntó a lograr que el peronismo se solidarice con ella, cosa que ocurrió. Esto alimentó el encuadre que Cristina le quiere dar a todo esto. Básicamente, ella quiere perpetuar la idea de que es una persecución política contra su figura. Probablemente esto sea metabolizado por el electorado peronista de un modo autodefensivo. Es decir, para defender la posición de Cristina, hay que defender la posición del peronismo. Esta doble necesidad generó la imagen de un peronismo más unido.
¿Cómo respondió el electorado?
Desde nuestra consultora formulamos la pregunta de si Cristina es una perseguida política o si, por el contrario, es culpable de delitos de corrupción. El 56% contestó que es culpable, mientras que el 40% la percibe como una perseguida política. A pesar de que la mayoría no coincide con la visión que propone Cristina, es importante destacar que este 40% representa un porcentaje mayor del que veníamos viendo en previas encuestas. Y este aumento responde a esta lógica a la que recurrió el peronismo. Este espacio político se sintió agredido y reaccionó corporativamente, tal como quería Cristina. Ahora bien, ésta es una parte de la cuestión. Lo segundo que hay que ver es si efectivamente Cristina es y va a seguir siendo la líder del partido.
¿Y cuál es su percepción?
Que no está ocurriendo y que tampoco va a ocurrir. ¿Por qué? Gran parte del peronismo, aunque no lo admitan abiertamente, entienden que después de lo ocurrido en el 2023, es necesario encarar un proceso de renovación. Pero están en una disyuntiva: nadie se atreve a pedirle a Cristina que dé un paso al costado y además nadie puede derrotarla electoralmente.
¿Ni siquiera Axel Kicillof?
Ni siquiera Kicillof. Él tuvo palabras de solidaridad para Cristina y estuvo presente en las movilizaciones a favor de ella. Él le insinúa que ella dé un paso al costado, pero no se anima a decírselo públicamente. Y eso también es parte de la bronca que siente Cristina. Cuando fueron las elecciones del Partido Justicialista (PJ), Kicillof apoyó a Quintela, pero por debajo de la mesa. Esto generó una doble pelea, en donde de un lado tenés a aquellos miembros del partido que quieren que Cristina pase a otra etapa y, por el otro lado, a una Cristina que se resiste a esto porque quiere seguir teniendo protagonismo y seguir armando un espacio político para ella o para su propia gente. Y es lo natural para cualquier animal político. Cristina no se va a jubilar.
¿Y cómo se resuelve el “problema” de Cristina dentro del peronismo?
Difícil, porque nadie se anima a enfrentarla públicamente. Y, retomando la pregunta inicial, el fallo no vino a solucionar esto. Al contrario, vino a complejizarlo. En esta situación, Cristina está reclamando de forma mucho más nítida que le digan en la cara que dé un paso al costado. De lo contrario, ella va a seguir resistiendo, porque la realidad es que, como se vio demostrado en las diversas movilizaciones, tiene todavía apoyo popular.
Desde sus análisis, ¿no se ve ninguna reacción negativa al hecho de que Cristina ponga en el centro de la discusión su condena y no los problemas diarios de los ciudadanos comunes?
Mirá, te lo pongo en estos términos. A nosotros, los analistas de opinión pública, nos sucede algo similar a ustedes, los periodistas. ¿A qué me refiero? Al momento de formular una pregunta, tenemos que pensar muy bien cómo la hacemos para conseguir la respuesta más sincera. Es decir, queremos que el encuestado, en su caso el entrevistado, responda lo que de verdad piensa y no lo que cree que le conviene decir. El sesgo partidario en las encuestas de opinión pública es muy fuerte. Por otro lado, está la bajada por parte de la dirigencia. Ya Uado de Pedro dijo que lo primero que van a hacer si son gobierno es conseguir el indulto a Cristina. Ahora, yendo a los hechos, si de verdad ésa va a ser su prioridad y no los problemas que atañen a los ciudadanos comunes, yo les diría que esperen sentados.
¿Qué parte del electorado podría sentirse afectado por esto?
Por supuesto que no estamos hablando de los simpatizantes más leales, que, aunque lo vean como algo inconveniente, no lo van a admitir y van a seguir votando al partido de forma casi incondicional. El militante sabe que hay que priorizar el apoyo al partido antes que la crítica. Lo interesante es entonces ver qué sucede con aquel votante que se siente peronista, pero no militante. Es decir, un peronista que no está involucrado sentimentalmente con la causa. Y acá entra otro capítulo interesante: si hay alguien al que le conviene que Cristina siga teniendo protagonismo es al oficialismo. El gobierno nacional intervino en la negociación para que Cristina pudiera transitar este momento de la manera menos, por decirlo de alguna forma, vergonzosa y más digna posible. Me refiero a esto de recibir la famosa notificación por Zoom, sin tener que ir a Comodoro Py y ni hablar de evitar que la Justicia ponga a Cristina en una celda o cualquier otra situación no deseable. En La Libertad Avanza ven a la polarización con ella como algo que les juega a favor, no en contra. LLA pudo sumar nuevos votantes, más por la vía del rechazo que por la vía del encanto. Entonces, toda esta discusión del balcón les viene bien. Si me pedís un número de potenciales votantes de Cristina que están viendo todo esto con malos ojos, es muy difícil de estimarlo.
Desde su consultora, ¿están pudiendo elaborar algún pronóstico de cuáles van a ser los resultados de las próximas elecciones?
Pronóstico hay, pero me temo que no tiene muy buena capacidad predictiva. En elecciones legislativas, tenemos la dificultad de que son veinticuatro elecciones simultáneas. Para ser preciso, uno debería llevar a cabo un estudio muy minucioso por cada elección, algo que cuesta mucho llevar a cabo en términos de recursos materiales y de tiempo. En segundo lugar, no está claro cómo se va a confeccionar la oferta electoral. Especialmente, en aquellas provincias donde no gobierna el peronismo. Lo ilustro con el ejemplo de Entre Ríos o Mendoza, Chubut, San Luis, Santa Fe. ¿Qué va a ocurrir con esos oficialismos locales? ¿LLA va a sellar una alianza y va a competir de forma bipartidista con el peronismo o va a haber un escenario de tres? Ese detalle es central, porque cambia completamente la dinámica de competencia, lo que puede alterar notablemente los resultados. Al aplicar la misma grilla para todas las provincias, perdemos de vista el hecho de que quizás hay votantes que están muy contentos con el oficialismo local y entonces decidan acompañar a los candidatos de su gobernador o, por el contrario, si Milei va por separado del oficialismo provincial, el votante simpatizante con el gobierno nacional priorice el apoyo a LLA y no al partido del gobernador. Sin oferta electoral definida, la capacidad predictiva es muy baja.
¿Qué considera que es lo que hoy está frenando la definición electoral?
Milei les está diciendo a los gobernadores que quiere lista violeta. Vamos a suponer que, por ejemplo, Frigerio está de acuerdo. El tema es que no están pudiendo negociar, porque Milei está queriendo decidir también el orden de los candidatos. Entonces, ¿cuál es el trato? ¿Se pintan de violeta sin tener garantía de que sus candidatos van a estar primeros en la lista? Y si logra que vayan primero, ¿a quién responden? ¿Al partido del gobernador o a LLA? Los gobernadores están desorientados. Esta dificultad política es lo que está pausando todo. Milei no quiere sellar alianzas, quiere construir su partido. No quiere apoyos, quiere afiliaciones. Y eso es impracticable. Al mismo tiempo, Milei presiona a los gobernadores con las encuestas: a Milei le está yendo muy bien. Y, lo que es aún más preocupante para los gobernadores no mileistas, es que una gran parte de sus votantes quedan solapados con los de LLA. ¿Con quién se van a ir esos hijos políticos?
¿Qué rasgos del votante siente que se deberían prestar atención en estas elecciones?
Hay dos rasgos que se mantienen desde las elecciones del 2023. El primero, es el de los jóvenes. Si en las elecciones de ese año hubieran votado únicamente varones menores de treinta años, Milei ganaba en primera vuelta. Con esto no quiero decir que no hay mujeres jóvenes que apoyen a Milei. Las hay, pero en mucha menor medida. Y yo, sinceramente, creí que Milei iba a perder el apoyo de los jóvenes. Pero es algo que se mantuvo hasta el día de hoy. El segundo rasgo es un clivaje al que no se le suele prestar atención, porque la discusión se sigue centrando en la supuesta importancia irremplazable que tiene Buenos Aires. Hablo del clivaje entre los votantes del interior y los votantes del AMBA. Este clivaje está afectando incluso a los partidos tradicionales. Lo vemos con el peronismo. Tenemos un peronismo metropolitano que se mostró muy solidario con Cristina, actitud muy distinta a la de los gobernadores peronistas del interior, que mucho más que algunas declaraciones en X no hicieron. Algo muy similar ocurre con el radicalismo. En el interior, el radicalismo se ha mostrado muy colaboracionista con Milei, mientras que el radicalismo del área metropolitana lo ve a Milei como un bicho raro. Hasta diría que es un radicalismo mucho más progresista, que hasta llega a estar de acuerdo en varios temas con el peronismo metropolitano.
En los hechos, la importancia del interior también se vio evidenciada y, sin embargo, se sigue retomando la vieja discusión de la importancia electoral del AMBA.
Exacto. No es casual que a Milei le haya ido mejor en el interior y peor en el área metropolitana. Para mí, lo que sucedió es que hubo una reacción del electorado del interior contra el establishment político nacional, que históricamente surgió del AMBA y además está enfocado en el AMBA. Y esto lo podés evidenciar viendo a todos los dirigentes relevantes de la actual escena política. Todos son del área metropolitana. Para colmo, el electorado del interior ve una casta, en términos de Milei, instalada en la Capital Federal, que pareciera que su máxima preocupación es el conurbano bonaerense. Entonces a los del interior les suben las tarifas para abaratar la calidad de vida de los bonaerenses. Los cordobeses, por poner un ejemplo, pagan mucho más caro el transporte que una persona que está en el AMBA. Como consecuencia de todo esto, surge un electorado enojado con la casta política, porque considera que no les interesa el interior y sólo ponen el foco en el Área Metropolitana. Hay una sensación de abandono que, extrañamente, Milei capitalizó. Y digo extrañamente porque tampoco es que Milei hizo mucha campaña en el interior del país. Ganó en San Antonio de los Cobres, lugar que seguro nunca pisó y que ni debe saber dónde está. O sea, realmente, LLA ganó en lugares insólitos. Milei no fue a Rosario el Día de la Bandera. Y esta incongruencia sólo se explica por la desatención de nuestros dirigentes al interior del país.
¿Y a qué amerita el apoyo de la juventud a Milei?
Diría que es una cuestión económica. Un argentino promedio de treinta y cuatro años vivió gran parte de su vida consciente de los desastres económicos de nuestro país. Puntualmente, hablo de tener una inflación de dos dígitos. De repente ver, después de tantos años de lo mismo, que un gobierno logra mantener una inflación mensual de un dígito, para una persona joven es una señal de que todo lo anterior estuvo mal. ¿Cómo no le va a cerrar un Milei? Para colmo, la alternativa a Milei sigue invocando al pasado, que los jóvenes ven como un desastre. Esa es la principal debilidad de Cristina. La gente y particularmente los jóvenes, ven el pasado reciente como una catástrofe, no como un triunfo. No hay forma de invocar el pasado como fuente de legitimación. En ese sentido, el discurso de Milei resuena como mucho más verosímil entre los jóvenes. Mientras el peronismo y otras fuerzas políticas tradicionales sigan hablando del pasado y no del futuro, incluso aquel que esté frustrado con Milei no los va a ver como una alternativa. Nadie quiere volver a un pasado que perciben peor que el presente. Cuando hicimos la pregunta de la que hablábamos antes, sobre si Cristina era una perseguida política o una persona culpable por delitos de corrupción, dos de cada tres jóvenes menores de treinta años contestaron que es culpable. Eso nos habla de que los jóvenes son los más críticos de la figura de Cristina.
¿Qué rasgos del votante siente que se deberían prestar atención en estas elecciones?
Hay dos rasgos que se mantienen desde las elecciones del 2023. El primero, es el de los jóvenes. Si en las elecciones de ese año hubieran votado únicamente varones menores de treinta años, Milei ganaba en primera vuelta. Con esto no quiero decir que no hay mujeres jóvenes que apoyen a Milei. Las hay, pero en mucha menor medida. Y yo, sinceramente, creí que Milei iba a perder el apoyo de los jóvenes. Pero es algo que se mantuvo hasta el día de hoy. El segundo rasgo es un clivaje al que no se le suele prestar atención, porque la discusión se sigue centrando en la supuesta importancia irremplazable que tiene Buenos Aires. Hablo del clivaje entre los votantes del interior y los votantes del AMBA. Este clivaje está afectando incluso a los partidos tradicionales. Lo vemos con el peronismo. Tenemos un peronismo metropolitano que se mostró muy solidario con Cristina, actitud muy distinta a la de los gobernadores peronistas del interior, que mucho más que algunas declaraciones en X no hicieron. Algo muy similar ocurre con el radicalismo. En el interior, el radicalismo se ha mostrado muy colaboracionista con Milei, mientras que el radicalismo del área metropolitana lo ve a Milei como un bicho raro. Hasta diría que es un radicalismo mucho más progresista, que hasta llega a estar de acuerdo en varios temas con el peronismo metropolitano.
En los hechos, la importancia del interior también se vio evidenciada y, sin embargo, se sigue retomando la vieja discusión de la importancia electoral del AMBA.
Exacto. No es casual que a Milei le haya ido mejor en el interior y peor en el área metropolitana. Para mí, lo que sucedió es que hubo una reacción del electorado del interior contra el establishment político nacional, que históricamente surgió del AMBA y además está enfocado en el AMBA. Y esto lo podés evidenciar viendo a todos los dirigentes relevantes de la actual escena política. Todos son del área metropolitana. Para colmo, el electorado del interior ve una casta, en términos de Milei, instalada en la Capital Federal, que pareciera que su máxima preocupación es el conurbano bonaerense. Entonces a los del interior les suben las tarifas para abaratar la calidad de vida de los bonaerenses. Los cordobeses, por poner un ejemplo, pagan mucho más caro el transporte que una persona que está en el AMBA. Como consecuencia de todo esto, surge un electorado enojado con la casta política, porque considera que no les interesa el interior y sólo ponen el foco en el Área Metropolitana. Hay una sensación de abandono que, extrañamente, Milei capitalizó. Y digo extrañamente porque tampoco es que Milei hizo mucha campaña en el interior del país. Ganó en San Antonio de los Cobres, lugar que seguro nunca pisó y que ni debe saber dónde está. O sea, realmente, LLA ganó en lugares insólitos. Milei no fue a Rosario el Día de la Bandera. Y esta incongruencia sólo se explica por la desatención de nuestros dirigentes al interior del país.
¿Y a qué amerita el apoyo de la juventud a Milei?
Diría que es una cuestión económica. Un argentino promedio de treinta y cuatro años vivió gran parte de su vida consciente de los desastres económicos de nuestro país. Puntualmente, hablo de tener una inflación de dos dígitos. De repente ver, después de tantos años de lo mismo, que un gobierno logra mantener una inflación mensual de un dígito, para una persona joven es una señal de que todo lo anterior estuvo mal. ¿Cómo no le va a cerrar un Milei? Para colmo, la alternativa a Milei sigue invocando al pasado, que los jóvenes ven como un desastre. Esa es la principal debilidad de Cristina. La gente y particularmente los jóvenes, ven el pasado reciente como una catástrofe, no como un triunfo. No hay forma de invocar el pasado como fuente de legitimación. En ese sentido, el discurso de Milei resuena como mucho más verosímil entre los jóvenes. Mientras el peronismo y otras fuerzas políticas tradicionales sigan hablando del pasado y no del futuro, incluso aquel que esté frustrado con Milei no los va a ver como una alternativa. Nadie quiere volver a un pasado que perciben peor que el presente. Cuando hicimos la pregunta de la que hablábamos antes, sobre si Cristina era una perseguida política o una persona culpable por delitos de corrupción, dos de cada tres jóvenes menores de treinta años contestaron que es culpable. Eso nos habla de que los jóvenes son los más críticos de la figura de Cristina.