El Mercosur comunicó este miércles la conclusión de las negociaciones para establecer un acuerdo de libre comercio con los países que conforman la EFTA, que incluye a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Este logro pretende ser reivindicado por la administración de Javier Milei como uno de los principales éxitos en su gestión diplomática, en el contexto de la Cumbre de Líderes del bloque sudamericano, que contará mañana con la presencia de jefes de Estado, incluyendo al Presidente.
La EFTA agrupa a cuatro países que, aunque no forman parte de la Unión Europea, mantienen una activa política de acuerdos comerciales con distintas regiones del mundo. La conclusión de las conversaciones representa un paso estratégico para Mercosur, que busca diversificar sus vínculos económicos y ampliar el acceso de sus productos a nuevos mercados.
Las negociaciones para llevar a cabo el acuerdo comenzaron en marzo del 2015, las cuales fueron avanzando hasta arribar a un principio de acuerdo en 2019. Desde ese entonces se llevaba a cabo un proceso de revisión legal avanzado, acompañado de una serie de trabajos técnicos para terminar de rubricarlo.
El Acuerdo de Libre Comercio entre Mercosur y EFTA establecerá una zona de libre comercio que abarcará a cerca de 300 millones de individuos, con un PIB total superior a los 4,3 billones de dólares. Esto resultará en un mejor acceso a los mercados para más del 97% de las exportaciones, lo que generará un aumento en el comercio bilateral.
La finalización de las tratativas se hizo efectiva después del mediodía en una conferencia realizada en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería argentina, en la que hablará el ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, junto a representantes de los países miembro de ambos bloques.
El anuncio del cierre de las negociaciones actúa como una confirmación de que el acuerdo está prácticamente listo. Para que el documento entre en vigor, debe ser aprobado por los parlamentos correspondientes de los miembros de ambos bloques, que se han comprometido a “dar los pasos necesarios para garantizar la firma del TLC en los próximos meses de 2025”.
En una nueva jornada de trabajo conjunto orientada a impulsar una agenda común para la región, culminó la LXVI Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC). pic.twitter.com/NdIwam88MW
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@Cancilleria_Ar) July 2, 2025
En este contexto, el proceso es similar al que debe seguir el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, que todavía no se ha concretado y que tanto Argentina como Brasil están intentando avanzar. El volumen de las negociaciones comerciales que Argentina y los países del Mercosur pueden consolidar con el EFTA es considerablemente menor al que podría lograrse con la Unión Europea. Sin embargo, el Gobierno intentará presentar esto como un progreso hacia la flexibilización de las políticas comerciales y arancelarias del bloque sudamericano.
Es un tema que ha sido parte de las negociaciones entre los equipos técnicos de la Cancillería y sus contrapartes en Brasil, Paraguay y Uruguay, así como con los Estados Asociados del Mercosur. En este contexto, Milei pondrá su atención en la inclusión de los 50 códigos de productos en la lista de excepciones arancelarias. El propósito de la política exterior argentina es avanzar en este aspecto y utilizarlo como una herramienta en las conversaciones arancelarias con Estados Unidos. En encuentros previos entre cancilleres, los países miembros expresaron su compromiso de seguir adelante en esta dirección, y se anticipa que la decisión se formalice mañana, el último día de la Cumbre.
Desde una perspectiva económica, Argentina considera vital que se haga mención específica a un apartado para ratificar el tratado de libre comercio con la Unión Europea, aunque Bruselas se enfrenta a presiones políticas internas. Uno de los principales obstáculos para el acuerdo es Francia; sin embargo, Milei se reunió el mes pasado con Emmanuel Macron, donde discutieron la posibilidad de avanzar en el acuerdo hacia finales de año, aunque, a solicitud del país europeo, se incluirían algunas cláusulas adicionales para abordar los conflictos potenciales que podrían surgir con los productores franceses, quienes se verían afectados por ciertas condiciones del tratado.