La Legislatura de la provincia de Buenos Aires se está convirtiendo en el tablero clave que podría determinar el futuro presidencial de Axel Kicillof. Aunque su fuerza, Unión por la Patria (UP), goza de una frágil “primera minoría”, la renovación legislativa del próximo 7 de septiembre pone en juego su gobernabilidad y ambiciones nacionales.
Desde el inicio del mandato, la Cámara de Diputados bonaerense ha sufrido un fuerte estancamiento legislativo. Con 92 miembros distribuidos en 11 bloques, el órgano sesionó apenas cuatro veces, una de ellas para la suspensión de las PASO. La fragmentación política y los conflictos internos lo han dejado paralizado, más ocupado en reconfigurarse que en legislar.
La mitad de sus 92 bancas —es decir, 46— será renovada en estas elecciones. Actualmente, Unión por la Patria detenta 37 escaños, seguido por el Pro con 13, La Libertad Avanza (LLA) con 12, la UCR-Cambio Federal con 8, Acuerdo Cívico-UCR + GEN con 7, Unión y Libertad con 6, y Coalición Cívica con 3, junto a varios unibloques. El desafío para Kicillof es claro: retener y recomponer poder en una Cámara fragmentada que apenas respalda su gestión.
Históricamente, las elecciones de medio término le han sido adversas al oficialismo bonaerense. Entre 2019 y 2021, Unión por la Patria (UP) perdió 16 puntos porcentuales respecto de la elección ejecutiva anterior, quedando en torno al 36,32% de los votos emitidos, un porcentaje que ha funcionado como piso electoral en términos históricos.
Hay miles de razones para #SumarFuerzas
El 7S la boleta de #FuerzaPatria pic.twitter.com/E1LlN1Ffxc
— Andrés Larroque (@larroqueandres) August 9, 2025
Ese estancamiento electoral y legislativo genera preocupación en el entorno de Kicillof, ya que una caída similar pondría en riesgo su capacidad de aprobación de iniciativas clave, incluyendo el presupuesto y la toma de deuda. De hecho, tras la prórroga del presupuesto y la ley impositiva, el Ejecutivo provincial enfrenta una Legislatura recargada, exigente y poco proclive a otorgarle herramientas de gestión.
Además, la interna del peronismo en la provincia no ha sido menor. El debate por el desdoblamiento electoral —y la presión de sectores vinculados a Cristina Kirchner por elecciones concurrentes— reveló la falta de unidad en un momento decisivo. La ruptura en el bloque, sumada a tensiones internas, suma incertidumbre a la estrategia política de Kicillof.