Ucrania: Las mentiras de los medios occidentales, desestabilizan el mundo

Ucrania: Las mentiras de los medios occidentales, desestabilizan el mundo

Opinión.


La propaganda occidental de la cobertura del conflicto en Ucrania entre la Alianza encabezada por Estados Unidos y Reino Unido contra la Federación de Rusia, realmente da vergüenza ajena. Parece obvio que la danza de millones con las que Occidente pretende someter a Rusia primero y al resto del mundo no alineado luego, no solo es para fines militares, humanitarios, o de reconstrucción de un país arruinado por partes iguales entre atacantes y defensores. Seguramente las decenas de agencias de los Estados Unidos y de la Unión Europea están entendiendo el idioma de esta guerra proxy e híbrida, en donde la comunicación es la clave que desconecta la realidad de lo que sucede con lo que la gente quiere escuchar en sus países. Son imprescindibles. Eso en cualquier sistema, pero más en el capitalista financiero del Occidente más rico, se soluciona con plata fresca y negocios, y está claro que están contemplados -casi sin fisuras- todos los relatos “truchos” que no pueden explicar después de las decenas de millones de dólares que han invertido en este año y medio. Ello sin contar el ocultamiento previo, entre 2014 y 2022 en el que a todos estos medios “comprados” no les interesó cubrir la masacre de rusos del Donbás provocadas por el nuevo ejército ucraniano, entrenado y armado por la OTAN en ese período.

Llegando a los 500 días de hostilidades, se empiezan a abrir tímidamente algunas coberturas internacionales que aunque sin llegara a la verdad, cuestionan si todo el mundo desarrollado del hemisferio occidental (y algunos del oriental, ya nos ocuparemos de ellos), con más de 10.000 sanciones comerciales a Rusia, con más de 100.000 millones de dólares de asistencia militar a Ucrania, cada vez con equipos más sofisticados y letales, no pueden ni siquiera recuperar en la contraofensiva declamada, más que un puñado de pueblitos con un costo enorme de militares y de equipos. Y aunque recién empieza, a este paso no durará seguramente más allá del verano, salvo que congelen la iniciativa y los territorios, para no perder aún más de lo que ya no recuperarán.

Si existieron por parte de los servicios de inteligencia ucraniano (con apoyo anglosajón), actos terroristas en los que murieron la periodista y analista Daria Dúguina, o el bloguero Vladen Tatarski en San Petersburgo, los civiles de Belgorod permanentemente, la voladura del Nord Stream, el atentado en el puente de Crimea con cuatro muertos, el de la represa Kavovka con el desastre medioambiental y la cantidad de muertes además de los desplazados, que además son bombardeados en sus centros de atención, constituyen una página negra del periodismo mundial. No hubo por parte de los gobiernos involucrados, ni de los medios de esos países ninguna intención de arribar a la verdad en ninguno de ellos. Los derechos humanos parecen tener solo una cara. Tampoco  la ONU ni otros organismos como la OCDE que ya no funcionan como deberían. Se alinearon con la OTAN desde un principio.

Será muy bueno, cuando esto termine, recordar los nombres de los medios y las cadenas que se prestaron a ello, las firmas humillantes de los periodistas con nombre y apellido, para que la gente –sus familias, amigos y colegas- recuerden cómo se dedicaron a mentir y a ocultar información cuando su país no participaba de la guerra según su relato. ¿Por qué lo hicieron? Solo aportaban, armas y equipos de todo tamaño, satélites, internet, inteligencia, planes terroristas, comandos en formato mercenarios, pero en el caso de ellos, sus mentiras (el arma principal de la Alianza) son las que están sosteniendo al régimen corrupto y asesino de Zelenski.

Ya parece que Europa ha olvidado a Adolf Hitler y al nazismo como ejemplo a no repetir, sobre todo los alemanes con el mediocre Olaf Sholz a la cabeza. Los símbolos nazis del ejército que Ucrania sostiene al precio que sea, y que disfrutan de esas insignias derrotadas, de la admiración por Stephen Bandera y van por la revancha contra Rusia, algo incomprensible en Europa, tan sensible en este tema, si los intereses políticos no fueran los que realmente son. Ucrania (y los nazis)en el fondo no les importa nada y decidieron ir a fondo contra Rusia, con todo lo que tienen y para ir repensando el mundo a futuro, la OTAN con sus brigadas de ucranianas armadas y entrenadas a full, dan lástima en el campo de batalla. Teléfono para Jens Stoltenberg. Algo anda mal y si no fuera por el bloqueo informativo de los medios “independientes y de las democracias”, el apoyo ya se hubiera reducido a cero. Pero hay tanto dinero para misiles de última generación, tanques, aviones cazas, municiones de todo tipo como para las corporaciones mediáticas europeas y americanas que junto a las de producción de armamento, son con sus cables y videos las que sostienen el conflicto.

Países que son usinas de la desinformación: Estados Unidos, Reino Unido, luego España, Alemania y Francia en segundo lugar. Los demás de la UE y otros lares, repiten como loros sin averiguar nada. Copian y pegan si son gráficos, o filman lo que desean los medios estadounidenses, siempre del lado ucraniano no vaya a ser que pierdan el trabajo por objetividad.

Ellos son: todos los europeos menos Hungría y Serbia, de Oceanía, Australia y Nueva Zelanda, Canadá que funciona casi un estado más de la Unión, y en Asia, Japón y Corea del Sur que completan la columna vertebral del nuevo esquema de conducción universal, comunicación y neocolonialismo. Se abren a Asia Pacífico, con intenciones de ampliar la OTAN en esa región, ya hiperconectada en servicios de inteligencia de Five Eyes por AUKUS + Japón.

En la Argentina, donde lamentablemente la política exterior es una basura y poco seria, los medios argentinos en general por comodidad o conveniencia, de un lado o del otro de la grieta, siguen la versión americana y europea.

Queremos recordarles a los lectores, que América Latina a pesar de las bajezas periodísticas, no envió armas a Ucrania ni suscribió las sanciones a Rusia, que en definitiva impactan en todo el mundo, incluido ellos, pero que parten de un piso más alto en el confort y la sufren menos.

Los dos países más poblados del mundo, China e India, incrementaron su relación política y su comercio con el país más grande del mundo, o sea el “demonio” ruso. Medio Oriente con Arabia Saudita e Irán (ahora amigos) a la cabeza, ponen a todo Medio Oriente en la multipolaridad y se alejan decisivamente de Estados Unidos en esta etapa como lo marca el recorte petrolífero. África por su parte ve cómo está germinando la segunda etapa del modelo extraccionista de los países “aliados” a Ucrania en contra de ellos. Ya lo vivieron y esta vez van a resistir de otro modo. Y los países asiáticos -menos lo nombrados anteriormente-, se unen a la neutralidad propuesta por China, Brasil y los africanos, principalmente.

De los 195 países del mundo, solo 35 están unidos en la locura -irrealizable- de hacer desaparecer a Rusia del mapa y robarle riquezas y territorios para ir luego por todos los demás. O sea que los otros 160 debemos seguir unidos y alerta porque nada bueno nos puede suceder si la OTAN ampliada vence en esta batalla. veríamos una nueva “Conquista siglo XXI”. Lamentablemente a nadie le gusta la guerra, pero hay que pensar no solo en la salida que te venden “los medios cargados” sino hay que coordinar acciones con los países que están más o menos en nuestra posición, con los problemas que tenemos los países emergentes pobres o endeudados. Tenemos con qué aportar a la paz, a la multilateralidad, y al desarrollo soberano con todos.

Se debe pensar el mundo global, que es más que esos 35 países, que hay mucha riqueza, conocimiento, tecnología y fondos también en otros rincones del mundo. No reneguemos de Estados Unidos ni de Europa, pero no podemos seguir a ciegas sus órdenes. Somos 160, con distintas organizaciones, no está mal para negociar mejor. Y sería bueno para empezar, que los medios nos mientan menos.

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