Larry Fink no negocia y presiona sobre el mercado interno argentino

Larry Fink no negocia y presiona sobre el mercado interno argentino

El CEO de BlackRock promueve el alza del dólar paralelo, no ofrece nada en la negociación de bonos de deuda, mientras teme que IShare se le vaya de las manos. Un cóctel explosivo.


La propuesta que Argentina presentó ante la United States Security & Exchange Commission (SEC) fue rechazada finalmente por los grupos de bonistas denominados Grupo de Accionista de Bonos Argentinos (Ad Hoc); Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio (Exchange) y el Comité de Acreedores de Argentina (ACC), que, de todos modos, presentaron su contrapropuesta.

Esta coalición fue cuestionada duramente por Hans Humes, CEO del grupo Greylock Capital –que sí aceptó la propuesta-, que reveló que “no se está negociando de buena Fe”, en alusión a los manejos del grupo que lidera Larry Fink, CEO de BlackRock.

La propuesta argentina (Ver Noticias Urbanas del 09/07/20) es de pagar 53,5 por cada 100 u$S. Además, se incluyen cinco series de bonos en dólares y otras cinco en euros, que vencerán entre el 2030 y 2046, con una quita de capital del tres por ciento e intereses pagaderos cada seis meses, que oscilan entre el 0,125 y el 4,125 por ciento.

Los “rebeldes” propusieron, por contrapartida a la oferta argentina, que se les abone un Valor Presente Neto (VPN) de 56,5 por cada 100 u$S, con una tasa de salida (exit yield) del 10 por ciento. El grupo aseguró que su propuesta significa un descuento de 39 mil millones de dólares hasta 2028.

En cuanto a los intereses, BlackRock y sus secuaces propusieron una tasa anual promedio de 3,4 por ciento anual, contra el 3,07 por ciento en igual plazo que propuso Argentina. Los plazos de pago se mantendrían, si Argentina aceptara su propuesta –algo que no ocurrirá- casi iguales, ya que adonde Argentina ofreció comenzar los pagos el cuatro de septiembre de 2021, ellos intentan que éstos comiencen casi un mes antes, el 30 de julio.

El grupo BlackRock, que no cerró las puertas para un nuevo acuerdo, emitió un comunicado en el que expresaron que “El Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio, que colectivamente poseen más de un tercio de los bonos globales en circulación de Argentina y más de un tercio de sus bonos en circulación, se complacen en anunciar que nos hemos unido presentar una nueva propuesta al gobierno argentino que cuente con el apoyo de todos los grupos de acreedores”.

Si efectivamente no se desgajara la adhesión de otros grupos de acreedores que acompañaron a los rebeldes y por eso la negociación no prosperara, BlackRock podría llevar al fracaso las gestiones, ya que el 30 por ciento le alcanza para esto. Argentina necesita conseguir el 75 por ciento de adhesiones para los bonos de la negociación de 2005, que son los de Fink. En cambio, para negociar los bonos posteriores a 2016, alcanza con el 60 por ciento de adscripciones.

Un rockero tenebroso

El sospechoso proceso de endeudamiento que lideró Mauricio Macri dejó a la Argentina indefensa ante los manejos de Laurence Fink, que es el CEO del fondo de inversión más grande del mundo. Éste fue el cerebro de aquellas hipotecas subprime que en 2008 pusieron en crisis a Europa y Estados Unidos, luego de un demencial proceso especulativo que arrastró a todos al cadalso financiero.

En este tiempo, como pasa con todo especulador que se precie, el grupo de Fink, IShares, se encuentra sumido en una crisis que podría terminar con su credibilidad, lo que podría causar su ruina. Esta desesperación financiera llevó a Fink a adoptar una postura de extrema dureza, empujado por la probabilidad de un nuevo fracaso, como el que sufrió cuando fue despedido de manera humillante de su posición como director gerente en el banco First Boston en 1986.

Si se dice que para muestra basta un botón, el director ejecutivo de Mercados Emergentes de Blackrock Gerardo Rodríguez Regordosa, que antes fue el secretario de Hacienda y Crédito Público de México, recientemente desafió a Martín Guzmán lanzándole una máxima que rige el accionar de BlackRock, donde la arrogancia no está ausente. “Yo no sé si ustedes tienen claro con quiénes se están metiendo. Nosotros tenemos espalda y podemos sentarnos a esperar a negociar con otro gobierno que entienda a los mercados. Como los entendía el gobierno anterior, por ejemplo”. Quizás el azteca no esté interesado –estamos seguros de ello- en los resultados de un Gobierno, sino en cómo saquear sus presupuestos. Si no, sería difícil de explicar el elogio.

Por otra parte, un periodista del centenario diario La Vanguardia describió cómo el modelo BlackRock es el artífice del neocapitalismo, en el que los bancos ya no son el vehículo de las finanzas, sino que lo son los manejadores de los fondos de inversión. “El neocapitalismo de BlackRock es más monopolista –concentra la riqueza en menos manos– y la Comisión Europea teme que tenga un efecto pernicioso sobre la competencia, que redunde en una mayor desigualdad… BlackRock, asimismo, ha demostrado que los gestores de fondos y no los bancos son los verdaderos actores globales”, escribió el columnista Xavier Más de Xaxás.

Por último, el notable aumento en la cotización de los bonos argentinos, acaecida en dos meses les permitió a los grandes capitales de inversión, tenedores de ellos, elevar el piso de la renegociación de deuda que sostienen con Argentina. Como estos aumentos fueron en pesos, más que en dólares, provocaron que subiera el dólar “blue”. Fue una presión adicional sobre la Argentina y una advertencia sobre lo que podría venir. En las finanzas, los métodos mafiosos son moneda corriente.

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