Larreta acelera su armado y se prepara para pelear con cualquiera

Larreta acelera su armado y se prepara para pelear con cualquiera

El jefe porteño intenta recuperar terreno en el espacio opositor.


El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se puso en guardia y decidió subirse al ring para recuperar terreno en el esquema interno de Pro ante el regreso de Mauricio Macri y la instalación de Patricia Bullrich como contrincante.

Después de sortear la crisis que desató en su Gabinete la filtración ilegal de chats de su ministro de Seguridad, Marcelo D’Alessandro, un obstáculo “inesperado” en su maratón , Larreta mueve sus piezas para reposicionarse en el tablero opositor.

En ese marco, puso en marcha la maquinaria electoral de la Ciudad y estrenó un nuevo formato de campaña en los lugares turísticos de mayor afluencia para sumar adhesiones a su proyecto nacional. Salió a la cancha electoral para recuperar centralidad y ya no prevé regresar al modo gestor municipal, la estrategia que empleó hasta el año pasado para capitalizar su ADN político y su activo en las encuestas.

Un dato que corrobora los planes de Larreta de abandonar el “paso a paso”: ya prepara su lanzamiento para fines de febrero, cuando concluye su recorrido proselitista de verano para resaltar más su costado personal y humano. Una experiencia para “conocer íntegramente” al candidato.

En paralelo, Larreta redobla los esfuerzos para construir un nuevo liderazgo en el universo opositor y cierra filas con sus socios de la UCR en el ala moderada de Juntos por el Cambio. Estrechó lazos con Gerardo Morales, con quien se volvió a reunir en Córdoba, y estiró la definición sobre su sucesión en la Ciudad, una jugada que le permite preservar su alianza táctica con Martín Lousteau. También intensificó sus charlas con Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica.

En su rompecabezas electoral, Larreta confronta con los radicales que no se alinearon con su proyecto. Respalda a Luis Juez, rival de Rodrigo De Loredo, un creyente de Macri en Evolución Radical, y avala en las sombras la cruzada de Omar de Marchi (Pro) en Mendoza contra Alfredo Cornejo, socio estratégico de Bullrich y del expresidente.

Cuando faltan siete meses para las PASO, Larreta se mueve con la hipótesis de que Macri podría ser candidato a presidente. Y si bien entre sus armadores hay distintas visiones sobre qué ocurriría con su postulación en caso de que el inventor de Pro decida disputar la presidencia en 2023, el jefe porteño intenta enviar la señal de que no piensa declinar sus aspiraciones.

Apuntando a las PASO

Más allá de las especulaciones y cálculos electorales, Larreta se alista para una competencia interna en agosto. Con el correr de los últimos meses, el jefe porteño se convenció de que esta vez no podrá doblegar la resistencia de Bullrich, quien está dispuesto a jugar a fondo para protagonizar la pelea por el liderazgo opositor, y que Macri podría sumarse a último momento a la lista de presidentes. Sabe que el expresidente podría anunciarlo al filo del plazo legal, ya que tiene suficiente nivel de conocimiento en el escenario nacional para postularse sin una campaña de posicionamiento.

En las últimas semanas integrantes de la tropa larretista intentaron recomponer el vínculo con Macri, quien tiene discrepancias con el alcalde sobre cuál debe ser la estrategia para recuperar el poder o la fisonomía política de JxC. De hecho, Larreta retomó el diálogo con Jorge Macri tras el cortocircuito por el aval de Bullrich a su candidatura porteña y el posterior prelanzamiento de Quirós.

Las tensiones entre ambos comenzaron desde que Macri dejó trascender sus diferencias con la gestión de la pandemia y se profundizaron a raíz de la discusión por el armado electoral de 2021, cuando Larreta impuso el enroque entre María Eugenia Vidal y Diego Santilli y forzó un corrimiento del fundador de Pro, quien rechazaba esa decisión. Quienes frecuentan a Macri sugieren que el expresidente olfateó un intento de parricidio entre los laderos de Larreta.

La prioridad de Larreta y sus operadores políticos es regenerar los puentes con Macri. Después de amagar con forzar su jubilación o correrlo de los escenarios, apuestan por seducirlo con una táctica renovada: quieren enviarle señales de respeto, darle espacio para que transmita su experiencia como presidente y que sea fuente de consulta como fundador de Pro. Cerca de Macri repiten que al expresidente no le gusta nada que los larretistas sugieren que pidió que el jefe porteño tenga en cuenta a exministros de Cambiemos para su eventual Gabinete.

Larreta se aferra a los números que maneja su principal estrategia, Federico Di Benedetto, a quien en Uspallata ya ubican en el rol de jefe de campaña. En las filas del larretismo existe una sensación de cautela y leve optimismo. A contramano del vaticinio de los “halcones”, considerando que hay un “repunte” de Larreta en las encuestas gracias al empujón que le dio la renovada pelea con el kirchnerismo por los fondos de coparticipación.

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