Elecciones: la V (de vacuna y victoria) es la letra elegida por el Gobierno

Elecciones: la V (de vacuna y victoria) es la letra elegida por el Gobierno

Opinión.


Al asumir Alberto Fernández en diciembre de 2019 nadie soñaba ni por asomo que el turno de las elecciones de medio término tendría un tema excluyente y menos que éste sería uno de salud y de una gravedad inédita en el mundo entero.

El despliegue de funcionarios en muchos ministerios y el de las partidas presupuestarias apuntaban totalmente hacia otros destinos a los que finalmente fueron. El listado de prioridades a resolver era otro totalmente distinto, marcado fuertemente por la dura herencia recibida del gobierno anterior en materia de deudas tanto externa como interna.

Pero vaya a saber qué diablo metió la cola con este virus, que ya pocos dudan que nació en un laboratorio en algún lugar del planeta, y el mundo no solo entró en un espiral de muerte y caída de PBI, sino que el paradigma económico del momento se ciñó a las consecuencias que provocó en el ritmo de la humanidad el avance hasta hoy incontenible del COVID-19.

Así las cosas, en la Argentina el Presidente de la Nación, tras un arranque fallido de su ministro de Salud Ginés González García, corrigió el rumbo rápidamente dándole la magnitud que tenía la impresionante peste viral que se avecinaba desde Asia y Europa y desde allí en adelante, la gestión estuvo abocada a atender los efectos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia, generando distintos escenarios políticos a través del tiempo que hoy se cristalizan de cara a las elecciones de fin de año. Al parecer la entrada más regular cuantitativamente de las distintas vacunas que ha procurado el Gobierno nacional por estos tiempos y un incipiente movimiento de algunas provincias o de la Ciudad capital de la República para sumarse a esa movida, ha renovado las esperanzas en tener en octubre a una importante franja de argentinos inoculados.

“Con toda la población de riesgo vacunada y el cierre macro en lo económico ganamos las elecciones” decían en el gobierno hace tres meses. Ahora parece haber quedado solo la primera premisa y desean convertirla en decisiva a la hora de emitir el voto.

Las instrumentaciones de las cuarentenas y sus distintas fases, la dura tarea de conseguir vacunas en un mundo donde los países pobres o emergentes van claramente a la cola de los países ricos, los dispositivos logísticos en un país enorme como el nuestro, y la resistencia del sistema sanitario montado y hoy en muchos lugares al borde del colapso, serán sin duda la discusión casi excluyente de las elecciones 2021.

Un párrafo aparte traen las mediciones y los focus group, en los que la gran mayoría de los argentinos desconoce que haya elecciones o tenga en mente una posición decidida para las mismas. Es hasta ahora un tema de los políticos, los medios de comunicación, la militancia y algunos sectores subsidiarios de las decisiones del Estado Nacional. Definitivamente no está instalada y es ahí donde quizás aparezca alguna sorpresa en un país que habitualmente tiene sus distritos bastante consolidados con sus propuestas oficialistas.

El gobierno tuvo un nivel de asistencia aceptable para un país pobre y endeudado en los tiempos de cuarentenas duras. Por supuesto que ello no impidió el cierre de miles de comercios y fábricas, la pérdida incalculable de fuentes de trabajo y de nivel adquisitivo de la población, salvo rubros que tuvieron rápidos reflejos ante la oportunidad que se les abrió con el cierre de actividades que interferían su crecimiento. Sectores como la logística grande y el delivery, comercio electrónico y digital, los sectores ligados a la salud como los laboratorios y farmacias fueron algunos de los rubros favorecidos por la propagación del virus.

Los demás, lamentablemente, y sobre todo en el tamaño Pyme fueron arrollados por la inactividad económica en las calles. Ni hablemos de todo lo ligado al sector turístico y gastronómico, que, salvo contados veranitos, todavía siguen penando para el caso de haber sobrevivido.

El cuidado de la gente por sobre todas las cosas y las determinaciones tomadas en esa línea serán las líneas argumentales del oficialismo, que llevará dos o tres temas más como la obra pública o el cierre con los bonistas (veremos qué pasa con el FMI) como fieles escuderos en la lucha por el voto ciudadano.

La coalición opositora hará hincapié en las contradicciones y puntos oscuros de algunas negociaciones en el área salud, la efectividad de las medidas, el desplome económico que observan a raíz de ello, y además tratando de incluir temas de seguridad e internacionales, dos áreas en las que el gobierno alternó pocos aciertos con bastantes errores desde que asumió.

“Con toda la población de riesgo vacunada y el cierre macro en lo económico ganamos caminando las elecciones” decían en el gobierno hace tres meses. Ahora parece haber quedado solo la primera premisa y desean convertirla en decisiva a la hora de emitir el voto.

Será el tiempo de halcones y no de las palomas cuando se acerque la fecha electoral, los moderados de ambos lados sentirán la incomodidad del palo y palo y la escasez de recursos en las casas puede traer cambios no detectados que, por ahora con 500 muertos por día, se habla poco. Pero en muchas familias no hay un mango, viejo Gómez…. y eso también juega. Son aquéllos para los que morir de hambre o del virus ya significa lo mismo, la dura realidad a pesar de los esfuerzos, los dejó sin opción.

Con todos los cereales subiendo internacionalmente a precios récord como los del 2003, con los “chacareros” ganado muchísima plata (y dándole importantes sumas al Gobierno) increíblemente allí estará el talón de Aquiles del Gobierno. Y no en el 42 por ciento de pobres. La Argentina rara tiene sus códigos, y hay que utilizarlos para salir airoso. Entramos en la recta final, donde la segunda dosis generalizada puede llegar a ser, si se concreta, el golpe de gracia para la oposición.

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