La traición política de Jaldo al peronismo

La traición política de Jaldo al peronismo

Desde Alberto Fernández, pasando por Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, importantes funcionarios nacionales, sindicalistas y legisladores, todo el peronismo salió a apoyar a Manzur.


La traición en política, como en la vida, es una de las peores acciones que puede llevar adelante un dirigente. Traicionar a quien te benefició y ayudó deja al traidor en el peor de los lugares. En Tucumán sucedió eso, el vicegobernador Osvaldo Jaldo embistió contra el gobernador Juan Manzur. Pero la traición de Jaldo va más allá e incluye al propio peronismo y a su figura máxima en la actualidad, el presidente Alberto Fernández.

Las intención de Jaldo de suceder a Manzur en el 2023, lo llevó a realizar una mala movida, que se basó en cuestionar al propio gobernador. Solo hubo una pequeña tregua durante la pandemia, pero Jaldo no se detuvo, siguió adelante y provocó la ruptura del bloque justicialista en la Legislatura y una alianza política con la oposición por la disputa de la Defensoría del Pueblo y la persona que debía ocupar ese lugar.

Contra toda lógica, Jaldo cruzó casi todos los límites: criticó al gobernador, de esa manera, criticó la gestión que el mismo integra, rompió el bloque y se alió con la oposición. Todo en una misma jugada.

Pero la movida de Jaldo también es una ataque al propio peronismo. Juan Manzur tiene una estrecha relación con Alberto Fernández y es el gobernador que lleva la voz cantante entre los gobernadores peronistas y el propio Presidente. Por eso, en la Casa Rosada dejaron rápidamente en claro de que lado estaban y apoyaron fuertemente al gobernador de Tucumán. Pero no solo fue una movida del Presidente y el albertismo, el kirchnerismo también salió a jugar fuerte apoyando a Manzur. Los funcionarios que responden a Cristina Fernández de Kirchner avalaron al gobernador y a eso se sumó que desde La Cámpora que lidera Máximo Kirchner, no quieren saber nada con Jaldo.

Manzur es el gobernador que conserva la mejor relación con la Rosada, colocó a Sandra Tirado, en el lugar que dejó Carla Vizzotti cuando pasó a ocupar el lugar máximo en el Ministerio de Salud de la Nación y es el encargado de liderar y manejar las provincias del norte. Esa es la razón por la que el Presidente salió a respaldarlo sin perder un segundo.

Además, el gobernador tucumano representa en el nuevo PJ nacional a todos los gobernadores peronistas.

Por eso, Alberto Fernández envió a la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, y al jefe de bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña, Claudio Ferreño, para que se mostraran públicamente cerca de Manzur luego de la sesión parlamentaria que confirmó a Eduardo Cobos como Defensor del Pueblo y para avalar la presentación del nuevo bloque “Lealtad Peronista”.

El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, también le pidió la renuncia a José Hugo Saab, un asesor ad honorem que responde directamente a Jaldo. Y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, no solo recibió al gobernador tucumano en su despacho, sino que le mandó un mensaje a Jaldo: “No es momento de anteponer intereses personales, sino de atender los problemas de la gente”, expresó a través de un comunicado en el que también planteó su preocupación por el quiebre del bloque oficialista en la Legislatura provincial.

La desesperada movida de Jaldo por la Defensoría del Pueblo provocó un sacudón en el peronismo provincial. Porque lo que hizo es ir directamente en contra del gobernador y beneficiar directamente a la oposición con esa jugada.

Manzur quería que el Defensor del Pueblo, Fernando Juri Debo, fuera por la reelección por cinco años en el organismo. Pero Jaldo quería ubicar en el puesto a Cobos, exfuncionario de José Alperovich. Y cuando en la Comisión de Asuntos Constitucionales se dio un empate entre las ternas encabezadas por cada candidato, el vicegobernador, haciendo uso del doble voto como presidente de la comisión, desempató y eliminó la terna integrada por Juri Debo. De esa manera, traicionó al propio Manzur.

Lo mismo que hizo en su momento el entonces vicepresidente Julio Cleto Cobos con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando se trató la Resolución 125.

Jaldo se quedó solo y su jugada política terminó beneficiando a la oposición. El peronismo mientras tanto cerró filas detrás de Manzur.

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