Este martes. se realizó un encuentro en memoria del papa Francisco en el Salón Montevideo del Palacio legislativo. Encabezado por la presidenta de la Legislatura, Clara Muzzio y el vicepresidente primero, Matías López, junto al arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva y el obispo auxiliar, Pedro Bernardo Cannavó, el acto reunió una burrita presencia de legisladoras y legisladores de los distintos espacios políticos.
En su mensaje, Monseñor García Cuerva destacó que “en el corazón tenemos sentimientos encontrados, por un lado hay una gran acción de gracias a Dios por haber vivido en este tiempo, porque en este presente tuvimos el regalo de Francisco, de poder experimentar su vida, su testimonio, su magisterio, su enseñanza, su palabra y sus gestos. Pero, indudablemente, también hay el dolor de la partida, de la ausencia física, el dolor de no haberlo disfrutado más, de no haberlo dejado a Bergoglio ser Francisco, esa es la deuda de los argentinos, lo metimos a uno y otro lado de la grieta, nos creíamos que cualquier cosa que hacía era pensando en nosotros. Y el tercer sentimiento en nuestro corazón es el compromiso con la esperanza, porque el mejor homenaje es poder llevar adelante y completar su legado, que tiene tres pasos, primero leerlo a Francisco y eso ya es contracultural, segundo hacer el trabajo de reflexionar lo que el papa le decía al mundo, y en tercer lugar es el de los gestos y las acciones concretas, porque Francisco fue también el Papa de los gestos”.
“Esta Casa tiene un doble compromiso, porque ustedes lo tuvieron a Bergoglio como vecino acá enfrente. Y hay que parecerse al vecino que nos invitaba a vivir la fraternidad; nunca negar las diferencias, pero poder consensuar, poder acordar, respetarnos, poder mirarnos a los ojos y descubrir que el otro es mi hermano, aunque piense distinto. Desterrar el odio, desterrar la violencia verbal, desterrar la descalificación. También era Francisco el padre de la misericordia y de la alegría, porque misericordia significa que mi corazón se conmueve ante la miseria del otro. Qué hermoso tener gente que se dedica a la política, que se conmueve ante la miseria de otro.”, indicó el obispo García Cuerva
Finalizó con una bendición para la Legislatura de la Ciudad y deseó “que sea la Casa del diálogo, que sea la casa de la fraternidad, de los acuerdos. Y cuando tengan ganas de pelearse, acuérdense del vecino que vivía ahí enfrente y que sigue entre nosotros.”