Dirigentes del sindicalismo combativo, alineados con corrientes trotskistas de izquierda, impulsaron un plenario para el sábado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El objetivo es exigir a la CGT (Confederación General del Trabajo) y a las dos CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) que impulsen un plan de lucha en respuesta a las políticas del presidente Javier Milei.
Esta convocatoria cuenta con el respaldo del Frente de Lucha de Piqueteros, agrupaciones de jubilados, sindicatos docentes y el Sindicato Único del Neumático, liderado por Alejandro Crespo.
En un comunicado estructurado en ocho puntos, los convocantes denunciaron lo que consideran “un pacto” entre la CGT y el gobierno, y solicitaron la puesta en marcha de un paro activo nacional acompañado por un plan de lucha sostenido. También reclamaron el fin del ajuste, la oposición a la injerencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), y el rechazo al protocolo antipiquetes impulsado por el Ministerio de Seguridad.
Entre los puntos centrales del comunicado, destacan la exigencia de un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, paritarias libres, la eliminación del impuesto a las Ganancias sobre los salarios, y medidas de emergencia para jubilados, como el restablecimiento del 82% móvil y la devolución de medicamentos por PAMI e IOMA.
“Entre todos queremos discutir como enfrentar al gobierno, como enfrentar a las patronales, como luchar por defender nuestro salario, nuestros puestos de trabajo y enfrentar a la reforma laboral. Por eso el proximo 16/08 los esperamos a todos en el plenario de los trabajadores”… pic.twitter.com/L5ROfw91ZY
— Prensa Obrera (@prensaobrera) August 7, 2025
Asimismo, se solicitó la derogación de las reformas laboral y previsional, la defensa de la indemnización, la preservación de convenios colectivos y obras sociales, y la protección de instituciones culturales, educativas y sanitarias. En la misma línea, el sector reclamó trabajo genuino mediante programas de obras públicas, viviendas populares y apertura de programas sociales, erradicando la precarización laboral.
Luego, el texto incluyó demandas para terminar con la represión, reclamando la derogación del DNU 70 y otros decretos considerados hostiles a los trabajadores, la libertad a los presos por luchar, la prohibición de despidos, la reincorporación de despedidos y la estatización —bajo control obrero— de empresas cerradas.
El desafío queda planteado: el plenario del sábado servirá como medida del grado de influencia de estas fuerzas sobre la dirigencia sindical tradicional. La CGT enfrenta hoy un doble escenario de presión —interno y externo— sobre si concretará una nueva huelga general, en un contexto de fuerte confrontación por las políticas del oficialismo.