A días del inicio del calendario electoral, con las incógnitas latentes respecto a la eventual candidatura de Cristina Fernández de Kirchner y si Alberto Fernández irá por la reelección, el Gobierno del Frente de Todos (FdT) pasa otro verano caliente atravesado por la interna.
Cada nueva pelea puertas adentro del Ejecutivo deja al desnudo la debilidad del jefe de Estado, quien no pudo resistir las embestidas del ala dura kirchnerista, que con sus críticas horadó el poder de los ministros y hasta generó varias modificaciones en el Gabinete.
Apenas quedan cinco de los 21 ministros del Gabinete original: Eduardo “Wado” de Pedro, en Interior; Juan Cabandié, en Medio Ambiente; Tristán Bauer, en Cultura; Gabriel Katopodis, en Obras Públicas; y Matías Lammens, en Turismo y Deporte.
Luego de la euforia por la obtención de la Copa del Mundo y las fiestas, los últimos días de 2022 terminaron con una crisis inesperada. Victoria Donda fue echada del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo. Se fue no sin antes ventilar su disconformidad con el albertismo y su alineamiento con la mirada “política y estratégica” de la vicepresidenta. Greta Marisa Pena, quien se desempeñaba como secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, fue designada en su lugar al frente del INADI.
Dos meses antes, otra mujer dentro del Gabinete generó un fuerte cortocircuito en Balcarce 50. Elizabeth Gómez Alcorta renunció con duras críticas al Gobierno por el operativo de desalojo y la detención de mujeres por parte de las fuerzas de seguridad en la toma mapuche de Villa Mascardi.
La exministra fue abogada defensora del cuestionado Facundo Jones Huala en la Patagonia, quien esta semana fue detenido en Río Negro, luego de estar un año prófugo, sobre quien pesa una alerta roja con pedido de captura internacional por parte de Interpol y un pedido de extradición desde Chile. Además, fue una de las primeras funcionarias en criticar públicamente a Alberto Fernández y generar un debate incómodo para el Gobierno, cuando habló de “presos políticos” en Argentina, en referencia a Milagro Sala.
Pero estos dos antecedentes del año pasado, no se comparan con una nueva crisis generada en torno a la figura del ministro de Interior. Eduardo “Wado” De Pedro dejó trascender su enojó contra el jefe de Estado por no hacerlo partícipe del encuentro con Luiz Inácio “Lula” da Silva y organismos de Derechos Humanos, tras la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
El funcionario es una de las figuras presidenciables que promueve el ala dura kirchnerista y algunos creen que esa fue la razón de Fernández de no invitarlo al encuentro, debido a que mantiene firme su esperanza de ir por un segundo mandato, con todos los números y estadísticas que lo posicionan muy lejos de esa posibilidad.
Victoria Tolosa Paz y Aníbal Fernández salieron en defensa del Presidente de la Nación y apuntaron sus dardos al funcionario. La réplica kirchnerista no tardó en llegar y la ministra de Desarrollo Social fue tildada de “antiperonista”. Eduardo Valdés, uno de los pocos dirigentes con buena relación entre el mandatario y la vice, trató de poner paños fríos, pidió resolver el conflicto y mantener la unidad, pero el conflicto ya tenía vuelo propio.
El duro antecedente
La relación entre Fernández y De Pedro no volvió a ser la misma, luego de la derrota electoral del oficialismo. El funcionario camporista encabezó las renuncias “a disposición”, por pedido de Cristina, desató la primera gran crisis del Gobierno del Frente de Todos.
La movida produjo un cimbronazo y el jefe de Estado se vio obligado a hacer cambios. El entonces gobernador de Tucumán, Juan Manzur, fue a la jefatura de Gabinete; Santiago Cafiero reemplazó a Felipe Solá en la Cancillería y Aníbal Fernández volvió como ministro de Seguridad.
De Pedro, el primer funcionario en presentar su dimisión en esa oportunidad, sigue al frente de la cartera de Interior y apenas iniciado el 2023, volvió a exhibir la grieta de la coalición de gobierno y comenzó su campaña. Participará de una reunión con intendentes bonaerenses, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, quien lo respaldó en su pelea con Fernández. Luego, estará en otra actividad junto a Juan Grabois en Chubut, con una asamblea “por un desarrollo integral para una Argentina humana y federal”.