La cola del hambre de Pettovello: más de 20 cuadras para nada

La cola del hambre de Pettovello: más de 20 cuadras para nada

La ministra de Capital Humano no recibió a la gente que esperaba bajo el sol y el calor.


En reclamo de alimentos, movimientos sociales hicieron una fila que empezaba en la puerta del Ministerio de Capital Humano, en Juncal y Carlos Pellegrini, y se extendía más de 20 cuadras hacia el Sur, hasta la Avenida San Juan. “La fila llega hasta Constitución”, celebraban fuentes de los movimientos frente al ministerio.

Los manifestantes esperaban ser escuchados por la ministra Sandra Pettovello, que la semana pasada dijo que los recibiría de a uno, pero el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que eso no iba a pasar. “Hoy no los va a recibir. Jamás los ha citado”, advirtió Adorni en su conferencia de prensa de esta mañana. “No ha sido la intención de la ministra que la gente la pase mal al rayo del sol con estas temperaturas”, declaró. Pettovello, mientras tanto, estaba en una reunión en José C. Paz.

Más de diez mil personas hicieron fila en el Ministerio de Capital Humano para pedirle a su titular, Sandra Pettovello, asistencia alimentaria. “¿La gente tiene hambre? Yo voy a atender uno por uno a la gente que tiene hambre, pero no a los referentes”, le había dicho el jueves pasado la ministra a los dirigentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular que llegaron hasta su puerta —con varios centenares de manifestantes— para reclamar que el gobierno envíe insumos a los comedores comunitarios.

Ese día los referentes de los movimientos sociales no fueron recibidos, pero le tomaron la palabra. Ahora, como parte del plan de lucha de la UTEP, pero individualmente y con DNI —tal como les habían sido sugerido—, vecinos de los barrios populares del conurbano y CABA organizados en la UTEP fueron a anotarse para recibir alimentos. Arrancaron la fila en la entrada al Ministerio, ubicado en la esquina de Cerrito y Juncal, temprano en la mañana, y se fueron parando uno detrás de otro. Al mediodía, la fila tenía un largo de 20 cuadras.

Mientras ocurría la protesta, la Ministra se mostró en una iglesia evangélica de José C. Paz, en el oeste del conurbano. Acompañada por el secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo De la Torre 1responsable del área de asistencia alimentaria—, firmó un convenio por alimentos con una red de comedores vinculados a una fundación, “para que reciban la ayuda directa y sin intermediarios”, según consignó la gacetilla distribuida a los medios.

A los cronistas que la consultaron sobre la fila que recorría la avenida 9 de Julio de punta a punta, Pettovello les dijo que se trataba de personas usadas por las organizaciones sociales. “Yo no cité a la gente para que esté bajo el sol: los convocaron los dirigentes. El otro día, al verlos en la puerta del ministerio, bajé para atenderlos por una situación puntual, pero esta vez no los voy a recibir porque yo no los convoqué. Fueron los dirigentes que usan a la gente y la hacen hacer cola bajo el sol”, sostuvo.

La cartera de Capital Humano dio a conocer un comunicado indicando que “los comedores que soliciten fondos deben hacerlo a través de los canales oficiales y cumpliendo los requisitos correspondientes”. A su vez el vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó que Pettovello no recibiría a las personas que se concentraron en su ministerio porque “jamás los ha convocado”.

La denuncia de Grabois

La decisión de Pettovello de no recibir a quienes se acercaron al Ministerio generó una denuncia penal de Grabois contra la Ministra por incumplimiento de deberes de funcionario público. En un escrito presentado ante la justicia federal, pidió que se investigue a la Ministra por “no disponer la entrega de alimentos en comedores barriales y comunitarios de toda la República Argentina, violando así, normas que ordenan garantizar el alimento a quienes están padeciendo situaciones de extrema pobreza e incumpliendo sus obligaciones como Ministra con competencia directa en el tema”.

“La única medida tomada por el actual gobierno para mitigar la acuciante crisis alimentaria en la Argentina es el aumento del monto de la Tarjeta Alimentar, pero al mismo tiempo suspendió el abastecimiento de alimentos a los comedores comunitarios de todo el país cuyo impacto social duplica al de la Tarjeta Alimentar. Esto quiere decir lisa y llanamente que no están entregando alimentos. Liquidaron el remanente y no repusieron nada. Esto significa que se suspendió la ejecución del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que abastecía de alimentos y auditaba los comedores a pesar de que los fondos se encuentran disponibles, configurando no solo una inmoralidad intolerable, sino que además constituye un delito” advierte la presentación. La denuncia quedó en el despacho del juez federal Sebastián Casanello.

Dos meses sin comida

El gobierno nacional no envía alimentos a los comedores comunitarios desde que asumió la presidencia Milei, en diciembre. Son dos meses en los que, por el aumento en el precio de la comida y la caída en los ingresos de la clase media y los sectores populares, la demanda en los comedores y merenderos está en aumento.

El Estado tiene dos maneras de hacer llegar comida a quienes necesitan: mediante transferencias de dinero —la tarjeta Alimentar— o con camiones que llevan insumos a los comedores de las organizaciones sociales —que en un número menor también tienen las iglesias y algunas ongs—. Hay comedores que tienen una tarjeta Alimentar especial, para hacer compras de frescos, pero son una minoría.

Si bien en estos dos meses el Gobierno aumentó el monto de la Tarjeta Alimentar —que actualmente es de 44 mil pesos—, ese dinero no asegura la comida diaria de todo un mes. Y lo recibe un universo acotado, de dos millones de niños con Asignación Universal por Hijo.

La segunda vía de asistencia, el envío de alimentos a los comedores, permanece cortada. En estos dos meses que lleva el gobierno de Milei, el Ministerio no ejecutó las partidas de los programas alimentarios destinados a comedores que por ley se habían renovado, replicando presupuesto de 2023.

El área que depende de Pablo de la Torre mantiene pisados los programas con financiamiento del BID para la compra de alimentos secos y frescos —el “Plan Nacional Argentina contra el Hambre”— y otros con fondeo local, que suman unos 180.000 millones de pesos. De ese presupuesto disponible hasta ahora se utilizó cero.

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