En la provincia de Buenos Aires, el comando de campaña de Fuerza Patria está enfocado en asegurarse de que su electorado marque el casillero correcto el próximo 26 de octubre, cuando se utilice por primera vez la Boleta Única Papel.
La preocupación no es menor: los simulacros realizados por los propios dirigentes territoriales y candidatos muestran que entre 15% y 20% de las personas no tildan en el lugar indicado.
Por eso, la campaña entró en una etapa pedagógica, con instructivos, videos y simulaciones para explicar cómo se vota con el nuevo sistema.
Los equipos técnicos detectaron que muchos votantes no hacen la marca en el recuadro que corresponde y sí lo hacen arriba del sello partidario, sobre el logo o incluso fuera del recuadro. Ese margen de error, en una elección donde Fuerza Patria buscará mantener su ventaja frente a La Libertad Avanza, puede ser decisivo.
La consigna es clara: que la diferencia entre los dos espacios que polarizan la elección no sea menor a los 13 puntos que le sacó el peronismo al partido violeta el 7 de septiembre. Para eso, además de buscar más votos, se debe evitar que la confusión de su propio electorado reste puntos.
El nuevo formato exige marcar una sola cruz dentro de un pequeño casillero en blanco, lo que implica un cambio histórico para los bonaerenses que durante años eligieron las opciones dentro del cuarto oscuro a través de la tradicional lista sábana. Por eso, lo que empezó como una improvisación de explicaciones ahora se volverá eje fundamental de la campaña. En cada esquina, en clubes, centros de jubilados y ferias barriales tiene que haber un modelo de BUP y la prioridad es que el electorado peronista sepa dónde marcar, no solo a quién.
A dos semanas de la elección, el verdadero escollo está en que una parte del electorado no identifica dónde poner su voto aún cuando elige a Fuerza Patria.
Según evalúan en el peronismo, la ventaja obtenida en las elecciones bonaerenses un mes atrás será aún más difícil de mantener si suenan las alarmas por el porcentaje de votos mal emitidos. Por eso, la campaña se concentrará en reforzar el mensaje pedagógico. Habrá material gráfico en redes, en la vía pública y a donde lleguen los dirigentes, encargados de orientar al votante en el cuarto oscuro. La apuesta es doble: garantizar que cada voto cuente y que el electorado no se disperse por la complejidad del nuevo sistema.