La banda de Comprá Campeón: De Manhattan a La Matanza

La banda de Comprá Campeón: De Manhattan a La Matanza

Opinión.


Es absolutamente cierto que el gobierno tiene y mucho para festejar tras el rally neoyorquino de esta semana. El apoyo que le dio el Presidente Trump superó todas las expectativas en lo semántico y en las costumbres que emanan ante estas situaciones de la Casa Blanca. Pero Trump rompe moldes, para bien o para mal. La situación del gobierno nacional de la semana pasada era tan desastrosa que lo había dejado al borde del precipicio y una horda variopinta asistía incrédula a esa caída al abismo.

El único punto a favor que tuvieron fue que, dentro de la mala praxis que los había llevado a ese lugar, el ideólogo de casi todas las movidas, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, se había percatado que arribarían a esa situación más temprano que tarde. Estimaban llegar luego del test electoral del 26 de octubre, pero no fue posible. La impericia colectiva del rumbo elegido, en la cual los malos tratos, la mentira, el no cumplimiento de los acuerdos, la pisada general de fondos en todos los planos económicos (sobresale Obra Pública) hizo que la mecha prendida avanzara más rápido de lo previsto.

El malhumor general de la política hacia el gobierno se apoyó en el malestar in crescendo general y sobre todo de aquéllos desprevenidos que esperanzados en futuras bonanzas y que ya no lo están, se sumaron a las distintas corrientes que -cada vez en mayor número- se oponen a cualquier conexión con este sistema de la Casa Rosada. Ello –junto a los escándalos en la compra de medicamentos para los discapacitados- terminaron de conformar un grupo de choque de dos tercios en ambas cámaras, que empezaron a fijar agenda propia y a borrar de la misma, decisiones adoptadas por el Poder Ejecutivo a través de decretos y vetos presidenciales.

Cuando la crisis de la semana pasada todavía no había llegado a su clímax, en el medio del desconcierto generalizado del gobierno, Toto Caputo (en este caso con la ayuda inestimable del canciller Gerardo Werthein) apresuró decisivamente las negociaciones ya en marcha con el Tesoro de Estados Unidos, última escala posible en el mundo del salvataje de los deudores seriales. El ministro apalancado por la buena relación entre los presidentes de Argentina y Estados Unidos (un tema clave), se tiró a la pileta al grito de “plata o mierda”. Las señales para su visión financiera eran positivas, pero con Trump, nunca se sabe. Y allá fueron. El paquete de Estados Unidos lo hizo público –y ya todos lo conocemos- el propio secretario del Tesoro, Scott Bessent que, siguiendo instrucciones de su presidente, se abalanzó sobre Argentina para librar una de las batallas más duras e importantes contra la República Popular China en América Latina. Si es con Milei mejor. Si no, habrá Plan B. La guerra no cambia, y es harto complicada.

Del paquete, la parte más creíble y sencilla para USA es la compra de bonos argentinos (primarios o secundarios), y algún stand by cuando sea imprescindible. El swap aún no está claro para qué ni cuándo y seguro se adelantarán algunas entregas de los ya anunciados préstamos de los multilaterales BID y BM.

Mientras por otro andarivel, en una jugada simultánea y bien ejecutada por Caputo, eliminaron las retenciones a los remanentes de la cosecha 2024/25 por un mes, o hasta llegar al límite de 7.000 M de dólares de liquidación, y obtuvieron la respuesta esperada del sector, llegando en tres días al límite impuesto, al momento de escribir este miércoles. O sea, vuelven las retenciones para los que movieron tarde.

Hasta acá es todo Alicia en el país de las maravillas. Pero la película no cambia con un par de buenas fotos. Veámosla.

El tema financiero

Es en el que mejor parado está el gobierno (por este mes). Una de las condiciones centrales que puso Estados Unidos en toda esta movida, es quitar de nuestro país al mayor condicionante chino en las arcas argentinas que lo constituye el swap de ese país en el Banco Central que asciende a 18.000 M de dólares. De ellos, 5.000 M ya se los fumó la Argentina y se los debería pagar cash a China en caso de salir. Quedarían 13.000 M más que se usan para intercambio comercial. Si Argentina se los devuelve, China haría caer inmediatamente todos los convenios contractuales que tiene con Argentina, o sea no les exportaríamos más ni dos kilos de porotos de soja al cliente que compra buena parte de nuestras exportaciones. Toto Caputo dijo que han trabajado mucho con las autoridades norteamericanas en este punto, pero  -como siempre- las negras también juegan. No sólo no les será fácil sino que no lo podrán hacer. ¿Adonde llevaría este nuevo desplante la relación política y comercial con el gigante asiático, nuestro segundo socio comercial?. Argentina no tiene cómo salir de este tema por sí sola, ni siquiera con la ayuda americana. O sea, aquí el primer objetivo imposible de lo hablado en New York. Eso no sucederá, menos con prepotencia. Tema cerrado.

El dólar bajó casi 200 pesos en estos tres días, también bajaron la tasa y el riesgo país está por debajo de los mil puntos. Estados Unidos logra con ello uno de los objetivos buscados: salir en los próximos días del carry trade de Caputo con los grandes fondos del país como Black Rock o Templeton en forma ordenada (con este tiempo) y con buen rendimiento saliendo con dólar barato. Esta vez Caputo no podía fallar. Y fue a salvarlos, pero a ellos.

El gobierno no va a comprar reservas tal como le solicitan desde el Norte y a su vez mantener el dólar con ese precio atrasado, cuando se hayan ido los fondos y se acabe la liquidación campera (liquidada en el Banco Nación), será una situación que le meterá de nuevo mucha presión a la divisa verde. Con el dinero de las cerealeras, que pasearán entre el Nación y el Central, aguantarán vendiendo “hasta el último dólar” en manos de “Comprá Campéon” hasta que se realicen las elecciones. Ahí se llegará con el dólar oficial cerca de la banda superior y algo pasado en los paralelos. Después la devaluación tan temida. Hasta las elites globales la pronostican. La ex número dos del FMI, Gita Gopinath y el diario Financial Times advirtieron que la devaluación en Argentina es inevitable. Fin de la novela, en la City. 

El tema político 

Uno de las dificultades (no la única) es que nada de todo esto tiene implementación inmediata, por las elecciones de octubre. Y para ese momento, de acá a 30 días, ya nadie recordará este feliz fiestita de Mr. President en Nueva York. Estados Unidos, sabiendo de las debilidades de esta administración en el rubro, le hizo una especial advertencia sobre la importancia –para ellos- de lograr un buen resultado en las elecciones y fundamentalmente mejorar la relación con los gobernadores y el Parlamento para retomar la agenda política y garantizar determinadas cuestiones, entre ellas las reformas tributaria y laboral. Durante este mes LLA enfrentará a gobernadores aliados y oponentes en todo el país, salvo Mendoza, Entre Ríos y Chaco por lo que se hace inviable el acercamiento necesario. Y después de las elecciones es como pensar en cuando el hombre llegará a Marte. Tampoco hay solución por este lado.

El Congreso tiene unas semanas más para poner agenda y sobre todo un tema contrario (y letal) al sistema de gobierno por DNU y vetos, o sea el libertario de Milei. Se ve color sepia, la época de la Ley Bases, ya se lamentan los entendidos en New York. 

El tema económico social 

Este tema es el más invariante. Ya hemos escrito desde todos los ángulos cómo la crisis y la recesión que se agudiza viene complicando cada vez más la vida de los argentinos. Son muy pocos lo que anidan en este modelo, aproximadamente un 30% de la sociedad, ya sea por motivo ideológicos (centralmente antiperonismo o similar) o económicos porque pertenecen a una clase con privilegios permanentes (bancos y finanzas, familia judicial, comercio electrónico, petróleo y gas) y poco más. La caída del consumo, la reducción de la actividad de la capacidad instalada, la debacle de la construcción y los 70 rubros que mueve, los despidos y suspensiones que se suman a la precarización masiva de los que consiguen un trabajo –casi siempre de aplicaciones- es un cóctel explosivo que mostró las uñas el pasado 7 de setiembre en las urnas y días más tarde en las calles de todo el país. No hay oposición política dominante, pero hay disconformismo de sobra y allí el recambio se va gestando en silencio.

Nada va a cambiar, al menos para bien. Los préstamos de cualquier tipo a los países que están ya sobreendeudados no los mejora, los termina de liquidar con nuevos ajustes reclamados para pagar intereses. Sin dudas esto tendrá un reflejo electoral, en la escasa participación y en la cantidad de votos (del padrón) que logrará este gobierno en octubre. Huele a calas.

Nueva York es un lindo destino para tres días. Pero al volver a casa se comprueba que lo que ayer era una fiesta high level con premio incluido, resultó ser esta nueva pesadilla de aguantar los trapos hasta que se pueda. Comprá Campeón lo hizo de nuevo, siempre con la nuestra. 

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