JxC: carreras paralelas, que se entrecruzan, se unen y se separan

JxC: carreras paralelas, que se entrecruzan, se unen y se separan

La proximidad de las elecciones despertó el juego de las coaliciones.


La interna de Juntos  por el Cambio es una historia en continuado de la que pueden extraerse hoy tres capítulos centrales. Uno, la reaparición de Mauricio Macri, con libro, zoom fallido y entrevista en TV. Dos, la interna radical, en las dos Buenos Aires más Córdoba, con figuras emergentes como Martín Lousteau y Facundo Manes. Y tres, la interna del PRO, en la que Patricia Bullrich le avisó a Horacio Rodríguez Larreta que no está solo en su camino hacia el 2023.

Son carreras que corren paralelas, pero que también se van cruzando. O lo harán, más temprano que tarde. Con condimentos del pasado –la revisión de por qué fracasó Cambiemos en su debut en la Casa Rosada- y del futuro –cómo presentar la mejor propuesta para buscar el bis.

 

La reaparición de Macri 

Difícil (casi imposible) comprobarlo, pero es probable que la reaparición de Macri sólo pueda explicarse por el momento complejo que vive la Argentina, con una doble crisis: sanitaria y económica. El perfil bajo que había adoptado el ex presidente cuando perdió claramente la elección se fue quebrando ya en los primeros meses de pandemia. Acaso fue también una estrategia de defensa propia: pese a que en campaña había  prometido lo contrario, Alberto Fernández apeló -cada vez que pudo- a la “herencia macrista” para explicar las debacles actuales. Lo hizo y lo sigue haciendo: poco después de que Macri presentara su libro, el Presidente lo cuestionaba en su asunción como presidente del PJ.

La gran incógnita es hasta dónde llegará esa reaparición. Parafraseando el nombre del libro, vale preguntarse quién debe jugar el segundo tiempo de Cambiemos. ¿Buscará revancha el propio ex Presidente? Por ahora, Macri sólo confirmó que no será candidato este año. ¿Y en el 2023? ¿Buscará revancha?. En sus palabras y también lo reconocen sus colaboradores más cercanos, se transmite cierta necesidad de reivindicación. Con una autocrítica falaz. O a medias. El líder del PRO sólo se “reprocha” no haber podido avanzar en las reformas y haber facilitado la vuelta del kirchnerismo: “quise pero no pude” o “el resto me ayudó poco”. 

Más allá del balance interno que se haga (hay sectores muy críticos de su gestión, dentro del PRO y la UCR), será la sociedad la que irá seguramente desmalezando las dudas. En el 2019, mientras Cristina se corría, Macri creyó que debía repetir. Y perdió.

La interna radical 

En tiempos de descreimiento generalizado de la política, o al menos con buena parte de la sociedad siendo muy crítica de sus dirigentes, la sana costumbre del radicalismo de dirimir sus diferencias en internas partidarias y la repercusión que tuvo eso en el mundo de la política, configuran una novedad y un activo para Juntos por el Cambio.

Cuando los sectores más afianzados en el histórico partido –Gerardo Morales, Mario Negri, Ernesto Sanz– se decidían a renovar poder, el novel correligionario Martín Lousteau decidió plantar bandera y confrontar en las dos provincias más grandes del país: Buenos Aires y Córdoba. Y perdió, aunque –a su modo- ganó. Porque los candidatos que apoyaba para las conducciones locales fueron derrotados por márgenes muy estrechos y consiguió en paralelo una buena cantidad de convencionales, que debatirán sus posiciones en el congreso partidario que definirá la estrategia de alianzas electorales.

En la Ciudad, el senador porteño ya juega de local. Apoyó a los dos principales listas que lo impulsan como sucesor de Horacio Rodríguez Larreta en el 2023. El dice que sí, pero también deja abierta la puerta para una candidatura nacional.

Ahí es donde sus intereses chocan con otros radicales con aspiraciones presidenciales, como el titular del partido, Alfredo Cornejo, el mencionado Morales (gobernador de Jujuy) y hasta el neurocientífico Facundo Manes. Cualquiera que emerja de la pelea, lo que parece claro es que esta vez el partido no se resignará a lo que decida el PRO, como ocurrió en 2015 con Macri. La candidatura en la interna de Ernesto Sanz (como la de Elisa Carrió por la Coalición Cívica) pareció más bien un favor testimonial.

 

Parafraseando el nombre del libro, vale preguntarse quién debe jugar el segundo tiempo de Cambiemos. ¿Buscará revancha el propio ex Presidente? Por ahora, Macri sólo confirmó que no será candidato este año. ¿Y en el 2023? ¿Buscará revancha?

 

La interna Larreta – Bullrich  

Si el jefe de Gobierno porteño pensaba que su único escollo interno para buscar la presidencia en 2023 serían las ganas de volver –o no- de Macri, pasó muy poco tiempo de la derrota electoral y sin embargo otro/a jugador/a decidió sumarse a la discusión. No está claro aún hasta dónde las intenciones de plantarse de Patricia Bullrich son sólo propias derivadas de su condición de delfín del ex presidente, quien la apoyó abiertamente para que asumiera la presidencia del Pro. 

Pero lo cierto es que Bullrich, una de las dirigentes con más experiencia dentro de la alianza opositora, aprovechó su rol partidario para salir a recorrer el país e instalarse como emblema del antikirchnerismo duro. Y mal no le fue. La mayoría de las encuestas de opinión pública advierten sobre un crecimiento de su figura. Si bien es cierto que –como Cristina o Carrió- su alto perfil genera amores y odios, la ex ministra de Seguridad empezó a colarse en los top ten de dirigentes con mejor imagen del país.

Y salió a jugar fuerte, cuestionando no sólo a Larreta por su moderación sino hasta a sus funcionarios más valorados, como Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño. ¿Lo hizo Bullrich porque también se anota en la pelea porteña 2023? Su postura guarda curiosas similitudes con los planes de Lousteau.

Como sea, lo que queda claro es que más allá de mantener la unión, insumo imprescindible para dar pelea en el marco de la grieta, Juntos por el Cambio ya entró en etapa de revolución interna.

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