Fundada en 2025 por tres amigos; Juan Rey, Vinicius Fonseca y María Josefina Pesado –de 27, 28 y 29 años respectivamente–, La Tarea de Escribir, asi es el nombre de esta editorial, que nace de un gesto que precede a cualquier catálogo: la necesidad de sostener un espacio donde la literatura pueda arriesgar. Nuestra consigna, “lo raro antes que lo bueno”, no es un chiste ni una provocación: es la forma más sincera que encontramos de acercarnos a la escritura. Preferimos una obra que se exponga al error, a la torpeza, a la incomodidad, antes que una pieza impecable que ya no tenga nada para decirle a este tiempo, señalan los creadores.
La editorial continúa el trabajo iniciado en el taller homónimo, activo desde 2021, ¨donde descubrimos que las escrituras más extremas —por geniales o por estúpidas— son también las más verdaderas¨. Aseguran que; ¨trabajamos con autores nuevos, invisibles o directamente ilegibles para la mirada estándar del presente editorial¨. La tarea de escribir, apuesta por la diferencia técnica, no para exhibir virtuosismos, sino para acompañar búsquedas que se atrevan a pensar desde el borde.
¨Creemos que una editorial no es una vidriera sino un dispositivo de pensamiento. Por eso cada libro incorpora materiales que expanden su conversación: prólogos, notas, entrevistas, cuadernos de trabajo, correspondencias o piezas visuales que se alojan en un soporte digital propio¨, sostienen los emprendedores.
¨Queremos que las obras sean autoconscientes de lo que proponen, que se presenten al lector como objetos capaces de abrir preguntas, no de clausurarlas¨, aseguran.
Los creadores de la editorial resaltan que: ¨nos interesa pensar la literatura desde autores y movimientos con apuestas estilísticas abiertas y radicales: poesía como la de Daniel Durand o la de Sergio Raimondi, ediciones con el impulso de N Direcciones (de Gerardo Jorge) o la mítica 18 Whiskys¨. A la vez, aclaran que no son iconoclastas, así que no le sacan un ojo al canon. Autores como César Aira, María Negroni, Sergio Bizzio o Fogwill (entre muchos otros) forman parte de sus bibliotecas. También, autores que están consagrándose en este momento: Magalí Etchebarne, Gabriela Cabezón Cámara, Pablo Katchadjian. En fin, ellos creen que tener una editorial es aprender dónde hubo riesgo en las ediciones que hoy consideramos casos de éxito, antes de aprender dónde hubo certeza. ¨Nos parece que esa comprensión nos acerca más al lector contemporáneo¨.
Entre los objetivos los proyectan en tres escalas:
– A corto plazo, construir un catálogo pequeño pero incisivo, donde cada libro funcione como una declaración estética. Y obtener difusión en los circuitos del libro con mayor renombre: la Feria del Libro, la FED, la Edita en La Plata, etc.
– A mediano plazo, formar una comunidad de autores y lectores interesada en la experimentación y en la conversación crítica.
– A largo plazo, producir un archivo vivo, donde la investigación, el taller y la edición formen un mismo gesto, un mismo pensamiento en acto.
Consideran que el público de La Tarea de Escribir es móvil, lateral, curioso: lectores que prefieren una rareza antes que una certeza, que encuentran en lo anómalo un modo de leer la época. ¨La circulación de nuestros libros se propone un recorrido análogo a esta política: librerías independientes, ferias, centros culturales, universidades y un vínculo directo que permita que cada libro llegue acompañado de su propio contexto y de su propia conversación, sin quedar absorbido por la homogeneidad del mercado¨. Aunque, – aclaran, – no estamos cerrados a una expansión comercial, ya que entendemos que a veces es la única manera de darle continuidad al proyecto y sus valores.

