La firme postura del dirigente sindical en contra del paro general y su apoyo a la manifestación en defensa de la ex presidenta condenada, tal como aspiraban el PJ y el sindicalismo K, fue acordada con los principales líderes cegetistas y renovó un antiguo conflicto político que tendrá repercusiones en la configuración de la nueva CGT, cuyas autoridades se escogerán en octubre.
La CGT estaba programada para reunirse el martes a las 15 con el Consejo Nacional del PJ, con el fin de coordinar el acto en apoyo a Cristina Kirchner. Sin embargo, antes de esta reunión, llevó a cabo deliberaciones en la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA), donde varios dirigentes expresaron críticas severas hacia la ex presidenta y su hijo Máximo, señalando el “menosprecio” que durante años han mostrado hacia toda la dirigencia sindical que no se alinea con el kirchnerismo.
Mientras que algunos de los asistentes optaron por el silencio, Moyano tomó la palabra para criticar al PJ: “Hace tiempo mencioné que el partido era solo una cáscara, pero ahora ni siquiera eso es”. A continuación, dirigió sus críticas hacia los kirchneristas, acusándolos de haberse adueñado del PJ y de manipular las listas de candidatos a su antojo. Subrayó que cuando el macrismo allanó el sindicato “25 veces”, no recibió ninguna llamada de los K “para preguntar si necesitaba algo”.
Lo más llamativo vino cuando ventiló un dato sugestivo de su interna familiar, con una frase filosa contra su hijo mayor, con el que está enfrentado desde hace años: “Como ustedes saben, alguien de mi familia visitó a Cristina. Imagínense cómo nos cayó. Pablo la fue a visitar y ni me llamó por el Día del Padre”, dijo.
La lapidaria alusión a Pablo confirmó una vez más que la disputa entre padre e hijo es irreversible y que el titular de Camioneros está enojado por su decisión de ir a visitar a la ex presidenta en su departamento, donde, para colmo, llevó el apoyo del sindicato en forma inconsulta.
En la CGT creen que la visita de Pablo Moyano a Cristina Kirchner fue gestionada por Sergio Palazzo (bancarios), uno de los referentes del sindicalismo K, y que fue parte de una jugada para que pareciera que Camioneros se había alineado con la estrategia de los kirchneristas.
Además de haber piloteado la resistencia ante los K, el otro gesto clave de Hugo Moyano en las últimas horas fue haber firmado esta semana su nueva paritaria respetando el tope del Gobierno del 1% mensual.
El acuerdo establece un incremento del 3% en tres partes del 1% cada una para junio, julio y agosto, además de un monto fijo de $45.000 y un aporte de $18.500 por empleado como “contribución” de los empleadores a la obra social del sindicato. Moyano había estado negociando paritarias a la baja, pero la anterior, correspondiente al período de marzo-abril, había quedado más desactualizada: fue del 3,2% en tres cuotas, mientras que la inflación de marzo alcanzó el 3,7%.