Desde el kirchnerismo, calificaron como “arrebatos individuales” las declaraciones de Grabois, vinculándolas a ambición personal más que a un planteo político estratégico. Insisten en que estos impulsos suenan desafinados en medio de la puja electoral con el avance de Javier Milei y otros sectores libertarios competitivos.
Además sostuvieron que “Juan tiene que sentarse y negociar”, recordando que, sin elecciones primarias (no habrá Paso), no tiene sentido tensar el armado de listas. “Las apetencias individuales hay que guardárselas… Está bastante grandecito para ponerse así por querer encabezar”, expusieron en voz baja.
Grabois expresó en público su intención de ser precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires el 26 de octubre, planteando que podría competir con lista propia si considera que el espacio está “hegemonizado por Massa”. Confesó también que su impulso no es solo electoral sino parte de una disputa más amplia dentro del peronismo.
Che, @JuanGrabois ¿otra vez vas a hacer lo mismo, otra vez le vas a hacer el juego a Milei, como cuando perdiste las PASO por escándalo y después desapareciste?
¿Qué es lo que vos hiciste contra Milei? Si desapareciste de las calles. ¿De dónde sacas que sos el que más mide? Si en… pic.twitter.com/v4isbKUVj9— Juanjo Tufaro (@juanjotufaro) July 29, 2025
La interna cuenta regresiva para el cierre de listas el 17 de agosto alimenta la preocupación en el espacio K. Están convencidos de que si Grabois avanza por afuera, podría debilitar la representación legislativa del bloque y poner en riesgo escaños por el sistema D’Hondt, generando un perjuicio mayor que el simbólico.
A pesar de la cercanía histórica de Grabois con Cristina Kirchner, desde La Cámpora y el núcleo duro del kirchnerismo remarcan que él ya declaró públicamente que “no es kirchnerista”. Consideran que actuar de forma autónoma sin alinearse a la conducción general es una actitud entretenida pero peligrosa para la estrategia electoral colectiva.
Frente al ruido generado, dirigentes como Teresa García y Mayra Mendoza han salido a cuestionar sus declaraciones. García calificó el tono de “díscolo e injusto”, y Mendoza remarcó que pelearse entre candidatos en Twitter cuando “la gente la está pasando cada vez peor” no aporta a los objetivos del proyecto político sino que lo debilita.