El presidente, Javier Milei, acelera la construcción de un mapa de alianzas políticas con miras a 2027, tras consolidar apoyos claves en el Senado para proyectos centrales de su gobierno. La aprobación del Presupuesto 2026 y de la Ley de Inocencia Fiscal fue interpretada por la Casa Rosada como un aval a la gestión y una oportunidad para reforzar los vínculos con mandatarios provinciales afines que podrían jugar un rol estratégico en el futuro electoral.
La estrategia oficialista para destrabar estas leyes incluyó negociaciones directas con varios gobernadores y el establecimiento de una mesa política nacional, encabezada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, junto a figuras como Diego Santilli y Patricia Bullrich. Desde el gobierno destacan que estas conversaciones facilitaron el diálogo parlamentario y permitieron avanzar con el programa planteado por el Ejecutivo.
Hay un Adorni que decora todas las fotos de las reuniones de Santilli con los Gobernadores en Casa Rosada. ¿Al final habla Santilli o habla Adorni con los Gobernadores? pic.twitter.com/iAvOyh4yUg
— Lucas Romero (@LucaRomero) November 17, 2025
El respaldo de estos jefes provinciales se reflejó tanto en el voto positivo de legisladores provinciales como en la capacidad de construir mayorías en instancias clave del Senado. En varias votaciones clave —como la aprobación general del Presupuesto y el tratamiento particular de artículos sensibles— la Casa Rosada logró superar resistencias internas y opositoras, lo que el oficialismo interpreta como un “primer examen” exitoso de coordinación política.
La consolidación de este esquema político no solo apunta a asegurar la gobernabilidad durante el actual periodo legislativo, sino también a potenciar la estructura político-electoral de Milei y sus aliados de cara a las elecciones de 2027. En ese marco, el entorno presidencial considera fundamental capitalizar el apoyo popular obtenido en las elecciones legislativas de octubre y la cooperación política con gobernadores para proyectarse hacia el futuro.
Además de reforzar el vínculo con mandatarios provinciales, la Casa Rosada busca ampliar su base de gobernabilidad en distintas regiones del país, aprovechando tanto la legitimación interna como respaldos externos que consideran decisivos para sostener su agenda de reformas económicas y políticas. Esta apuesta refleja la intención de construir un bloque de poder más amplio y cohesionado rumbo a los comicios que definirán el próximo ciclo político nacional.

