Este sector cobraba $ 797.000 en mano hasta este mes. Sobre ese número el Garrahan transfería unos $ 200.000 de bono, pero se decidió que ese monto ascienda a $ 500.000, es decir, un incremento nominal de $ 300.000. Este 30% de aumento total busca desactivar las asambleas de los empleados del hospital -y particularmente de los médicos residentes- que se preveían para mañana y durante el resto de la semana.
En tanto, el Gobierno optó por redactar un comunicado en donde el aumento parece haber quedado en segundo plano, optando por exaltar el proceso de “transformación profunda” y “limpieza estructural” (según lo denominan ellos mismos) que están realizando en los hospitales nacionales.
“Este incremento es resultado de la planificación presupuestaria dispuesta para esta etapa del año, no de las medidas de fuerza guionadas por la militancia kirchnerista que se esconde detrás de los médicos”, indicó la administración del hospital a través de un documento oficial difundido a la prensa.
Aunque todavía no emergió una postura formal, delegados médicos del hospital afirman que el conflicto está lejos de resolverse. Alegan varios motivos. El principal es que este incremento no se reflejó en otros sectores que también trabajan en el Garrahan.
Para saber si hay una resolución habrá que esperar a la Asamblea General del hospital, que está fechada para este martes.
El comunicado publicado por el directorio del nosocomio advirtió que continuará el proceso de auditoría al interior del Garrahan. “Estamos erradicando los desvíos presupuestarios y gastos superfluos”, afirmaron desde el texto, que fue revisado minuciosamente por la Casa Rosada.
La línea que bajaron desde el Ministerio de Salud era que el conflicto se había activado después de que el ministro de Salud, Mario Lugones, convalidara la implementación del sistema biométrico de control de asistencia para controlar a aquellos empleados que, supuestamente, no van a trabajar; y no por los salarios paupérrimos que percibían los médicos residentes. “El Garrahan no será más un refugio de ñoquis, y quien no se presente a trabajar será despedido”, marcó la cúpula del hospital en el comunicado.
El jueves pasado, Salud mantuvo una reunión de una hora con los residentes del Garrahan, ante la falta de respuesta del Ministerio de Salud, ratificaron las medidas de fuerza, y la reacción del Gobierno fue endurecer la postura. En el Gobierno advirtieron que les descontarán los días de huelga a los médicos en formación que protesten; que los echarán, si superan los cinco días de ausencia y deslizaron, en una suerte de amenaza.
El endurecimiento de la postura de la Casa Rosada se informó poco después de que Milei asociara el conflicto en el hospital pediátrico, directamente, con la existencia de “ñoquis” en los hospitales. En una entrevista por el streaming Neura, más temprano, en la línea que había marcado ayer su vocero, Manuel Adorni, el Presidente ninguneó los reclamos de los trabajadores de la salud al reducirlos a un tema de exceso de empleados públicos.