Fuerza Patria en PBA: la política del espacio la ganó Kiciloff, el resto se verá.

Fuerza Patria en PBA: la política del espacio la ganó Kiciloff, el resto se verá.

Opinión.


El cierre de listas del sábado pasado tuvo todos los ingredientes posibles y los imposibles también. En esta columna nos vamos a referir al peronismo y su coalición denominada Fuerza Patria para esta ocasión.

La primera cuestión a destacar tiene que ver con la centralidad política obtenida por el gobernador Axel Kiciloff, algo que no estaba en los cálculos de muchos, ya que venía de una situación incómoda para su espacio Movimiento Derecho al Futuro (MDF) y para él, luego de la confirmación de la condena de Cristina Fernández de Kirchner.

Sin embargo, con el apoyo activo de un nutrido grupo de intendentes, sorteó momentos de algunas zozobras mientras la gente copaba la cuadra de San José 1111, el microcentro porteño o el Parque Lezama. Kiciloff acompañó la movida de rebelarse contra un juicio claramente amañado, pero no perdió de vista el eje por el que había trabajado durante tanto tiempo.

Superó también el reintento de Cristina y la Cámpora (LC) a partir de esa situación, de desandar el camino del desdoble electoral, la acusación desde este sector de ser un “tibio” por no tomar decisiones, y más bien en silencio fue auscultando al interior de la Coalición, cómo venían los apoyos y de reojo “el poroteo”, justamente la especialidad de la casa del presidente del peronismo bonaerense.

Pero su apuesta fue finalmente más política, más cualitativa que cuantitativa, a la hora de los cierres interminables que se prolongaron inescrupulosamente hasta el lunes después del mediodía. Privilegió en el resultado la visibilidad de su gobierno y sus ideas por sobre el conflicto interno. De algún modo, a pesar de que las candidaturas testimoniales no generan más confianza en la gente, las necesitó para concretar el grito de independencia que le reclamaban desde hace mucho tiempo, el ala más dura del MDF. Esto no significa que Axel sea ahora el único líder provincial a partir de ello, pero al menos lograron ser reconocidos como pares ante los ojos de Máximo Kirchner y Sergio Massa, algo que el primero de ellos nunca validaba, los dos en una alianza que habrá que ver cómo sigue después de los resultados de setiembre. El problema de esperar, es que antes llega el cierre nacional de octubre, y este partido –como cualquiera- tiene dos tiempos. Se gana y se pierde en ambos y obviamente  estarán relacionados.

Sergio Massa, en su clásico modus operandi, dejó que avanzara el conflicto entre ambos jóvenes dirigentes (que igual no tenía solución) situándose en una posición componedora del conjunto, y fruto de una iniciativa suya lograron definir las cabezas de la Primera y la Tercera sección electoral como factor ordenador del resto del tablero. No olvidemos que Cristina iba a candidatearse en la Tercera, por lo que “heredar” ese lugar era muy pesado para cualquiera. Y Máximo presionaba desde su lugar para mantener esa posición, al fin y al cabo, es un Kirchner. Pero la declaratoria de herederos estaba floja de papeles, o falló el escribano. La cuestión terminó con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, en el tercer escalón de la nómina. ¿Será testimonial también?

La centralidad política que logró el gobernador es por lo que generan los nombres de Verónica Magario – en la Tercera- y Gabriel Katopodis – en la Primera- al interior de Fuerza Patria, también una jugada de riesgo para Axel. Si todo va bien para ellos, estará consolidado como el referente provincial para octubre y posiblemente para entrar cómodamente en la conversación del 2027. Pero si va mal, será difícil continuar esa carrera con aspiraciones. Por no decir imposible. Existen para él las contradicciones provinciales, pero también las nacionales ya que no es el único gobernador o dirigente del peronismo que tiene vocación de ser.

Massa pareciera que ya definió que este 2025 no es su momento. Más allá de la zona de fuertes turbulencias por las que vuela este gobierno, nada se asemeja a lo que entregó el ministro en 2023. Y eso la gente no olvida, le puede importar más o menos la política, pero dos años es poco para pedir el respaldo popular nuevamente, a pesar de todo. No hizo un mal cierre con su Frente Renovador, su mujer Malena Galmarini irá a una nueva “guerra” contra Julio Zamora y el resto de la tropa seguirá siendo indispensable para cualquier movida provincial. El 2027 es otra historia para el tigrense. Y es Ejecutiva y nacional, esa historia en los papeles.

El eje de campaña Cristina Libre sufrió una nueva derrota, con una responsabilidad muy alta de su propio hijo que prioriza siempre los intereses propios por sobre el conjunto. Esa pérdida de la centralidad se llevó puesta la figura estelar de la ex Presidenta. Será un tema más, de fuerte componente emocional, para bien o para mal.

Nadie está muy contento con el resultado de tanta negociación, algo bastante común dentro del movimiento, pero todos son conscientes que podría haber sido mucho peor si los intendentes que responden al gobernador armaban listas cuando a media tarde del sábado, Carlos Bianco abrió la tranquera para ello. Mirando el futuro con lupa se verán claras desavenencias entre campañas que prometen no ser bien coordinadas, más bien todo lo contrario. La relación -y la unidad- está rota. 

Tampoco ganaron nada esos minigobernadores en las listas con este cierre, pero sobrevivirán en sus distritos y esperan un resultado favorable para compensar con otros lugares de decisión, una vez que pase octubre.

La expectativa que adelantan las empresas que se ocupan de monitorear la intención y la cantidad de votantes, son alarmantes en la provincia de Buenos Aires, como viene sucediendo en todo el país. En las legislativas del 2021, votaron casi el 73% de los empadronados. Se prevé una baja de entre 10 y 15 puntos en la asistencia en este turno. Todavía falta un mes y medio, pero habrá que estar atento a la participación, será clave en el resultado.

Las opciones –no sólo de FP sino de todo el espectro, con Somos BA y la izquierda como posibles escenarios de fugas para la segura polarización – no parecen ser muy seductoras para una Provincia que tiene demasiados problemas y si votaran los núcleos duros de cada coalición, los votantes podrían apenas superar el 50%. Algo indescifrable hasta para el más preparado. Todos se echarán la culpa, como siempre. Y ya casi nadie les cree. 

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