La provincia de Corrientes elegirá a su nuevo gobernador el 31 de agosto, en un año marcado por elecciones legislativas a nivel nacional. En este contexto, una reciente encuesta ha mostrado el panorama de candidatos y los nombres que están cobrando fuerza para reemplazar a Gustavo Valdés.
Según un reciente estudio de opinión pública realizado por Ágora Consultores, hay un claro deseo de cambio entre los votantes: un significativo 58% expresa su preferencia por un giro en el liderazgo provincial. Este dato pone en aprietos la continuidad del oficialismo, encabezado por el gobernador Valdés, cuyo candidato solo recibe el 24% de intenciones de voto, siempre según el mismo estudio.
En este contexto, Martín “Tincho” Ascúa, actual intendente de Paso de los Libres y candidato por el Partido Justicialista (PJ), emerge como la figura que capitaliza el descontento y el anhelo de renovación que se pudo medir en las encuestas.
Justamente, el estudio posiciona a Ascúa a la cabeza de las preferencias electorales, siendo el único candidato que no solo mantiene, sino que también viene creciendo con el apoyo y todo apunta a que podría ser quien llegue a una segunda ronda electoral.
Por otro lado, el actual gobierno de Valdés sufre un creciente rechazo, evidenciado por una imagen negativa que supera el 50% en ciertos sectores. Esto contrasta con la imagen de Ascúa, quien, aunque también enfrenta críticas y acusaciones de corrupción, ha logrado conectar con el electorado gracias a su enfoque en comunidades menos visibles y su gestión local.
Asimismo, el intendente es respaldado por la ex presidenta Cristina Kirchner, que tiene una imagen que resurge con fuerza, poseyendo una popularidad cercana al 40%, lo que indica un sólido respaldo kirchnerista que podría beneficiar a Ascúa.
En un contexto donde el electorado busca un cambio, el exgobernador y radical Ricardo Colombi no logra despegar. A pesar de contar con una base fiel, su imagen se desvanece entre aquellos que se inclinan hacia otras opciones. Por otro lado, según el mismo estudio, el candidato de La Libertad Avanza (LLA), Lisandro Almirón, no consigue consolidar la estructura del gobierno nacional y transformarla en sufragios de los libertarios.
En este escenario, el panorama electoral se presenta competitivo. Ascúa encabeza las preferencias con un 22%, seguido de cerca por Juan Pablo Valdés, el hermano del actual gobernador, quien obtiene un 21%. El exgobernador Colombi y Almirón se encuentran en posiciones posteriores, reflejando un electorado dividido que crea un terreno propicio para alianzas estratégicas.
Las razones detrás del voto son diversas, con el deseo de cambio predominando entre los votantes de la oposición. Esta dinámica se ve impulsada por un rechazo hacia Valdés y una administración provincial que muchos consideran agotada tras 25 años del mismo ciclo político.
La gestión del ejecutivo provincial bajo el liderazgo de Valdés enfrenta un clima de creciente descontento entre los votantes. Según el mismo estudio, el apoyo hacia esta administración ha disminuido, ubicando la aprobación en un 53%. Aunque este número aún representa una mayoría, la tendencia es negativa debido a múltiples factores que están socavando la confianza pública.
Entre las principales dificultades que ha enfrentado el gobierno provincial se encuentra el caso Loan, que ya lleva un año en situación de desaparición. Además, se observan notorias deficiencias en áreas como la educación y la salud, consideradas críticas por amplios sectores de la población. En particular, la carencia de infraestructura y servicios básicos inadecuados son causas de quejas constantes, afectando especialmente a las comunidades en el interior de la provincia.
El informe indica que uno de los mayores retos que enfrenta la administración de Valdés es la precariedad que se percibe en las obras públicas, a pesar de los intentos por mantener una imagen de avance y desarrollo. Estos esfuerzos parecen no ser suficientes para contrarrestar la percepción de que el gobierno provincial está priorizando la visibilidad mediática en lugar de enfocarse en el impacto real sobre las condiciones de vida de los ciudadanos.