Como maleta de loco

Como maleta de loco

Una vieja y excelente canción de The Police contaba la historia de un hombre con una valija, que en realidad era su mundo. Decía Sting que se trataba de un “hombre con rostro extraño” siendo “un pájaro en una jaula” y que tampoco se lo iba a “llegar a conocer bien”.


Lo que Gordon Sumner cantaba con una metáfora alienante de dos minutos trece tiene su correlato teatral en Terra: ver un escenario lleno de despojos de ropa y un par de palanganas llenas de agua es un tanto sorpresivo y, por qué no decirlo, incómodo. En el medio, una valija desvencijada y vieja, que guarda un secreto en forma de hombre. Éste es la encarnación de varias épocas que ha atravesado no sólo nuestro país sino el mundo entero.

En este caso, la creación de un universo de sentido a través de recursos mínimos es fantástica. Javier Medina hace de su cuerpo el instrumento para que los hechos lo atraviesen en forma de situaciones o palabras. De esta manera, se viaja a través del tiempo en el intento de llegar a un destino llamado ?Patria? y ver ambas caras de una moneda que tendrían que ser una sola. La riqueza de los diálogos y parlamentos permiten varias lecturas con alusiones de todo tipo; ese destino del que se fue víctima a pesar de ser ?la flor y nata? de vaya a saber uno qué sociedad (o lo que es peor, sabiendo a qué sociedad se está refiriendo).

La dicotomía que plasma la puesta es fácilmente reconocible desde hace algunos años. Sobre todo cuando Medina mira al público y dice: ?Ustedes me pidieron que haga lo que hice?. Esa idea ?por más tenebrosa e inquietante que sea? tiene destinatarios identificables y es a través de estos puentes invisibles donde la puesta gana en el contenido; el ying y el yang de una situación que marcó a fuego varias épocas del mundo a través de muertes y purificaciones varias de unos en detrimento de otros.

Terra, así, inquiere y acusa desde la descripción de hechos conocidos pero con la calidad de una obra bien realizada.

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