?La vieja política es aquella que no respeta el resultado de las elecciones. Ésta es la única división que puede hacerse: entre una práctica legal y la que no lo es. De modo que si un liderazgo se legitima en una elección, es legal, y no tiene mucho sentido hablar de viejo o nuevo?, afirma Marcelo Leiras, a modo de conclusión después de un repaso sobre cómo se preparan las fuerzas políticas, de cara a 2011.
Durante la charla con NU, este doctor en Ciencia Política por la Universidad de Notre Dame hizo foco en los probables futuros políticos de Mauricio Macri y del kirchnerismo; el verdadero ADN de la renovación política; el surgimiento de Ricardo Alfonsín en el espacio del panradicalismo y el verdadero significado de Pino Solanas en el tablero porteño. Hablamos, también, sobre cómo impactará este cóctel en el enigmático agujero negro de la política argentina: el electorado porteño, siempre sutil e incierto.
Actualmente, Leiras es director de las carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés. Se especializa en las teorías y el análisis comparado de la génesis y los efectos de las instituciones democráticas de gobierno. En 2007 publicó Todos los caballos del rey (Ed. Prometeo), una investigación, en clave académica, sobre la integración de los partidos políticos y los gobiernos democráticos de la Argentina entre 1995 y 2003.
?Néstor Kirchner está apostando a figuras nuevas para 2011, como Urtubey o Massa, para transmitir un mensaje de renovación. Lo mismo sucede en el panradicalismo, con la aparición de un liderazgo nuevo, como el de Ricardo Alfonsín, y en PRO, con la idea de seguir promoviendo a Gabriela Michetti o al propio Macri, ?vendiéndolos? como productos novedosos ¿Por qué tanto hincapié en ?lo nuevo? como valor en las góndolas de 2011? Y, en todo caso, ¿qué es ?lo nuevo? en política?
?La renovación no es algo que se declame, ni mucho menos un eslogan. Se encarna o no. Y para que un dirigente lidere una renovación política tiene que captar muy bien su época, saber interpretarla y proponer un proyecto superador con esas demandas que flotan en el aire pero que todavía no encuentran su canalización. Un ejemplo de eso fue el surgimiento de Raúl Alfonsín en el 83. Alfonsín interpretó el cambio que la gente quería en la salida de la dictadura. Carlos Menem, en los noventa, y Néstor Kirchner, en 2000, cada cual a su modo y en su estilo ?si bien se trató de renovaciones diferentes en el terreno ideológico? también llevaron adelante una novedad en política. Pero yo no veo hoy que Urtubey, Massa o Michetti traigan una interpretación nueva de la política o encarnen un momento muy diferente. La edad biológica o generacional no tiene nada que ver con la renovación. Ahora, si queremos tener a los renovadores, antes que la renovación, estamos invirtiendo la ecuación.
?¿Por qué, entonces, Kirchner apuesta a la foto con dirigentes jóvenes?
?La dirigencia joven apunta, y es natural que eso suceda, a ocupar el lugar de los ?viejos?. Entonces, generalmente, lo que vemos cuando la ?vieja? dirigencia busca sumar a los jóvenes, reclutar sangre nueva, lo que en realidad pretende es frenar su crecimiento; neutralizarlos, antes que promoverlos.
?Ya nos dijo que su línea divisoria no es entre nueva y vieja política sino entre legal y no legal. Hay un liderazgo legitimado que surgió últimamente, es el de Ricardo Alfonsín. ¿Cómo lo evalúa?
?Es el producto directo del fenómeno desatado tras la muerte de su padre. Creo que pudo captar bien ese fenómeno; me resulta un dirigente más responsable, menos oportunista.
?¿Que Cobos, dice usted?
?No me gustaría personalizar. Digamos que es un dirigente más prudente, que ha tenido una paradójica buena fortuna, y la ha sabido aprovechar, en el buen sentido de la palabra.
?Además, es un liderazgo de centroizquierda más difícil de enfrentar para los Kirchner, sobre todo después de la imagen de Cristina tan cariñosa con ?Ricardito?, durante la enfermedad del ex presidente. ¿Podría quitarle más votos al kirchnerismo este panradicalismo alfonsinista?
?Sí, es probable, sobre todo si suma en su oferta electoral de 2011 a dirigentes socialistas, al estilo de (Hermes) Binner. Aunque hay que tener en cuenta que el votante del kirchnerismo es mayoritariamente peronista. Por otra parte, si el nivel de confrontación electoral es menos personal, tanto más interesante. Quizá sea una buena oportunidad para debatir ideas.
?¿El kirchnerismo puede recomponer su lazo desgastado con el electorado porteño?
?Si desarrolla una política antiinflacionaria eficaz, por supuesto que puede. Y no sólo recomponer el lazo con los porteños sino con las clases medias de Santa Fe, Córdoba o Mendoza. Depende de varios factores, pero sobre todo del control de la inflación.
?Hablando de significados, ¿cuál es el de Pino Solanas en el tablero porteño?
?Me parece que Pino Solanas ha interpretado mal el resultado de las últimas elecciones. Lo leyó como un aval a su persona o a la consistencia de sus ideas, que sin duda ha tenido, y eso le generó algunos problemas: uno de ellos es querer más rápido de lo que, en verdad, puede. Porque creo que su buena performance no tiene tanto que ver con su persona. El resultado electoral que colocó a Proyecto Sur como la segunda fuerza política en importancia en la Ciudad tiene más que ver con la falta de alternativas atractivas por centroizquierda. Hay que recordar que cuando Chacho Álvarez competía en Capital, a Pino no le iba tan bien. Otro problema de su mala lectura es que su posición empezó, también, a volverse menos clara.
?¿Por su antikirchnerismo más acentuado?
?Sí. Es bastante difícil ?y hay que hacer piruetas complicadas, que pueden quitarle consistencia y, por ende, credibilidad? ocupar la misma franja ideológica que el oficialismo gobernante y ser, a la vez, su oposición. En este punto, me parece más consistente, aunque probablemente sea más incómoda, la posición de (Martín) Sabbatella, que se muestra como un aliado crítico.
?Vamos a Mauricio Macri. ¿Se aliará Macri al peronismo disidente de cara a 2011?
?No lo creo. Me da la sensación de que el escenario político de 2011 se va a dirimir en cuartos, no en tercios. Macri no es peronista, así que dudo que integre esa foto junto con el PJ no kirchnerista. Por división en cuartos entiendo la competencia entre una propuesta de centro, como PRO; el kirchnerismo; el peronismo no kirchnerista, y el panradicalismo. Por otro lado, el jefe porteño está procesado en una causa de escuchas, lo cual resulta muy grave en un país con nuestra historia reciente. Una historia que remite a un Estado que ha hecho espionaje político y, producto de esa actividad ilegal, mató gente.
?Lamento decirle que hay muchas denuncias que apuntan a la SIDE kirchnerista por ejercer estas prácticas nefastas.
?Bueno, y si así fuera, sus responsables también deberían estar procesados.