En pie de guerra

En pie de guerra

Por Marcelo Maccio Villegas

En diálogo con NU, el referente de la Federación Universitaria Argentina mencionó los distintos frentes de lucha de la organización estudiantil y reflexionó sobre las tomas de los colegios.


El apodo “Búho” le llegó durante la secundaria, años antes de que llegue a la universidad y varios más aún de que sea presidente de la Federación Universitaria Argentina. Emilio Cornaglia, sin embargo, se presenta a sí mismo como “el Búho”. Mientras termina de almorzar a una cuadra del Congreso Nacional, recibe a Noticias Urbanas.

La Federación Universitaria Argentina acompañó el último 20 de noviembre el paro nacional, y con anterioridad había participado del paro del 10 de octubre. “La FUA aporta la visión de la faceta educativa y la crisis del sistema educativo.

Además, entendemos que muchos jóvenes universitarios también sufren las consecuencias de lo que se reclamó, como el empleo en negro o el impuesto a las ganancias para quienes están en blanco”, relata Cornaglia.

–Otro de los reclamos que llevan adelante es por el recorte de becas.

–Chusmeando los números del Presupuesto que estaba en tratamiento, vimos el recorte, nos asesoramos y vimos que era un recorte efectivo que podía implicar la desaparición de 23 mil becas que este año se están otorgando y que en 2013 no están previstas. Lo denunciamos, nos respondieron, y ahora realizamos otra denuncia en conjunto con diputados de distintos bloques al Ministerio de Educación con un pedido de informes, y la respuesta que dieron fue con un parte de prensa sin documentación por escrito, por lo que vamos a seguir insistiendo para que se den explicaciones por el recorte y por el mal funcionamiento en general de las becas. El monto de las becas desde el 99 se mantenía en 300 pesos mensuales. Ahora fue aumentado en la suma de 60 pesos por mes, y creemos que 360 pesos mensuales no contienen a nadie dentro de la Universidad.

–¿El recorte de becas lo entienden como una decisión puramente política?

–En el marco de un recorte presupuestario encubierto en general, nos sorprendió, pero está en sintonía con lo que llamaron la “sintonía fina”, de achicar el Estado en tiempos de crisis. El aumento de presupuesto con respecto a 2012 es de un 3 por ciento, con lo cual frente a la inflación del Indec, es un ajuste encubierto. Si está así en el presupuesto, es una decisión política.

–También apuntan a derogar la Ley de Educación Superior.

–La discusión ahora está en un punto muerto en términos legislativos, porque los proyectos perdieron estado parlamentario. Pero estamos proponiendo rediscutir el sistema de educación superior, de abajo para arriba, que los estudiantes tengan discusión en la Universidad y hacerlo de la mano con los gremios docentes. Queremos incorporar la discusión de la educación en general, porque por más que modifiquemos la Ley de Educación Superior de la mejor manera no vamos a revertir una caída libre del sistema, que desde hace 10 años viene continuando el modelo neoliberal pero con otro maquillaje. La calidad educativa cayó, así lo demuestran los estudios PISA. Además hay un índice de deserción muy alto: 7 de cada 10 estudiantes que empiezan la escuela primaria no llegan a terminar la secundaria.

–Abren demasiados frentes de batalla al mismo tiempo.

–Creemos que es un momento interesante para poner toda la carne al asador, porque detrás del relato y de la construcción simbólica del kirchnerismo, una de las mentiras es acerca del estado de la educación, donde la realidad no se condice con lo que ellos plantean. Queremos generar mecanismos que contengan a los estudiantes dentro del sistema universitario. Uno de ellos es el boleto educativo universal y gratuito, otro es la creación de comedores universitarios, también tenemos proyectos de movilidad sustentable, para entregar bicis a los estudiantes como medio de movilidad, crear residencias universitarias. Es un paquete de medidas para traer más gente a la universidad.

En las elecciones de los últimos meses, La Cámpora no logró hacer pie en las universidades y cosechó solo fracasos. “En Derecho, donde más apuestan, donde más guita bajan, donde más construcción simbólica tienen, de donde, por ejemplo, salió Mariano Recalde, bajaron del 25 por ciento en 2011 al 16 por ciento en 2012, en una Facultad con 35 mil estudiantes. En La Plata perdieron centros estudiantes, en Tandil también; en Junín, por ejemplo, sacaron 7 por ciento frente al 84 por ciento de Franja Morada. Les viene yendo muy mal”, relata el integrante de Franja Morada.

–¿Por qué considera que no logran hacer pie?

–A los universitarios les interesa que alguien los represente en los problemas que tienen dentro del aula, en problemas de la formación profesional, en los contenidos que se estudian, alguien que defienda los derechos frente a quienes quieran avasallarlos, y el problema que tiene La Cámpora es que es una extensión de la Casa Rosada en las aulas, cumplen instrucciones. El éxito de Franja Morada es estar al lado del estudiante en cada una de las aulas. Eso nos hace conducir la FUA desde el 83.

–Y como respuesta, La Cámpora quiso formar una FUA paralela.

–No conocen el paño universitario. A la CGT y a la CTA pudieron partirlas porque había personas nefastas, lacayos del Gobierno que vendieron a sus representados. En la FUA participan una cantidad de fuerzas muy grande que frente a lo ínfimo de representatividad que tiene La Cámpora no nos hicieron cosquillas.

–¿Qué opinión le despertaron las tomas de colegios secundarios en la Ciudad?

–Respeto la decisión de quienes en asamblea toman una definición de esas características. Es una salida viable, pero no estoy de acuerdo en que sea la primera salida. Si quieren cambiar el paradigma de educación hacen falta otros tipos de compromisos. Las tomas fueron como una primaverita, pero para hacer un cambio requerimos empezar por otro lado.

–Apoyó el voto a los 16 años, ¿por qué razones?

–Soy radical, y el radicalismo como partido surge de la ampliación de derechos, por lo que es natural para nosotros estar de acuerdo con una ampliación de derechos civiles. Además, creo que es una instancia para incorporar a la toma de decisiones acerca del rumbo del país al sector que más castigado está por las políticas de este Gobierno. A pesar del chamuyo de La Cámpora y la juventud maravillosa, los jóvenes fueron sistemáticamente cagados; y esos pibes ahora tienen, con el voto a los 16, la herramienta en la mano para decir que a la forma del kirchnerismo no la quieren más, que quieren otra cosa.

–Y en la UCR, ¿es momento de que los jóvenes reclamen más espacio?

–Es una oportunidad más que interesante para la Juventud Radical y Franja Morada porque la realidad nos está dando la razón con muchas de las cosas que veníamos denunciando y sosteniendo en los últimos 30 años. La Juventud Radical y la Franja Morada hemos sido coherentes con los planteos y es hora de pasar a la acción, concretar cosas que venimos pensando, soñando y trabajando, y es necesario concretarlas en proyectos palpables. Hace falta que el partido se oxigene, lo que no significa echar a nadie, sino que todos entendamos que la propuesta debe ser una síntesis de lo que somos, y en eso la JR y la Franja son una parte más que fundamental.

 

 

 

 


 

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