Qué extrañas son estas elecciones porteñas en todo sentido. Porque si bien son legislativas, y por ello de segunda prioridad comparadas con las ejecutivas, es mucho más de lo habitual todo lo que está en juego, también por la densidad política de algunos de los participantes, y por las consecuencias que pueden llegar a tener a futuro en este distrito y en la vecina provincia homónima como factor ordenador de los espacios “casi aliados”.
Leandro Santoro, de “Es ahora Buenos Aires” parece tener controlada la situación, si bien no en forma definitiva, hoy casi ninguna encuesta lo pone en peligro por estos días. El debate no cambió nada y el freezer en el que entró la campaña tras la muerte y cuestiones vaticanas del Papa Francisco lo favorecieron en esta campaña corta, lo que en Fórmula 1 sería una carrera sprint. Salir adelante es muy importante allí.
Para el Pro que viene gobernando hace casi 18 años esta Ciudad, sería muy malo terminar por detrás de la La Libertad Avanza. Pero una cosa es salir pegado a ella, casi un empate y otra cosa es tercero cómodo, son esas situaciones que te complican la existencia, nadie sabe hasta dónde.
Definimos hace un mes estas elecciones como los comicios de las líneas de fuga. Y es en este punto es donde Horacio Rodríguez Larreta aparece como algo más competitivo de lo previsto. Quizás su pertenencia al Pro hasta hace muy poco tiempo le juega inesperadamente a favor, sin importarle nada a la gente el “olor a pis” o cualquier otra cosa que el Pelado diga. Le ha pasado en recorridas que lo confundieron, creyeron que seguía siendo jefe de Gobierno. Es una realidad, que sus 18 años de amarillo intenso parecen jugarle a favor este 18 de mayo.
Silvia Lospennato hizo un debate correcto, pero sabe que 7 de cada diez votos de Larreta eran de ella. No se repartieron esos votos, los perdió casi todos el Pro. Sin embargo, antes del affaire Francisco Lospenatto venía en alza y puede ser que PRO crezca en el último tramo a partir de dos premisas locales y tradicionales: la Ciudad, por su peso específico, siempre le puso los límites al gobierno nacional y por otra parte si en plano económico a Milei se le complica en el corto o mediano plazo, matar a los Macri en su propio distrito –votando a LLA- sería una pésima decisión para los que odian a los K. No habrá Plan B en la Argentina para ellos.
Por el otro lado, avanza el jarrón chino de Manuel Adorni, que todavía no pudo accionar el cambio de chip, se ve absolutamente ajeno a la problemática de la Ciudad y solo habrá una consigna en su campaña: “Adorni es Milei” y en un secreto a voces con Karina (y Javier?), “vamos por los Macri”. La marca mide más que el hombre, que capaz mejore sus números hacia el fin de la contienda o esos votos del orden del 7/8 por ciento seguirán en manos de Ramiro Marra, un duro contendiente con todos los códigos del esquema LLA de Javier Milei, aunque descartado erróneamente por la señora Karina.
Ramiro Marra habla de pibes “fisuras” y de ultra inseguridad, o sea algo así como meter presos a los que no lo votan. Solo de eso. No puede hablar de nada más para no entrar en flagrante contradicción con “el Jefe”, ya sea él o ella. Una estupidez de Balcarce 50 con alto costo más allá del resultado.
Si sumamos a otros candidatos liberales, o ex aliados del Pro en Juntos para el Cambio, aquí sobresalen Marcelo Peretta con propuestas concretas en el tema salud en contra de los laboratorios, Paula Olivetto en el rol de Paula Olivetto y Evolución (UCR) de Lucille “Lula” Levy con un discurso moderno, intenso, progre y de recambio generacional. Todos en el grupo de atrás. Quizás acceda a este grupo Alejandro Kim, de la lista de Guillermo Moreno, que de tanto decir que son el único peronismo, eso puede tener alguna recompensa. Para Santoro, parece ser más problema el coreano que Juan Abal Medina, empujado a medias por el Movimiento Evita.
La izquierda con Vanina Biasi debería tener una buena performance habida cuenta que la derecha (centro, medio y ultra) está congestionada de candidatos. Se supone que el FIT será la opción más visible de este sector político, aunque no el único.
El voto útil tiene un par de claves en estas líneas. Será la única posibilidad de los números se alteren un poco entre los que deciden su voto a último momento. Se prevé una baja concurrencia a las urnas, en base al poco encanto (e información) demostrado por la gente con la política, toda los anti casta incluidos.
Conclusiones
Todo el poder a Milei es votar a Adorni y el riesgo de traer el sistema autoritario a CABA, la sensatez (status quo) ahora es ver a Lospenatto arriba de Adorni, mientras que un triunfo corto de Santoro es lo mismo de siempre para el peronismo en un escenario distinto, pero un triunfo de 5 o más puntos del actual diputado nacional, pone un jugador nuevo rumbo al 2027. Hagan juego, señores.