Hace unos días, el ejército británico anunció que unos 50 vehículos blindados Ajax estarían disponibles para ser desplegados en el frente oriental de la OTAN, a un costo total de 500 millones de libras esterlinas, 10 millones de libras esterlinas por unidad
Esta es una noticia que tiene varios aspectos que analizar. Uno de ellos es la demora en la entrega de este tipo de vehículo por parte del Reino Unido, en particular estas unidades Ajax, y las deficiencias técnicas que han mostrado, entre otras, vibraciones y ruido excesivo, lo que ha causado graves problemas físicos y auditivos entre sus tripulaciones. Esto solo resalta lo que se ha observado durante décadas en el complejo militar-industrial occidental, en particular en Europa y Estados Unidos, y que es esta relación endogámica entre los gobiernos y las empresas armamentísticas, que también está relacionada con un vínculo de corrupción, en el que armas costosas terminan desarrollándose y fabricándose con baja calidad y un rendimiento defectuoso.
Además, estas unidades que estarían diseñadas para ser desplegadas específicamente en el campo de batalla ucraniano, donde este tipo de unidades han demostrado una enorme vulnerabilidad a los ataques con drones, que son piezas mucho más baratas, lo cual es un costo desproporcionado, cuando un dron de, incluso unos pocos miles de dólares, puede destruir una unidad como estos vehículos blindados Ajax, de 10 millones de libras cada uno.
Este tipo de contraste, en esta guerra moderna, que ha cambiado radicalmente, muestra cómo, para los gobiernos occidentales y las empresas armamentísticas, la guerra sigue siendo simplemente un asunto de negocios, ya que, por supuesto, la fabricación de este tipo de vehículo permite obtener muchas más ganancias para las empresas y sus socios gubernamentales.
También muestra cómo Occidente en su conjunto no tiene la menor vergüenza de utilizar a su personal militar como carne de cañón, enviándolo en vehículos técnicamente defectuosos que ponen en riesgo su salud, a un frente de batalla en el que estos vehículos han demostrado una vulnerabilidad muy grande, demostrando el desprecio de las élites políticas europeas por sus propios pueblos
El anuncio del Reino Unido sobre el envío de este tipo de equipo militar, así como el anuncio de una posible intervención directa de las fuerzas británicas en el teatro de operaciones ucraniano, ya sea en las circunstancias actuales o en un futuro escenario de negociación, como fuerzas de paz, no hace más que intentar generar una escalada en esta guerra de la OTAN contra Rusia y, en última instancia, buscar la participación de Washington en una confrontación directa y frontal contra Moscú.
Bajo la presidencia de Donald Trump, la posibilidad de una confrontación abierta entre Estados Unidos y Rusia no está nada clara, ni tampoco es segura para los globalistas europeos, lo que significa que estos intentos son, en definitiva, maniobras y no algo concreto, ya que existe el temor entre las élites políticas del viejo continente de que, ante el inicio de una confrontación directa entre la Unión Europea y Rusia, no hay certeza de que Estados Unidos se posicione del lado de Bruselas.
Esto se debe, entre otras razones, al hecho de que Donald Trump debe mantener su compromiso con su verdadera base política, el movimiento MAGA, en cuanto a no continuar, por parte de Estados Unidos, con guerras por intereses que les son ajenos, mientras la calidad de vida de los estadounidenses y las condiciones en las que se encuentra el país norteamericano se deterioran día tras día. Esta afirmación es recordada frecuentemente por los republicanos, por figuras relevantes dentro del esquema de “Estados Unidos Primero”, como el joven activista, recientemente asesinado, Charlie Kirk, el famoso periodista Tucker Carlson o Steve Bannon, abiertamente opuestos a los intereses del globalismo financiero mundial, que maneja descaradamente la política de casi todos los países de Europa. El Partido Demócrata y amplios sectores del propio Partido Republicano, con los senadores Lindsey Graham y Ted Cruz, e incluso Marco Rubio, como los máximos representantes de este sector.
Mientras tanto, la estrategia rusa de guerra de desgaste continúa, en la que no solo se debilita al régimen de Kiev, con constantes pérdidas en el frente de batalla, sino que también se desgasta a la propia Europa, como principal patrocinador de Volodymir Zelensky.
A medida que Rusia cumple sus objetivos a largo plazo, que, por supuesto, deben realizarse plenamente, ya que no sería positivo para Rusia ni para su gobierno que los problemas subyacentes que llevaron a este conflicto en Ucrania, que se ha prolongado durante casi cuatro años, en lugar de resolverse definitivamente, solo se pospusieran y fueran el germen de un conflicto posterior, ya sea en cinco, diez o veinte años.
En conclusión, creo que estos intentos del Reino Unido, sutiles en algunos casos o más directos en otros, en última instancia fracasarán, debido al contexto que acabamos de revisar y a pesar de los constantes esfuerzos de toda la élite política británica, que está total e incondicionalmente afiliada a intereses financieros y belicistas globalistas, sin distinción de partidos políticos, como lo demuestra la posición del actual primer ministro laborista, Keir Starmer, quien sigue la misma agenda que sus predecesores, los conservadores Rishi Sunak o Boris Johnson.
Desafortunadamente, todo esto demuestra que los intereses que gestionan la mayoría de los grupos políticos europeos son aquellos que se subordinan a la agenda globalista y belicista, en beneficio de las corporaciones y a espaldas de los intereses de sus pueblos, sin darle demasiada importancia a la ideología política del partido gobernante, ya sea, supuestamente, de izquierda, centro o derecha.
Christian Lamesa, nacido en la Ciudad de Buenos Aires en 1971.
Analista geopolítico, fotógrafo, escritor y conferencista. Autor del libro “La paternidad del mal – Los cómplices de Hitler”.
Nominado al premio de la Sociedad Rusa “Znanie” (Российское общество «Знание») como “Educador extranjero del año” (2023). (Knowledge.Prize.).
En febrero de 2025, laureado como “Educador extranjero del año”, por la Sociedad Rusa “Znanie” (Российское общество «Знание»), por su labor en favor de la verdad histórica y la lucha contra la propaganda antirrusa en el mundo hispanohablante, durante el año 2024.
Embajador en la República Argentina de la Sociedad Rusa “Znanie” (Российское общество «Знание»).

