La cúpula de Pro evitó pronunciarse de forma pública ante el escándalo de los audios que involucran a funcionarios vinculados al entorno presidencial, una reacción que refleja la incomodidad y la cautela de los principales referentes del partido frente a una crisis que pone en tensión la alianza con La Libertad Avanza (LLA).
Con Mauricio Macri fuera del país —viajó para participar de un torneo internacional de bridge—, los dirigentes de Pro que habían convergido con Milei en la estrategia electoral optaron por la distancia: evitar declaraciones públicas y minimizar la exposición mediática para no agravar la crisis política ni afectar la campaña.
No todos mantuvieron el mutismo: figuras como Jimena De la Torre y Mariano Federici reclamaron que la Justicia proceda con celeridad y que se esclarezcan las responsabilidades; por su parte, desde el interior de Pro se escuchan reproches por el manejo comunicacional y especulaciones sobre el origen de las filtraciones.
Argentina no tolera más causas de corrupción. No podemos volver a la corrupción endogámica que tuvimos con el kirchnerismo. pic.twitter.com/Hs8Dxs07nf
— Jimena de la Torre (@JimedelaTorreBA) August 26, 2025
La ofensiva del kirchnerismo en el Congreso —con pedidos de informes y presión mediática— no encontró respaldo masivo en los bloques oficialistas: legisladores de Pro se ausentaron de reuniones claves en comisiones como Salud y Discapacidad, en sintonía con la instrucción de calma que bajó la dirigencia para no “tirar piedras” en un momento delicado para la alianza.
Los analistas políticos observan que, además del impacto jurídico, el caso tiene una lectura electoral inmediata: se produce a dos semanas de las elecciones bonaerenses y puede recalentar el tablero de alianzas y la percepción pública sobre la gestión. En ese marco, la decisión de PRO de mantenerse en silencio revela tanto el temor a contagios reputacionales como la apuesta estratégica por no fracturar una coalición que aún consideran clave para los comicios.