Como suele ocurrir en política, el problema no radicó en el contenido. Fue la firma. El comunicado emitido por la diputada nacional Laura Rodríguez Machado, en representación del Pro Córdoba, planteaba una estrategia clara: respaldar “orgánicamente” a La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de octubre. “El cambio recién comienza”, señalaba el texto, y añadía que la dirección establecida por Javier Milei “no puede detenerse”.
Hasta ese momento, nada parecía fuera de lo común. Sin embargo, lo que provocó el revuelo no fue el contenido del mensaje, sino la forma en que fue presentado: varios de los supuestos firmantes afirmaron no haber dado su consentimiento ni conocer el documento. “Yo no firmé ningún comunicado”, afirmó de manera contundente Brian Heredia, presidente comunal de La Paisanita. Alberto Nieto, de Villa La Bolsa, expresó lo mismo. Ambos están listados como firmantes, pero ninguno fue consultado.
“Lo cierto es que, aunque uno esté de acuerdo en llegar a un acuerdo, no puede ser a cualquier precio. En ese sentido, estoy de acuerdo con quienes firmaron. Pero uno representa un espacio. Aquellos que firmaron parecen haber olvidado que se trata de un partido y no de intereses individuales”, comentaron desde el área interior, cerca de la capital.
Entre cartas, postulaciones y carteles
Desde el interior de la provincia indican que el comunicado no es casual. Se considera que es una estrategia directa de Rodríguez Machado, quien tiene una estrecha relación con Patricia Bullrich, para garantizarse un puesto en la lista de La Libertad Avanza (LLA) en Córdoba. Es una forma de alinearse con el nuevo oficialismo sin esperar la aprobación del resto del Pro ni del propio territorio.
Mientras algunos desmienten haber firmado, otros admiten que la convivencia con el mileísmo ya era un hecho no declarado. Entre ellos se encuentran Belén Alemano (asambleísta nacional del Pro en Alta Gracia) y el concejal Ricardo González, quienes reconocen que están trabajando en una “alianza sin perder la identidad”. Sin embargo, como suele suceder en los matrimonios por conveniencia, no todos están invitados a la unión.
La incomodidad aumenta entre las bases del Pro cordobés, especialmente porque el Gobierno Provincial, bajo la dirección de Martín Llaryora, continúa estableciendo acuerdos institucionales con intendentes radicales, amarillos y vecinalistas, como una estrategia para mantener la gobernabilidad y la obra pública ante el repliegue nacional. Lo último que desean muchos jefes comunales es aparecer alineados con Milei, justo en el momento en que gestionan fondos y proyectos con la Provincia.
En este contexto, fue notable la ausencia de dos intendentes importantes del espacio: Pablo Cornet (Villa Allende) y Natalia Contini (Anisacate), quienes están claramente a favor de un acuerdo con La Libertad Avanza (LLA). La falta de su inclusión en el comunicado fue interpretada, por algunos, como una señal de precaución; mientras que otros lo vieron como un ajuste de cuentas.
Queremos que el camino de la libertad no se detenga. 💪 pic.twitter.com/oRoMUsGvjy
— Laura Rodríguez Machado (@laurmachado) July 22, 2025
“Con el peronismo, nunca”… ¿o acaso sí?
En un ambiente que ya contaba con cierta tensión, el legislador Ignacio Sala contribuyó con una expresión contundente: “Con el peronismo, nunca”. Esta declaración sorprendió a muchos, ya que varios dirigentes del Pro —incluso algunos de los supuestos firmantes del comunicado— continúan colaborando con gestiones peronistas en sus respectivos municipios, ocupándose de la obtención de fondos, proyectos y obras. La polarización parece tener contornos más difusos en la realidad.
Mientras tanto, Schiaretti prepara su regreso. El exgobernador ya establece una red discreta de conexiones provinciales que tiene como objetivo potenciar una posible reaparición a nivel nacional. En este contexto, la moderación y el diálogo adquieren mayor relevancia que las afiliaciones partidarias.
De este modo, mientras algunos desmienten haber firmado, otros niegan haber mostrado vacilaciones. El PRO Córdoba, al igual que el país en su conjunto, se divide entre aquellos que consideran que la libertad constituye un plan de gobierno y quienes sospechan que se trata meramente de un eslogan de campaña.