El Peronismo recargó las baterías para la compulsa por Buenos Aires

El Peronismo recargó las baterías para la compulsa por Buenos Aires

Por: Horacio Ríos

Por: Horacio Ríos


E l sábado último, 19 de junio, se realizó el plenario del Congreso del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, en el que fue formalizada la autorización al partido para formar los frentes y las alianzas necesarias para enfrentar las elecciones de medio término convocadas para el 14 de noviembre de este año. Es decir, a continuar formando parte del Frente de Todos.

El cónclave reunió a la conducción partidaria en la sede del PJ nacional ubicada en Matheu 130, adonde se dirigieron dirigentes de todas las tendencias que forman parte del PJ provincial. El Congreso se realizó utilizando la plataforma Webex, la misma que se utiliza para las sesiones de los poderes Judicial y Legislativo.

Participaron el flamante presidente del PJ provincial, Máximo Kirchner, el titular del Congreso, Fernando Espinoza, el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis, el presidente actual del PJ, Gustavo Menéndez, la vicegobernadora bonaerense Verónica Magario, los intendentes de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, de Esteban Echeverría, Fernando Gray, de Carlos Tejedor, María Celia Giannini, de Quilmes, Mayra Mendoza y de Cañuelas, Marina Fasi, además del secretario adjunto del poderoso Sindicato de Choferes de Camiones, Pablo Moyano y el presidente del bloque del FdT de la cámara baja provincial, Facundo Tignanelli.

Además, de manera virtual, estuvieron el jefe del Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y el secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli, entre otros.

Estas asistencias fueron el fruto de un intenso trabajo de los principales operadores de la concordia, Fernando Espinoza y Gustavo Menéndez. El principal trabajo se dio, como era de esperar, sobre el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que se “plantó” en la oposición en el último Congreso del PJ realizado el 27 de febrero pasado, en el que se ungió por aclamación la lista que encabezó Máximo Kirchner –que asumirá en diciembre, cuando venzan los mandatos de los actuales consejeros partidarios- y amenazaba la unidad de todos los sectores. Inclusive, la Junta Electoral partidaria ya oficializó la elección de Kirchner al frente del PJ provincial.

También estuvieron presentes en el Congreso representantes de los intendentes de todas las secciones electorales, de La Cámpora, de la CGT y de la CTA.

El Congreso designó además a la Comisión de Poderes y aprobó el balance del 1° de julio de 2018 al 30 de junio de 2019 y el del 1° de julio al 31 de diciembre de 2019, que incluye las gestiones de Gustavo Menéndez y Fernando Gray al frente del partido.

En estas elecciones se votarán 35 diputados nacionales y se elegirán senadores provinciales en las secciones electorales Primera, Cuarta, Quinta y Séptima. Al mismo tiempo, en la Segunda, la Tercera, la Sexta y la Octava Sección Electoral (Capital) se votarán diputados provinciales. Además, en los 135 municipios se votarán concejales y consejeros escolares.

Por medio del Decreto 347/21, el gobernador Axel Kicillof fijó la fecha de las elecciones provinciales en simultaneidad con las fechas nacionales, por lo las PASO se realizarán el doce de septiembre y las provinciales el 14 de noviembre.

El partido de las tres banderas

El Congreso en sí fue importante, pero lo fundamental fue lo que no figuró en los papeles, aunque éstos lo expresen.

A lo largo de su historia, el peronismo se mantuvo incólume, a pesar de los violentos ataques que recibió de parte de sus enemigos, porque supo mantener sus principios y no renunciar a sus objetivos básicos corporizados en sus tres banderas: Justicia Social, Libertad Política y Soberanía Económica. Claro que en algunos tramos de esta historia algunos de estos tres apotegmas fueron minimizados, en especial entre 1989 y 1999, pero se puede decir que en los 10 años en los que gobernó Juan Domingo Perón, en los apenas tres años que mediaron entre Héctor Cámpora, nuevamente Perón y su viuda, María Estela Martínez y en los doce años del kirchnerismo, más los que corren, con el Frente de Todos en el poder mantuvieron siempre estos principios en alto, a pesar de algunas violentas vicisitudes.

Por esta razón, los grandes operadores de la economía siempre buscaron dirigentes con pátina peronista que respondieran al credo liberal, para que se insertaran en la estructura partidaria y la resquebrajaran desde adentro.

El sábado, el objetivo principal era el de mantener el alineamiento de todas las corrientes internas junto al Gobierno de Alberto Fernández. El precario estado de la economía y de la salud no dejan margen para los desgajamientos masivos, como los que se produjeron en algunas ocasiones en el pasado, en especial entre 1989 y 1999, que dieron origen al Frepaso y a otras aventuras menores. Si hasta hubo patéticas migraciones hacia la Coalición Cívica en aquellos tiempos y el peor resultado final fue la aventura de Carlos “Chacho” Álvarez y otros “progres” junto a Fernando de la Rúa.

En este lapso, la “muñeca” de Máximo Kirchner se va a poner verdaderamente a prueba. Por de pronto, a pesar de que no hay muchos peronistas dispuestos a sacar los pies del plato, es seguro de que hasta el 24 de julio, cuando cierre el plazo para efectuar la presentación de listas ante las Juntas Electorales partidarias, la tensión se mantendrá alta.

Mantener a todos dentro de la lista va a ser la tarea titánica que le tocará desarrollar. Todos vienen manifestando su voluntad de aportar a la unidad, por lo que no se esperan sorpresas, pero los egos, las ambiciones, los resquemores y los viejos odios que anidan en algunos estamentos partidarios –tal como lo advirtió el propio Kirchner- siempre están y con ellos deberá lidiar. En este menester serán fundamentales los “sherpas” que guíen a los dirigentes en un camino sin tropiezos. Kicillof tuvo en esa función a su actual ministra de Gobierno, Teresa García y tan mal no le fue. Buenos Aires es un laberinto lleno de peculiaridades.

El objetivo principal era el de mantener el alineamiento de todas las corrientes internas junto al Gobierno de Alberto Fernández. No hay margen para los desgajamientos masivos, como los que se produjeron en algunas ocasiones en el pasado, que dieron origen al Frepaso y a otras aventuras menores. Si hasta hubo patéticas migraciones hacia la Coalición Cívica y el peor resultado fue la aventura de “Chacho” Álvarez junto a Fernando de la Rúa.

Los discursos más esperados

Máximo Kirchner no asumió aún la presidencia partidaria, pero ya se mueve como jefe del distrito más importante del peronismo nacional. Sabedor de que ejerce ya “la lapicera de oro”, que así como incluye en las listas, puede excluir de ellas, cuando le tocó dirigirse a sus compañeros en el plenario planteó que “los egos en la política, a mi entender son una mochila muy pesada, que te dobla la espalda y te deja de rodillas. Tenemos que consolidar una victoria electoral, pero más que nada tenemos que saber adónde vamos y qué queremos”.

Para graficar sus afirmaciones, el presidente del bloque de diputados nacionales del FdT recordó a Cambiemos por “lo que pasó en 2017 cuando creyeron que porque habían ganado una elección tenían un cheque en blanco e hicieron cualquier cosa. Ganar por ganar no sirve. Ganar y cumplir. Para lograr que la gente viva mejor, para eso nos eligen. Nadie puede solo. De esto vamos a salir entre todos y todas”, cerró.

Más allá de la importancia que se les otorgaba a otros dirigentes, la alocución del disidente Fernando Gray era la más esperada, pero sin dejar de cuestionar el método que se utilizó para designar a Máximo Kirchner, manifestó que “yo apoyo y pongo la cara por todos los gobiernos peronistas”.

Luego, el intendente de Esteban Echeverría expresó que “en Argentina y la Provincia que pretendemos construir no hay lugar para las imposiciones y las prepotencias”, en lo que se interpretó que es la crítica más fuerte que les realizó a sus compañeros.

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