La decisión de esta semana de la ex Presidenta, Cristina Fernández, de volver a competir electoralmente, esta vez como candidata a diputada provincial en tercera sección de la provincia de Buenos Aires, si bien era una información ya conocida, la convicción con la que encaró esa decisión en una entrevista televisiva generó una importante expectativa en círculos políticos y económicos, bastante más fuerte de lo previsto.
Es bien conocido el panorama en la Provincia. El gobernador Axel Kiciloff pretende huir del modelo Alberto Fernández 2019 y emanciparse con claridad del dedo de Cristina en su carrera presidencial. Sucede que no cuenta –ni contará- con la caja de herramientas adecuada para intentar esa confrontación- con que encaró su intención de llegar a buen puerto ante un desafío complicado por varias cuestiones no menores.
Axel tardó muchísimo para definir el adelantamiento de las elecciones, era una declaración de guerra a La Cámpora, a su candidata CFK y a su aliado Sergio Massa en esta aventura 2025. Luego de la experiencia CABA la nacionalización de los comicios y la baja participación está garantizada en todos los turnos. La propuesta del tigrense era justamente inversa, desdoblarla hacia adelante (noviembre) y no hacia atrás como finalmente quedó planteada hasta ahora.
No está claro si la definición de la fecha para el gobernador tenía que ver con la situación interna del PJ y sus dudas, con la espera de los movimientos de la Libertad Avanza/PRO en el distrito o con fortalecer para el caso que fuera necesario una construcción de apoyos propia a su Movimiento Derecho al Futuro. La pregunta del millón ¿es a qué futuro?
Cristina Fernández es de otra liga. Se mueve públicamente en tres ejes. Entiende la gravedad de la situación nacional y provincial y sabe lo difícil que serán las elecciones provinciales y lo que allí está en juego. Se arremanga y luchará por la supervivencia. Segundo, dentro de ese panorama es sabedora que para la mayoría de los intendentes de la tercera sección alineados con el Gobernador va a ser bastante difícil explicarle a la gente no apoyar a Cristina e ir en contra de la principal dirigente peronista. Por último, y no se hizo esperar nada, la Corte Suprema la puso rápidamente a tiro de la confirmación de la condena a seis años e inhabilitación para ocupar cargos públicos en la causa Vialidad para la ex Presidenta. La proscripción está a la vuelta de la esquina.
El encono de la Presidenta no es tanto con Axel (también existe) sino con su mano derecha Carlos Bianco, el talibán agrandado del Clío. En el gobernador Cristina visualiza un administrador de la provincia para los dos años que restan de mandato y así saldar el desacuerdo entre ambos. El mismo caducó ante el anuncio de Cristina esta semana. Game over para viejas contradicciones. Cuando se junten a planificar una paz al menos simbólica, podría aparecer un ofrecimiento de una banca de senador para Kiciloff en el 2027 como premio mayor, aunque quizás debería pasar una dura interna antes de ello.
Octubre es una fecha nacional de la que nadie habla ahora en la Provincia. Se escapó del radar. La elección principal es visualizada por el futuro del espacio político para las locales en setiembre. “No hay octubre sin setiembre” es la frase más escuchada en el Instituto Patria. En esa línea se imaginan a Cristina ganando la tercera sección (Zona Sur y Oeste) y reorganizando rápidamente desde allí las fuerzas para la elección nacional. Teniendo en cuenta que entre la tercera y la primera sección hay casi 10 millones de votantes habilitados, la idea es que Sergio Massa rescate la primera sección (Zona Norte) para poder saltar la valla en octubre ya que poco se espera del resto, sobre todo del interior provincial. Además, juntas ambas secciones concentran algo más del 70% de los votos de la Provincia. Quizás la excepción que sume algo sea la octava, la capital, La Plata, que con el 4%, iguala a otras tres secciones enteras (segunda, sexta y séptima, todas rurales). Solo la quinta sección sería un problema algo más grave con el 9% del padrón, y con Mar del Plata y Tandil, como estandartes opositores.
De todos modos, a pesar que si uno consulta está todo ya avanzado en el diagrama, el peronismo siempre propone situaciones incómodas de solucionar a partir de sus crisis interminables. Una incógnita será el accionar de Juan Grabois, quién seguirá apoyando a Cristina pase lo que pase. No a su séquito. El dirigente del Frente Patria Grande quería elecciones internas cerradas para setiembre sin Axel ni CFK (eso no sucedió), unidad con todos y acordada (no sucedió) y varias cuestiones idílicas más que lamentablemente Unión por la Patria no está en condiciones de brindarle en este momento. Todo se definió desde la líder para abajo y habrá que ver cómo se van acomodando las piezas a ese plan. Nunca es fácil, y el “pibe rebelde” sintoniza con Cristina, pero existen otras cuestiones pendientes. Veremos.
Otro frente de conflicto son los cargos locales de las intendencias, los Concejos Deliberantes, que desde el Patria dicen que el paquete electoral debe venir completo y son varios los intendentes que se resisten a entregar su pago chico, todo esto obvio para setiembre.
Un nuevo tema complejo es la tendencia nacional a la baja participación (en CABA justamente más en los barrios más populares) y las distintas miradas de los aparatos respecto de la “resolución” del conflicto. Ya hay mensajes preventivos para quiénes no estén muy entusiasmados a concurrir. El mensaje que se baja es el que no va que no se queje después.
El último problema es la participación de Máximo Kirchner y La Cámpora en el armado electoral y las listas. Son los más resistidos en general, pero tienen a su “Jefa” ganadora. Cristina les pagará, pero les pedirá un perfil subterráneo, nada de pecheras ni provocaciones.
Conclusiones
Si Cristina Fernández es la única ganadora de las ocho secciones, probablemente se desate una crisis importante en la fuerza y en el gobierno provincial, ella insista en qué es la única sobreviviente, algo cierto, aunque en realidad se trate de un naufragio colectivo.
Si CFK gana y la Provincia se gana también, en términos legislativos, seccionales y de votos, octubre puede ser un lugar común más confortable para todas las tribus a pesar de las diferencias. Hay 2027.
Si no gana CFK en la tercera (algo técnicamente casi imposible), la debacle para el peronismo/kirchnerismo será absoluta. Hasta allí no llega la imaginación del cronista. Será una verdadera metamorfosis.