El peronismo bonaerense mata o muere en su laberinto

El peronismo bonaerense mata o muere en su laberinto

Opinión


Sería muy trillado hablar de la madre de todas las batallas, pero la historia parece que volverá a repetirse en setiembre y octubre en la Provincia de Buenos Aires.

El porqué es crucial es muy fácil. La espiral descendente de la situación social que hace estragos en vastos sectores del conurbano y que en situaciones ideales de competitividad no le daría a LLA la más mínima chance de ganar, se cruza con un momentum político del peronismo muy complicado que, aunque haya bajado dos cambios el fin de semana pasado en La Plata, camina al borde de la cornisa de forma permanente. Y eso no solo no es garantía de triunfo, sino que puede ser la causa central de una resonante derrota.

En los barrios populares la gente vive toda muy mal. La responsabilidad se la endilgan al intendente y eso genera que el electorado esté muy dividido entre los que deciden seguir apostando por Javier Milei a ver si salen de esa situación desesperante y los que por costumbre -o por mayor conciencia- se inclinarán por la propuesta a la que logre arribar el peronismo.

El enfrentamiento de la dirigencia del oficialismo provincial tiene sus fundamentos en las aspiraciones de los principales dirigentes hacia el futuro electoral (Presidencia y Gobernación) y por ello no conectan con las necesidades imperiosas de la ciudadanía en cada uno de sus distritos. La pueden explicar de mil maneras, pero la verdad es esa. Mucha gente en esas barriadas del conurbano está muy enojada con los años de frustración que se siguen acumulando y parecen no tener fin, mientras intendentes y legisladores luchan denodadamente por permanecer en sus cargos eternamente. No parecen asumir los resultados de sus respectivas gestiones, más allá que no todas son iguales, siempre hay excepciones.

La conciencia del enorme descenso del consumo, del trabajo y sobre todo la carestía imposible de sobrellevar la vida cotidiana en este país inundado por la pobreza, se instala más en los sectores medios y medios bajos, que están al borde del colapso económico y de perder la categoría social con la que nacieron o que habían logrado en su existencia. Los barrios populares, se debaten entre seguir la relativa baja de la inflación y las políticas de Sandra Petovello con los planes, tarjetas y AUH o buscar una salida como sea. Es aquí donde el peronismo no enamora y allí radica su crisis, no se lo ve como alternativa, casi como que es parte del problema. Veremos qué es más fuerte en esta puja, si la necesidad de un nuevo cambio de rumbo y salir del tobogán o la continuidad de este proceso que encabeza Milei para castigar a los “mismos de siempre”, la casta y todo ese discurso loco que –todos lo vimos- la penetración que logró y mantiene.

Los ricos de la Provincia están todos con Milei. Y son bastantes, casi un 15%. Los sectores medios –mayoritarios- son los que definirán la historia, si votan en bloque pueden darle un golpe al modelo, si se desagregan serán funcionales al modelo, mientras los barrios populares del conurbano y del interior, están divididos en sus preferencias casi por mitades. En el sector sub 30 Milei sigue fuerte en todos los niveles.

Otro tema central será la participación de la gente para lo cual el mensaje debe ser bien claro y didáctico para ser comprensible por todos. No le alcanza al peronismo criticar todo lo que hace Milei, le hace falta a cada decisión antipopular oponerle una solución y definir un plan de acción concreto y cumplible para que la gente tenga nuevamente una razón para apoyarlos. Si no se quedará en su casa, como está pasando en todo el país y solo votarán los núcleos duros de ambas coaliciones. Hay más antiperonismo votando en todos lados menos en Formosa. Pero tampoco LLA saca más del 30% en ningún lado, incluso en el único lugar que ganó, aquí en CABA. Es una debilidad de ambos, pero a su vez no se vislumbra una gran elección de fuerzas de centro (la avenida del medio), pero tanto la UCR, la Coalición Cívica, como Juan Schiaretti y Facundo Manes, y también los arrebatos de Emilio Monzó, por más que no lleguen al 10% pueden arruinarle la elección a la incipiente Alianza entre LLA y Pro.

El peronismo provincial hoy lo definen Máximo Kirchner, Axel Kiciloff y Sergio Massa, más allá de otras realidades contenidas, aunque menores, como Juan Grabois o Guillermo Moreno, ambos con estructuras propias. Será responsabilidad de los tres en su conjunto, y aquí el mayor riesgo está en las decisiones que defienda el líder de La Cámpora, quien se acostumbró en épocas más benignas para el kirchnerismo, a usar solo su birome para las listas de todos. Si continúa con esa insana costumbre, la elección estará perdida, ya sea por ese error histórico o por una ruptura con los otros sectores que no lo aceptarán.

Otro tema. La libertad de Cristina no puede ser el eje de la campaña, aunque si un tema a resaltar entre las demás propuestas. Si ese es el eje, gana Milei.

Axel propone potenciar a quien tenga mejor imagen, pero con una comprensión inteligente del distrito para definir los candidatos de las distintas secciones. A propósito, Verónica Magario sería quien reemplace a Cristina en la tercera sección electoral, según fuentes confiables. Hasta ahora allí radica el único acuerdo entre las tribus.

Sergio Massa, habitualmente más cerca de Máximo, en esta pulseada trata de que nada se rompa antes de tiempo. De guiar con paciencia la contradicción entre las aspiraciones personales de ambos y los objetivos centrales del conjunto. Sensato, sin lo último no habrá aspiraciones para nadie. Él también tiene las suyas, pero no está claro si ya le llegó el momento. Difícil.

Es la elección que definirá el futuro de Milei y por ende el de todos los argentinos. El peronismo sabe tanto de batallas épicas como de derrotas dolorosas, 1983 o 2023. Mazazos fuertes. La situación económica parece ir acompañando la crítica al status quo, pero los errores no forzados del gigante invertebrado pueden nublar el camino. Una mayor participación contribuirá a que se despeje más el cielo, son más los que la están pasando mal. Habrá que hablarle claro a todos mirándolos de frente, hacer la autocrítica necesaria y ofrecerles una propuesta superadora, nuevas caras para llevarla a cabo, y hacer que todos los bonerenses entiendan que, si votan a Milei, después que no se quejen. Ya no es más una alternativa ni una bonita sorpresa con ese estilo agresivo y los latiguillos del odio. La verdad de su promesa electoral es que la “casta” se muere de risa y la gente de hambre. Buenos Aires elige así su destino.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...