El documento técnico detalla que las estimaciones presupuestarias se construyen sobre supuestos macroeconómicos alineados con las proyecciones nacionales. En ese marco, se contempla un crecimiento de la actividad económica del 5%, una inflación anual estimada en 10,1% y una evolución del tipo de cambio oficial que pasaría de $1.325 a $1.423 por dólar entre fines de 2025 y 2026.
De acuerdo con el análisis del Instituto i-Ciudad, el gasto corriente concentra más del 80% del total, mientras que el gasto de capital ronda el 20%, mostrando una mejora relativa frente a ejercicios anteriores. Sin embargo, se advierte que una parte significativa del incremento del gasto está asociada a servicios no personales, como contrataciones vinculadas a la prestación de servicios urbanos.
El informe también señala la ausencia de políticas orientadas a fortalecer el desarrollo productivo local. En particular, remarca que el presupuesto no incorpora incentivos fiscales ni herramientas de financiamiento destinadas a impulsar la inversión privada, la generación de empleo formal o el fortalecimiento de sectores estratégicos de la economía porteña.
Analizamos el #Presupuesto del GCBA 2026, un proyecto que evidencia la falta de planificación integral para la Ciudad. ¿Cuáles son sus pautas macroeconómicas? ¿Cómo es la distribución del gasto ¿Cómo trata la cuestión impositiva? Conocé más
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En materia de obra pública, el Instituto i-Ciudad observa que buena parte de los recursos asignados se destinan al mantenimiento de infraestructura existente o a etapas preliminares de proyectos, como estudios técnicos y planificación, sin una cartera significativa de nuevas obras de gran escala que motoricen la actividad económica.
Respecto de las funciones del gasto, el informe indica que áreas como educación, salud y desarrollo social mantienen niveles de inversión similares a los de años anteriores, aunque advierte desbalances en la asignación de recursos. En particular, se menciona la baja participación relativa de partidas destinadas a vivienda frente a otros programas específicos, así como una tendencia a la reducción del peso del gasto en remuneraciones del personal de salud.
Finalmente, el Instituto i-Ciudad concluye que, si bien la Ciudad cuenta con una estructura de recursos sólida, el Presupuesto 2026 no refleja una estrategia integral de desarrollo. El informe plantea que una mayor utilización de herramientas fiscales y tributarias podría contribuir a aliviar la carga sobre pequeños contribuyentes y sectores vulnerables, al tiempo que permitiría dinamizar la economía y atender de manera más efectiva las demandas sociales.
