El huracán Trump gana y dolariza -paridad a 10.000 pesos- o no juega más en Argentina

El huracán Trump gana y dolariza -paridad a 10.000 pesos- o no juega más en Argentina

Opinión.


Pocas cosas son tan deprimentes para la ciudadanía argentina que observar el grado de improvisación y de lacayismo con que el presidente de la Nación y su plana mayor se manejaron en esta súplica de socorro con la que acudieron a los Estados Unidos.

Preludio

Todo empieza – este último tramo- con el viaje de la extensa comitiva económica que visitó Washington con el ministro Luis Caputo a la cabeza. Pasaron cuatro días sin novedades hasta que Caputo (in extremis) le pudo mostrar la realidad desesperante de las reservas de nuestro país al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, en aquél jueves, antes del feriado en Argentina, dando por hecho que la Argentina el lunes podría amanecer con muchas dificultades o sea prendida fuego. Bessent lo comprendió rápidamente, es el número uno en estas cuestiones, con más de 30 años manejando estos temas al lado del magnate húngaro George Soros. Compró pesos argentinos (un adelantado, ya verán) y mandó un tuit genérico de apoyo prometiendo un swap con vaguedades, lo que calmó por el fin de semana largo al mercado argentino. Intromisión histórica, con solo 3 antecedentes en la vida de Estados Unidos.

Sin Alianza, hay sumisión estratégica de Argentina con Estados Unidos

Bessent tiene autonomía de Trump para estas cuestiones, no lo consulta mientras sus acciones no perjudiquen la política que tiene en mente el líder de MAGA. La actitud y el pensamiento de Donald Trump, mientras tanto quedó claro el martes de la reunión. Descartó el Salón Oval, con su verborragia habitual y la frase picante acerca del condicionamiento de la ayuda al resultado electoral, dejó sin traducción cuando habló Javier Milei, quien lo hizo con un grado de sumisión y pertenencia que Trump prefirió no escuchar. “Dejémoslo así” sonrió, no le importaba nada. Nada crucial podría salir de la boca del su bufón preferido, solo un puñado de elogios hacia su persona -que Trump no necesita- y ninguna referencia de la Argentina. La nación no está en el libreto de nadie en esta comitiva. Su soberanía y objetivos, menos. Por eso se ofrecieron para lo que guste mandar. Ya veremos las alternativas.

Estos dos momentos vividos en Washington con días de diferencia, tuvieron una cuestión en común. Los anuncios sobre la situación en la Argentina y de las operatorias realizadas, ya no las hizo más ni Caputo ni el BCRA, sino directamente Bessent desde su lugar en el gobierno más poderoso del planeta. No hay mucho más para agregar acerca de la situación en la que estamos. Dibujados de acá a la eternidad con este gobierno que está absolutamente agotado tanto en su accionar político como en el económico. Sobre estas dos cuestiones, tuvieron que escuchar los consejos (más bien órdenes) de los funcionarios estadounidenses, que, si bien entienden poco –o nada- de lo que sucede en el país, queda demasiada expuesta la mala praxis del gobierno, que ya pasó por el blanqueo, el primer repo, el FMI y su préstamo y ahora llegaron con la lengua afuera para la ayuda del tesoro. Con ello, los amigos de Bessent y Caputo (Black Rock, Templeton, Pimco, etc) se garantizan la ronda final del carry trade de este gobierno que los tenía atrapados. Ahora tienen con qué salir del país en mejores condiciones. Con una pequeña ayudita de mis amigos, diría aquella leyenda del blues, Joe Cocker.

La interpretación (y posible manipulación) electoral en los medios

Ya que es tan importante –como peligroso- mostrarle a Washington un resultado positivo el 26 de octubre, todo el gobierno está estudiando los distintos dibujos para vender algo creíble en ese mensaje. Los genios intentarán un duelo directo de LLA versus Fuerza Patria, que, aunque no esté garantizado el triunfo violeta ni mucho menos, al menos es un combate donde LLA participa con su sello en 11 provincias más que los peronistas. Y eso es una ventaja. También el crecimiento de la escuálida formación legislativa actual será la otra bandera que pueden agitar. Así y todo, les será difícil llegar solos al tercio que necesitan, ya que el veto se perfila como única herramienta de gestión y sometimiento popular. Los medios afines intentarán la manipulación a morir, es su última bala.

La única realidad será medir el apoyo de la ciudadanía a este proyecto de hambre y privaciones en los hogares, de industricidio, de mirar al tema financiero como único frente a atender, a los recortes en las áreas más sensibles como la educación y salud en todos los niveles y la entrega de la soberanía con bases y marines cerca de Malvinas y de la Antártida además de los compromisos de los recursos estratégicos de nuestro país como minería, energía, tierras raras, uranio, etc.

Sobre el total del padrón nacional veremos cuánta gente acude a votar. Y cuánta gente apoya a LLA y qué otra se inclina por los distintos peronismos (Fuerza Patria, el principal, entre otros sellos), Provincias Unidas y otras fuerzas provinciales. Esa es la verdadera oposición en términos reales. La que estuvo -y está coordinando- en el Congreso para frenar el desastre económico social, al que estos marginales de la política, denominan casta y golpistas por bloquear vetos imposibles de digerir como sociedad, entre sus múltiples casos de estafas, $Libra, ANDIS y el vínculo narco de ¿parte? del espacio.

El tema anticasta ya no les garpa, Patricia Bullrich y Diego Santilli son sus principales espadas en lo electoral y Guillermo Francos su jefe de Gabinete. Todo dicho. Lo económico social es un tobogán sin final, mientras que lo financiero –único rumbo del gobierno- con la excusa del déficit fiscal, es sólo el negocio de un grupo de amigos.

Ha mutado el apoyo de aquéllos que sostienen la esperanza en el futuro de LLA, ya no son los jóvenes de clases bajas y de barrios populares los que empujan al jefe anti casta sino los jóvenes acomodados en empresas (o en el Estado) y sectores conservadores históricos, que tienen al antiperonismo como faro único de su decisión electoral. Ese tercio siempre está, aunque esta vez parece bastante más aislado que hace dos años.

La esperanza se agotó según marcan todos los sondeos de opinión, enormes capas de la sociedad ya están exhaustas y endeudadas entre tarjetas de crédito impagas y préstamos sin respaldo, encima a unas tasas desorbitantes, que solo pueden traer malas noticias a corto plazo en el país.

Quién puede pensar que este sujeto, Milei, el líder de esta banda de marginales en la política, puede llevar adelante una transformación de su gobierno diametralmente opuesta al desastre de estos dos años. Nadie. Caputo lo trajo hasta acá y este modelo está game over. No existe Toto, habla Bessent por él y ya veremos porqué. A quién se le puede ocurrir que hay una alianza estratégica entre ambos países, con la asimetría de sus estructuras de poder, y de quiénes tienen que llevarla a cabo. La actitud vergonzosa de Javier Milei en Washington, su propia incapacidad e inconsistencia, el silencio de Caputo cuando habla su jefe (Bessent), el no anuncio de ninguna propuesta a futuro que nos muestre un camino razonable, salvo los delirios de donde va estar el país en 10, 20 y 30 años hablan de un Presidente demasiado por fuera de la realidad y con algún trastorno psiquiátrico. Y preparando la destrucción de lo poco que queda en pie,

Riesgo Milei mata Riesgo Kuka

Otra vez el susto de que vuelva el kircherismo como única propuesta ya no enamora independientes. Nosotros o el caos, es una postal antigua que, desde esta catástrofe que vivimos hoy no se puede plantear, más allá de lo que cada lector piense de los K. Lo peor ya pasó dijo Macri antes de usar ese mismo slogan y volcó cuatro meses más tarde con un esquema más sereno.

Hoy le dicen no a Milei, los kirchneristas, los industriales, los trabajadores, los diputados y senadores de distintos signos, las PyMes, la mayoría de los gobernadores variopintos, los productores rurales estafados, los estudiantes universitarios, los comerciantes y los profesionales, todos con sus ingresos amenazados o perdidos. Cualquier ser sensato sabe que no quiere seguir por ahí, es imposible.

Milei al gobierno, Trump al poder

El único que le dice que sí es Donald Trump. Por eso dijo que hay plata generosa si gana Milei y si no, no. Trump aquí va por todo, sabe que el país caerá en manos de China si no mueven fuerte. Para eso hay 40.000 M de dólares para dolarizar la economía argentina y consolidar con la moneda de USA la dependencia política que ya supo conquistar el Presidente que nos entregó. Obviamente esta medida debería pasar por el Congreso, algo en lo que el mandatario estadounidense hizo hincapié reiteradamente ante Milei, para que engrose sus acuerdos parlamentarios. Esto daría, con una Base Monetaria M1 + M2 dividido 40.000 M de dólares, un precio de paridad de 9.500 pesos por dólar. Recontra mega devaluación. Pongamos 10.000 para hacerlo más fácil. La otra posibilidad es una convertibilidad bimonetaria de 10 a 1 que significaría algo parecido para ambos. En esas realidades, el 80 por ciento de los argentinos pasa a vivir debajo del índice de pobreza de manera automática. Esa es la apuesta, desde NU la queríamos contar como es y no con tuits que no dicen nada y que ocultan la movida. El plan para Argentina es ese, Caputo y su equipo no existen más si ganan y tampoco si pierden. Se van en ambos casos. Salvo que, en un escenario de derrota, el más probable, estaremos hablando de un gobierno fallido y se abre allí una nueva etapa política en la Argentina.

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