El Frente de Unidad Piquetera se consolida y promete profundizar la lucha

El Frente de Unidad Piquetera se consolida y promete profundizar la lucha

Anunciaron que su lucha continuará. Marzo, donde hubo más de 800 piquetes, fue el segundo mes en la historia en ese rubro.


Los reclamos por mayor asistencia y apertura de planes del programa Potenciar Trabajo, sumados al rechazo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, son algunos de los reclamos centrales de las agrupaciones piqueteras opositoras al Gobierno, que en los primeros meses del año profundizaron sus acciones de protesta.

El llamado Frente de Unidad Piquetera agrupa a un conjunto de organizaciones que responden a partidos de izquierda con una gran capacidad de movilización, junto a otras agrupaciones menores. Sin embargo, nucleadas bajo un mismo sello, buscan torcerle el brazo al ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, quien ya les advirtió que no habrá más altas de planes.

A inicios de marzo, cerca de 30 de estas agrupaciones, representadas por 4.000 delegados de todas las provincias del país, se reunieron en un Plenario Nacional Piquetero, que votó un “plan de lucha”. Arrancó el 15 de marzo con un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social, en la previa a la reunión del Consejo del Salario y continuó al día siguiente con una movilización al Ministerio de Trabajo.

A fines del mes volvieron a instalarse durante 48 horas frente a la sede ministerial y este miércoles 13 de abril volverán a movilizar, luego del fracaso en la reunión con el ministro Zabaleta. “El gobierno se sigue negando a universalizar los programas sociales y a aumentar su monto que hoy está en $16.500”, expresaron. Como gesto, en lugar de marchar y acampar en la 9 de julio, se movilizarán a la Plaza de Mayo.

Mientras tanto, seguirán negociando.

El Polo Obrero, brazo piquetero del Partido Obrero (integrante del Frente de Izquierda Unidad), es la agrupación con presencia a lo largo del territorio nacional que encabezó los últimos reclamos en las calles del centro de la ciudad de Buenos Aires.

Su principal referente es Eduardo Belliboni, quien viene de protagonizar una polémica por ser asesor en la Legislatura porteña de Gabriel Solano, lo que lo obligó a salir a aclarar que “donó” la dieta de casi $ 70.000 a “las luchas obreras” y a comedores populares.

Solamente en La Matanza, el distrito más populoso de la Provincia, la agrupación administra más de 80 comedores, que brindan asistencia a las personas a través de los alimentos que envía el Municipio. En 2019, la ruptura del PO dio nacimiento a otra agrupación denominada Polo Obrero-Tendencia, que también lleva adelante la misma modalidad de cortes de calles para visibilizar sus reclamos, aunque posee una menor cantidad de militantes.

Barrios de Pie-Libres del Sur es el nombre de la organización que lidera Silvia Saravia y que se alejó de la conducción de Daniel Menéndez, actual subsecretario de Políticas de Integración y Formación, hoy aliado del Frente de Todos y conformó Somos-Barrios de Pie. Saravia sostiene que el acuerdo con el FMI se relaciona directamente con la negativa del ministro Zabaleta a abrir los programas sociales. En marzo realizaron una Consulta Popular donde votaron 1.295.580 personas en las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. En las más de ocho mil urnas instaladas en 417 municipios (110 de ellos de la provincia de Buenos Aires), el resultado fue el rechazo al acuerdo con el FMI y muestra además el alcance nacional de la agrupación.

El Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) es otra de las agrupaciones piqueteras con más trayectoria, que surgió en la década del 90, tomando su nombre de una mujer asesinada en un operativo policial en Neuquén en 1997. Luego sufrió varias divisiones y se partió en MTR-Histórico, MTR-CUBa y MTR-12 de abril, que también integran la Unidad Piquetera.

Uno de sus fundadores y principal referente es Roberto Martino. La agrupación viene de protagonizar dos episodios violentos. En octubre del año pasado, militantes del MTR-Histórico ingresaron por la fuerza a Desarrollo Social, atacaron a los empleados y vandalizaron paredes y oficinas y dejaron un mensaje escrito con polenta en la vereda sobre la calle Lima: “Basta de polenta”. Y en marzo, en medio de la movilización al Congreso durante el debate del acuerdo con el FMI, atacaron a pedradas el despacho de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Por este hecho la Justicia dictaminó la prisión preventiva para tres detenidos -Oscar Santillán, Alexander Rodríguez Carrero y Julián Lazarte- y les quitaron el plan social que cobraban a través del plan Potenciar Trabajo.

El Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), en tanto, es un movimiento social con 16 años de trayectoria, según definen en su sitio web, surgido en plena crisis de 2001, cuando un conjunto de distintas organizaciones decidió nuclearse en un mismo frente. Carlos Fernández Kostiuk es su principal referencia y actualmente tienen presencia en varias provincias, donde llevan adelante lo que denominan como Trabajo Territorial Complejo, que consiste en brindar asistencia alimenticia, en salud y educación, entre otros, a través de sus militantes en comedores y merenderos.

El Movimiento Sin Trabajo (MST) Teresa Vive es otra de las agrupaciones, que responde al Movimiento Socialista de los Trabajadores (parte del FIT-U), que tiene presencia en todo el país y cuya principal referente es Mónica Sulle. En octubre del año pasado, la agrupación llevó adelante un “polentazo” para protestar contra la entrega de polenta y de sémola a los barrios y la reducción de la ayuda alimentaria a los comedores.

Además de estas organizaciones, el Frente de Unidad Piquetera también lo integra un conjunto variado de agrupaciones con menor presencia territorial como la Agrupación Armando Conciencia-OTL, A Trabajar, Rebelde, Organización 17 de noviembre, junto a otro grupo que se nuclea en la llamada Coordinadora por el Cambio Social, entre muchas otras.

Más piquetes

Según la consultora Diagnostico Político, el año pasado hubo 713 piquetes en la Ciudad, contra 299 que se habían realizado en 2020, año en el que hubo menos protestas callejeras debido a la cuarentena por el coronavirus. Así, el salto interanual fue del 138%, casi tres piquetes por día hábil en el territorio porteño. En lo que va de 2022, la consultora asegura que el mes de marzo fue “el segundo con más piquetes de la historia”, con un número aproximado de 800 piquetes en todo el país.

Nada hace pensar que su actividad decaerá, en vista de la profundización de una crisis que está muy lejos de haber terminado.

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