El fino juego de alianzas del oficialismo en el Congreso

El fino juego de alianzas del oficialismo en el Congreso

El Frente de Todos debió reconstruir sus acuerdos parlamentarios después de su derrota en las elecciones de noviembre.


La dura derrota electoral del Frente de Todos reconfiguró el Congreso de la Nación y obligó al oficialismo a buscar aliados para poder sacar adelante los proyectos que bajen del Gobierno durante este 2022.

En la Cámara de Baja, el FdT quedó con un total de 118 diputados, a 11 del quórum, pero se mantuvo como primera minoría. En el Senado, en tanto, el oficialismo quedó con 35 senadores, dos debajo de la mayoría que ostentó el peronismo desde 1983. Fue el golpe más duro: cuantitativo (perdió 6 escaños) y cualitativo (allí manda Cristina Kirchner y se discuten los temas más sensibles para la vice, vinculados a lo judicial).

Tras la renovación de bancas, el 10 de diciembre, las últimas dos sesiones del año, que trataron el Presupuesto 2022 y los cambios a Bienes Personales, mostraron el juego fino de alianzas para aprobar (o rechazar) las iniciativas.

Las fuerzas que suelen votar con el oficialismo son las de Juntos Somos Río Negro, integrado por Luis Di Giacomo y Agustín Domingo; Frente de la Concordia Misionero, de Carlos Alberto Fernández y Diego Sartori; y el Movimiento Popular Neuquino, de Rolando Figueroa.

Pero otro uno de los principales apuntados es el interbloque Federal, que tiene un total de ocho diputados y está integrado por Córdoba Federal, que preside Carlos Gutiérrez y responde al gobernador Juan Schiaretti; Identidad Bonaerense, donde están Alejandro “Topo” Rodríguez junto a Florencio Randazzo y Graciela Camaño, entre otros y el bloque Socialista, de los santafesinos Enrique Estévez y Mónica Fein.

Es un grupo a priori apetecible para el FdT por volumen y afinidad política –en su mayoría son de origen peronista-, pero que en algunos proyectos se alineó en la estrategia con Juntos por el Cambio. Algunos de sus integrantes, como Randazzo, buscan pararse en el medio, con críticas hacia ambos extremos. Fácil para los medios, más complejo dentro del recinto a la hora de votar.

Los cuatro legisladores del Frente de Izquierda Unidad, en tanto, también son bancas que el oficialismo cree que podrá contar en algunas oportunidades, como ocurrió con Bienes Personales, donde votaron a favor de introducir cambios al proyecto, con una alícuota para los contribuyentes más ricos., dándole una victoria impensada en el recinto al FdT luego de la dura derrota por el Presupuesto.

Este equilibrio (o desequilibrio) tan inestable agrega mayor tensión a un nuevo año legislativo, donde se debatirán temas sensibles como la reforma del Consejo de la Magistratura, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y volverá la discusión por el Presupuesto.

El Senado, sin quórum

En el Senado de la Nación, la oposición configuró su interbloque en 33 legisladores, arrebatándole el quórum propio a Cristina Kirchner, que contará con una bancada de 35 miembros.

En la previa del tratamiento de Bienes Personales, la senadora Clara Vega, una riojana que entró por una boleta de Cambiemos pero armó un monobloque aparte, se alió al oficialismo. Además, contaron con el apoyo del rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana. Esto compensó un caso de Covid positivo que le había restado un voto y el oficialismo llegó a los deseados 37.

Alejandra Vigo, del bloque unitario de Hacemos por Córdoba y que responde a su marido Schiaretti, hasta el momento se mostró por fuera de la “grieta” y en la última votación del año lo hizo en contra: no acompañó al oficialismo, pero tampoco se retiró del recinto como sí lo hicieron todos los legisladores de JxC.

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