El espiral de acuerdos de Larreta para llegar con chances al 2023

El espiral de acuerdos de Larreta para llegar con chances al 2023

Opinión.


El proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta constituye un camino sinuoso en el que deberá ir ordenando las distintas partes del todo, sumando como suele hacer casi siempre, quizás alguna vez restando, y en los próximos dos años lograr mantener la posición alcanzada de principal candidato de la oposición, superando todos los escollos (y competidores) que se le presenten.

Es esperable que Larreta con la disciplina con la que ejerce el poder de la Ciudad hace seis años, continúe en ese modo para el periplo nacional que ya empezó a transitar hace unos meses. La idea con la que trabaja su equipo es la de lograr convencer de la manera más pragmática a todos aquellos que hoy todavía no abrazan su propuesta mientras trata -a su vez- que no existan fugas de aquellos que hoy acompañan la fuerza de Juntos para el Cambio, por usar el nombre genérico de la coalición más allá de las denominaciones locales.

La estrategia es bastante simple en los papeles y como siempre mucho más difícil en la realidad. Hay tres niveles de trabajo en la agenda del jefe porteño, que ya atravesó las PASO con éxito en las apuestas que realizó en donde tenía algún grado de contradicción interna.

El primero justamente tiene que ver con la tropa propia, con el PRO en el que convive con el ex Presidente, Mauricio Macri y con Patricia Bullrich, dos dirigentes que tienen peso propio, y que más allá de los desencuentros todavía acompañan –o toleran sin mayores escándalos- las movidas del jefe porteño y en la que María Eugenia Vidal, a medida que vaya sintonizando de manera más fina su nueva realidad, no será un problema para Larreta en 2023, más bien todo lo contrario. Jorge Macri es la otra incógnita que tiene que develar, quizás venga en tránsito hacia el gabinete porteño y después se verá dónde y cómo se ubica, a la vez que Larreta seguirá siempre de cerca el protagonismo de su aliado Premium, Diego Santilli, en la Provincia de Buenos Aires.

El segundo anillo a solucionar es el de la Unión Cívica Radical y el de la Coalición Cívica, dos aliados históricos que buscan y van por más protagonismo en la coalición futura. De hecho, sobre todo los radicales lo han demostrado ganando bien las provincias que gobiernan y logrando un gran desempeño como el de Facundo Manes en un territorio difícil para hacer pie. La UCR ya tiene casi decidido ir a las PASO tanto en CABA y Provincia como a nivel nacional, ya que sólo una competencia civilizada podría ordenar el tablero sin que corra sangre en las negociaciones previas. Larreta ya tomó nota de este tema y el primer ensayo de lo que se vendrá en el futuro lo saldó positivamente con Santilli y Manes. Competencia sana, excelente resultado y lo más importante, la buena convivencia tras la interna. Es el modelo a copiar y mostrar para el 2023, en muchos distritos.

Martín Lousteau es la otra figurita difícil del AMBA. El dirigente radical ya tiene prometido y habilitado un lugar en la sucesión de Larreta. Obviamente lo que antes parecía un camino llano ahora será con PASO quizás con la propia Vidal, o Bullrich o hasta Jorge Macri si pasa del amague a la acción de este lado de la General Paz. Siempre teniendo en cuenta que Gugalustó no encare una diagonal nacional en el centenario partido, donde es una de las cabezas de la renovación y podría pasar a la Liga donde ya se anotaron con peso propio Alfredo Cornejo y Gerardo Morales. En ese caso Larreta se sacaría un problema (aliado) del distrito que gobierna para tenerlo en el que quiere gobernar: el país.

Seguramente Córdoba le demandará mucho trabajo y cintura al jefe porteño ya que no solo tiene rivalidades internas de fuste dentro de la coalición, sino que habrá que seguir de cerca qué hace el actual gobernador Juan Schiaretti, en una provincia clave para cualquier proyecto anti kirchnerista por el volumen más que interesante de votos que posee.

Elisa Carrió y su CC seguirán junto a Larreta más allá de las idas y vueltas de la blonda chaqueña, ya que con su clásico pragmatismo no se va a quedar fuera de la posibilidad que se abre en la próxima parada nacional. No será ella un problema, sino una aliada interesante como siempre en algunos temas y un problema …en otros.

Hasta aquí repasamos la tropa histórica que integra la coalición opositora, los triunfadores en las PASO, pero Larreta sabe que necesita unos 10 puntos más a nivel nacional, entre el universo de los que confiaron en Alberto Fernández y Sergio Massa en el 2019, para tener chances concretas de alzarse con la victoria. Son cada día más los puentes que comunican al jefe porteño con gobernadores, intendentes o dirigentes de la coalición gobernante. Por ahora todo se realiza en el mayor de los sigilos, pero desde noviembre se irán marcando de a poco los nuevos límites de las pertenencias en los distintos espacios y todavía queda mucho tiempo para tomar decisiones que en algunos casos ya están planteadas. Todo dependerá además de las condiciones sociales en las que transcurra la segunda mitad del mandato del actual Presidente. Y que ese escenario sea factible para llegar con la tranquilidad necesaria al 2023 sin tener que pactar antes –entre coaliciones- cuestiones que garanticen la paz social, la supervivencia del modelo económico y la viabilidad de todo lo escrito en esta columna.

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