El club de la pelea

El club de la pelea

Por Jorge García

Uno en la Provincia y otro en Ciudad, Sergio Massa y Mauricio Macri fueron los grandes ganadores del domingo. Su acuerdo circunstancial ya se rompió porque los dos quieren lo mismo: llegar a la Rosada


Lejos en el tiempo quedó el desayuno en la casona de Mauricio Macri –anfitrión– con Sergio Massa. Allí decidieron integrar una alianza táctica para las elecciones de medio término para “frenar al kirchnerismo” y se convirtieron en “enemigos íntimos”.

A su manera, cada uno puso en marcha el operativo. El acuerdo sobre lo que vendría luego se iba a discutir “en el futuro”. No hubo tiempo. El alcalde de Tigre, desde la llegada en febrero de su asesor estrella, el peruano Sergio Bendixen, había planeado jugar las legislativas y luego ir por algo más grande.

El último domingo, el Frente Renovador obtuvo 3.8 millones de votos en la provincia de Buenos Aires y el Pro, en la Ciudad, sacó 713 mil.

¿Qué hechos ocurrieron para que Macri dijera que no tendrá en su equipo a nadie que haya integrado el gabinete nacional?: la falta de diálogo entre ambos dirigentes y que el puente llamado Jorge Macri funcionó mal, por lo menos hasta ahora.

Una muestra de las diferencias que ocasionó Jorge Macri se dio en Lanús, un municipio en el que Néstor Grindetti (ministro de Hacienda porteño) cosechó más de 30 mil votos y logró dos bancas de concejales, evitando así que el massismo consiga más escaños municipales.

El Pro, al que Néstor Kirchner denominaba “partido vecinal”, terminó consolidando su presencia en el distrito porteño con el triunfo en las elecciones de diputados nacionales y senadores de la Capital Federal, mejorando el caudal de votos obtenido en legislativas anteriores.

Además, el Pro dejó en segundo lugar a Unen, con Elisa Carrió perdiendo en la categoría diputados, lo que le impidió a la chaqueña empezar a hablar de su posible candidatura a presidente.

El desempeño electoral del macrismo en la Ciudad de Buenos Aires en elecciones legislativas nacionales, desde su nacimiento, fue del 33,92 en su debut del 2005; del 13,5 en 2007 (cuando cayó frente a la Coalición Cívica y el socialismo y salió detrás del FpV); del 31,09 en el 2009 y del 19,75 por ciento en 2011.

La mejor performance del Pro es el 46,13 por ciento que logró la dupla Mauricio Macri-María Eugenia Vidal en las elecciones para la Jefatura de Gobierno porteña de 2011 (en la segunda vuelta electoral obtuvieron un 64,27 por ciento). En 2007, cuando Macri llegó a la Jefatura por primera vez, acompañado por Gabriela Michetti, logró un 45,62 por ciento en la primera vuelta y un 60,96 por ciento en el balotaje. Y en el primer intento por la Jefatura, en 2003, Macri, junto a Horacio Rodríguez Larreta, obtuvo un 37,55 por ciento de los votos, pero luego fue derrotado por la fórmula Aníbal Ibarra – Jorge Telerman en el balotaje. Eran los tiempos en que el macrismo se llamaba Compromiso para el Cambio.

El caudal conseguido el domingo pasado por Michetti para senadores (39,25 por ciento) superó las adhesiones logradas hasta el momento por el Pro en elecciones legislativas nacionales.

La lista encabezada por Elisa Carrió, a su vez, recogió, en Diputados, cinco escaños a partir del 32,23 por ciento obtenido en ese campo, en tanto que el Frente para la Victoria logró tres sillones para la Cámara baja con el 21,59 por ciento.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores, de Jorge Altamira, sumó 5,65 por ciento; Autodeterminación y Libertad, de Luis Zamora, consiguió el 3,79 por ciento, y Camino Popular de Itai Hagman y Claudio Lozano, el 2,28 por ciento. Ninguno de estos tres últimos pudo colocar un diputado por la Ciudad en el Congreso.

Para la Legislatura porteña, el Pro impuso su supremacía con 33,59 por ciento, lo que le permitió quedarse con 12 bancas; Unen obtuvo ocho escaños con el 24,68 por ciento; y el Frente para la Victoria aseguró seis lugares, con el 17,13 por ciento.

Confianza Pública se quedó con dos bancas para Graciela Ocaña y Cristina Ventura, una excelente elección a pesar de haber participado con boleta corta; el Frente de Izquierda y de los Trabajadores aseguró el ingreso de Marcelo Ramal, y Alternativa Popular, la colectora K, ubicó a Pablo Ferreyra, hermano de Mariano, el dirigente del Partido Obrero asesinado por una patota de Unión Ferroviaria en 2010.

Con los resultados definitivos de los comicios del domingo, el macrismo contará con 28 bancas, el kirchnerismo con 17 y Unen –que estrenará espacio dentro de la Legislatura– con once; mientras que Confianza Pública accederá a dos lugares, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores a una y el MST continuará con el escaño que ocupa Alejandro Bodart hasta 2015.

De esta manera, la cantidad de bloques con que cuenta el Parlamento, que llega a doce, bajará a la mitad, ya que la mayoría de las fuerzas a las que pertenecen los espacios que tienen representación en la actualidad quedaron aglutinados en los acuerdos que se presentaron a elecciones, como es el caso de Unen.

El vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, el “garante” de la gobernabilidad, otra vez tendrá la misión de urdir alianzas para llevar adelante los proyectos girados por Mauricio Macri.

“En la categoría de diputados de la Nación, le hemos sacado a Unen, la segunda fuerza en la Ciudad, más de 11 puntos en la comuna 4; 16 puntos en la comuna 8 y más de 8 puntos en la comuna 9. En la categoría de senadores de la Nación, hay una diferencia de 17, 20 y 12 puntos respectivamente”, celebró Ritondo con relación a su zona de influencia territorial.

En la provincia de Buenos Aires, de los 46 cargos que se eligieron para renovar la mitad de la Cámara de Diputados provincial, el Frente para la Victoria obtuvo 18, el Frente Renovador, 16; el Frente Progresista, 9; Unidos por la Libertad y el Trabajo, dos, y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, uno.

En tanto que de los 23 senadores provinciales electos, el Frente Renovador logró 13, el Frente para la Victoria, siete, y el Frente Progresista, tres.

Evidentemente, la sociedad circunstancial Macri-Massa duró poco pero ha sido efectiva para sumar bancas, claro que con su propios sellos partidarios.

Si bien en el principio de la historia mencionaron una interna abierta para definir el candidato a presidente, esto parece que es historia del pasado. Ambos son ganadores aunque Massa sumó varias veces más votos y esto se debe a la cantidad de electores concentrados en la Provincia.

Massa tomó la decisión de traspasar las fronteras, por lo que tomó la iniciativa el lunes, a horas de las elecciones, llamando a Guillermo Pereyra (vencedor en Neuquén), Mario Das Neves (derrotó al kirchnerismo en Chubut) y Jorge Busti (segundo en Entre Ríos).

La Argentina mira ansiosa la hoja de ruta que le depararán estos dirigentes desde este presente hasta octubre de 2015. La traza es compleja para los examigos.

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